sábado, 30 de octubre de 2010

Recitar los versos que nunca he escrito.



Yo que no dejo de marchar.
Seguir los lineamientos al caminar.

Se muestra tan calmado.
Tan austero y enamorado.

Como queriendo comprar con su mirada.
Los besos que siempre dió a la nada.

Yo vivo de un niño en mi interior.
El que me llena de ánimo e ilusión.

Con el que juego en cada rincón de mis miedos.
Con el que converso algunas veces en los recreos.

Sin pretender ser un idealista marchito.
Solo quiero despertar un sueño dormido.

Navegar los siete mares.
Pescar tres mil calamares.

Jugar un día a las escondidas con la muerte.
Poner en riesgo cada instante a mi suerte.

Llenar cada espacio de mi cuerpo de adrenalina.
Ahogar todos mis sentidos en una piscina.

En cada noche cazar estrellas.
Que alumbren a las mujeres más bellas.

Convertir poesías en alegrías.
Cambiar la tristeza por la pureza.

Recitar los versos que nunca he escrito.
Para que los memorice el viento.

Que suenen como truenos al otro lado del mundo.
Y sentir que son mis palabras las que se repiten.

Cambiar el sentido de una vida que se apaga.
Encender una vez más el deseo que te atrapa.

Pero más importante que incluso sonreir.
Es jamás perderle el sentido a vivir.

viernes, 29 de octubre de 2010

Caminar con la aguja del reloj.


Desearía tanto poder convertirme lentamente.
Y llegar a ser en algún momento ese alguien especial.

Caminar sin sentido.
Caminar con la aguja del reloj.

Saber que al final del día.
Todo gira a tu alrededor.

Desde mi pensamiento más alegre que me roba sonrisas.
Hasta aquellos que desatan guerras en mi mente.

Quisiera tener el poder de un cuento.
Para darle forma a estos personajes de amor.

Y rayar las paredes que me inmovilizan.
Parpadear pocas veces para cuidar mi sueño.

Conversar muy de vez en cuando con la tristeza y el dolor.
Para apuntar la receta en la mano y recordar el sabor.

De los pocos momentos donde una sonrisa fue real.
Aquellos pocos instantes donde todo parecía especial.

En cada instante, cada pequeña obra de arte.
Quisera poder, sencillamente besarte.

Tomar tus manos con las mías.
Y bailar la canción que te escribí.

Y en murmullos recitar la letra de un poema.
Que alguna vez memoricé sin pena.

Silbar la melodía que tanto te gusta.
Quitar de tu vida todo lo que te asusta.

Quisiera tantas cosas que yo no puedo darte.
A veces quisiera poder dejar de amarte.

Porque lastimas tanto incluso cuando no estás.
Con solo el recuerdo que me carcome la paz.

Ven conmigo, y acompáñame en este viaje.
Al interior de un corazón cobarde.

Que prefirió mil veces dejar de amarme.
Por la simple idea de soñar en grande.

jueves, 28 de octubre de 2010

Colorear en tu retina los sabores de la felicidad.


Solo un intento más, solo uno más.
Es todo lo que pido para poderte enamorar.

Enmarcar para siempre los recuerdos que te atan.
Ahogar en silencios las traiciones que te matan.

Siento poco a poco el veneno de tu amor.
Como entra y se mezcla en todo mi corazón.

Con tu mirada y tu sonrisa te conviertes en la brisa.
Que me calma por las noches y en las mañanas me acaricia.

Solo pido un respiro más, que te permita recordar.
Un intento por encontrar lo que quisite olvidar.

Cuando te cobijas por las noches y te siento a mi lado.
Defintivamente me siento muy afortunado.

Ya no sé si es peor tenerte o dejarte.
Solo siento que no puedo dejar de amarte.

Con cada beso me siento más confundido.
Y pienso como nunca en tenerte conmigo.

Para que brilles y cantes sin sentido.
Para que entiendas que jamás te he mentido.

A tu lado para siempre quiero estar.
Y por las noches poderte abrazar.

Colorear en tu retina los sabores de la felicidad.
Para que nunca pierdas de vista este amor de verdad.

Aunque duela amarte de la forma que lo hago.
No podría jamás dejarte a un lado.

Pues mi camino, éste camino.
Tiene tu nombre escrito junto al mío.

Y el corazón que dibujaste en el reverso del cuaderno.
Sella para siempre este amor eterno.

Que no muere hasta que me termines de matar.
Que no mata hasta que termines de morir.

Pero como en esta vida no existe nada escrito.
Me atrevo a bendecir lo maldito.

A jugar con la franqueza del horizonte.
Que me enseña a seguir tu nombre.

Hasta el momento en que deje de salir el sol.
Será cuando acabe esta linda ilusión.

miércoles, 27 de octubre de 2010

**200**


I

Tantas veces he deseado ser un verdadero arquitecto de sueños y diseñar ilusiones con fachadas en rimas, desdibujando cualquier idea vencida.

Por durante tantos días he jugado a ser un cirujano de versos, y corregir en cada párrafo las malformaciones que trae el dolor y la tristeza en las personas.

He coqueteado tantas tardes con estrofas, intentando enamorar tu sonrisa con mis palabras; darle sentido a las letras que morirían en mi mente.

Ha sido tal vez la más intensa labor, la de colorear con poesías tu corazón, sencillamente regalarte aquellos atardeceres que en sílabas dibujé.

Me he permitido drenar de pensamientos mi mente, para así evitar que se ahoguen en mí tantas caricias que te dediqué sobre un papel.

Por eso hoy solo trato de hacerle cosquillas a una sonrisa; llenar tus ojos con mis locuras, invadir con mis verbos tu mirada hasta que entiendas la perfección de una metáfora.

II

Cuando damos un primer paso, nunca sabemos cuál va a ser el último. Por un lado no podemos vivir pensando en eso, pues nos volveríamos locos y no lograríamos vivir en paz; y por otro lado no podemos ser tan ingenuos de pensar que los pasos nunca llegarán a acabarse. Creo que he sido bastante explícito en todo momento cuando me he referido a situaciones en caminos; pasos que dejan huellas en cada sendero de la vida.

Pues todo en este mundo es un camino. Y como tal se presenta de múltiples formas a todos nosotros. Unos escogen los que son de piedra, algunos otros escogen los que parecen más llanos. Al final, lo importante es tener un argumento lo suficientemente fuerte como para justificar toda consecuencia que nos traiga escoger el uno o el otro camino, y aunque parezca una decisión promovida por la inercia, está realmente lejos de serlo.

Es importante tener presente que no podemos escoger un rumbo sin antes saber el destino. Existen muchas personas que erróneamente empiezan a caminar, y en el proceso van imaginando hacia dónde quieren ir. Todo aventurero tiene que definir un destino, para de esa forma trazar la ruta que haga más eficiente el recorrido. No es ni más ni menos que la vida dándonos un pincel que nos permite trazar el camino hacia las estrellas; como jugar a unir puntos en el cielo y de esta forma poder volar hasta alcanzar tantas metas.

Escribir es una forma de tatuar sentimientos en un papel. Dibujar las líneas que unen emociones y que se convierten poco a poco en las repercusiones de un pensamiento. Escribir es una forma de dibujar un cuadro del tiempo, un lugar enmarcado por la honestidad donde se puede colorear con pinceles de felicidad. Este cuadro, esta pintura dibuja caminos; caminos que muchas veces he querido expresar. Por eso un cuadro, un camino y colorear han sido algunos pilares de esta aventura.

Sin importar muchas veces el sentido de la razón, hay momentos donde es mejor hacer silencio y escuchar a nuestros pensamientos hablar por sí solos. Es en esas supuestas incoherencias donde encontramos escondidos los sentimientos reales de los momentos que vamos viviendo. Escribir sin pensar es una forma de desinhibir pensamientos; una manera sencilla de desnudar todo aquello que se esconde entre las manchas de ciertas reglas de lo que debe de ser.

Ha sido siempre el intento de mantener despierto el niño que juega a las escondidas con mis recuerdos. Esa fortaleza y proactividad la que ha mantenido despiertos he hiperactivos mis sentimientos. Escribir ha sido un puente que me comunica con ese muchachito que corre de un lado el otro y que juega como si el mundo se acabara mañana; sentarme a jugar con símiles y metáforas me ha permitido sentir la frescura que recorre mis dedos al redactar.

III

No sé cuanto queda por delante. Mientras tanto me dedico a ubicar en mi mente todas aquellas palabras que puedan sonar como un eco en las personas. Sentir en un relato el calor de un momento de amor y la frialdad de la tristeza; compartir este pañuelo de lágrimas que hemos usado más de una vez en tantos días de caminar juntos. Porque al final, cada palabra no tiene sentido si no tiene un corazón que tocar.

Por eso le doy motivos sinceros a mis manos, para que se mantengan firmes, escribiendo. Le suelto una a una las amarras que atan con nudos mis ideas. Intento, al menos, bañar con la frescura de la novedad cada historia; o al menos que en cada una exista un sentido común, que sirva para compartir tantas emociones que vamos sintiendo.

Decir gracias no sirve para darle vida al sentimiento que tengo. No hay maquillaje ni adorno completo que sirva para expresar en unas cuantas sílabas todo lo he llegado a sentir. Una vez más lo digo: si logro poner a pensar a una sola persona con algún párrafo que salga de mi, con eso se ha cumplido toda la misión que me ha mantenido constante en este proyecto.

Por eso siento que es un buen momento, para rejuvenecer sentimientos. Sacarle el brillo a la imaginación y cultivar semillas de pensamientos. Solo espero que el sol no deje de calentar mis ideas, y que la lluvia no lave mis emociones. Mientras exista una razón para escribir, escribiré.

IV

Por eso, cada palabra que he escrito se convierte poco a poco en un inmenso cuadro, lo pinto con algunas rimas y lo perfeccionan mis sueños.

Cada línea mal trazada es un mal paso en mi vida; cada lágrima es un manchón de tinta. Cada sueño olvidado es un verso sin rima.

Por cada sonrisa nació una metáfora; cada alegría se convierte en un poema.

V

Quisiera ponerle un candado a este instante. Poder en unos años leer y recordar lo que sentía. No olvidar cada momento díficil que me ha ido haciendo una mejor persona; y tener la satisfacción de poder compartir ideas y enseñanzas. Le cierro los ojos al olvido, para no permitirle caminar dentro de mí.

Acurrucar en mis regazos los recuerdos de mi vida; ver un amanecer al lado de mi memoria; sentir que de una u otra forma he construido un lugar magico, en donde proteger los recuerdos que más quiero. Disfrutar en cada lectura del calor que me permite vivir, el verdadero, el que me permite seguir. Y ante todo, tener aquél rincón especial en donde pueda guardar para siempre todo lo que me hiciste sentir.

martes, 26 de octubre de 2010

La dulce carica que entre tantas nubes llegó.


Toda aquella frescura, aquella brisa que me abrazó.
La dulce carica que entre tantas nubes llegó.

Pensar tantas historias que guarda entre aquellas rocas.
Tantos años que han recorrido estos árboles.

Si tan solo pudiera sentarme un segundo a conversar.
Escuchar tantos cuentos que tienen para contar.

Que en medio de este frío; se convierta el lodo en río.
Que pinte de verde aquél recuadro a blanco y negro.

Y entre algún tipo de ingenuidad.
Intento una nube poder agarrar.

Sentir como se escurren entre mis dedos.
La grandeza que surca los cielos.

Como quien descansa su mirada en el celeste.
Y descubre la delicadeza que se siente.

En cada paso, una huella que se borrará.
Cada memoria que para siempre se olvidará.

Todo parece en silencio, todo tan callado.
Como al final de un eco perturbado.

Como quien imagina que al final del recorrido.
Descubrirá de su vida el sentido.

Inundada por el fuerte deseo.
De colorear el panorama que veo.

Darle vida a tantísima naturaleza.
Que regale su elegante belleza.

Y en el fondo de un cráter dormido.
Se escuchan susurros de un intento fallido.

lunes, 25 de octubre de 2010

Bufón.


Esta no es la historia de simplemente una persona. Fue alguien que cambió el mundo de muchos. Se convirtió poco a poco en todo un héroe y dedicó su tiempo a repartir sonrisas.

No hablo tristemente de un típico superhéroe, ni mucho menos de alguien que le gusta llamar la atención; hablo de un negociador de alegrías, un mago a la hora de curar las heridas.

Su arma no era tan potente, pero hacía doblegar a cualquier contrincante; su escudo tenía por bandera la imagen pintada de un antiguo poeta, de un artista del corazón.

Sus canciones, las que eran parte de su conquista, tenía rimas de coraje; sus canciones se encargaban de apuñalar con sorpresas a todo aquél que se interpusiera en su meta.

No dormía por las noches; solo soñaba, imaginaba y compraba carcajadas, a precios tan bajos que eran accesibles a todo el gigante mercado; desde los más pobres hasta los más favorecidos.

Muchos se rindieron ante su presencia; aquél rostro tenía tatuada una sonrisa y reflejaba como espejo en todas las personas, parecía una extraña pero exquisita manera de arrebatar risas a todas las personas.

Muchos lo tildaban de ladrón, por la absurda razón de robar a todos los miedos del corazón, y dejar desnudas las ideas y que escaparan de tantas mentes encarceladas.

No quiero creer que para todos aquellos que hoy leen los recuentos de su vida, crean en malinterpretar las formas que le movían.

Recuerdo cómo cada noche tomaba aquél vino, y cerrando los ojos parecía despertar; hablaba y hablaba toda la madrugada, y cuando despertaba rompia a carcajadas.

Ese arte tan úncio y especial, de acabar para siempre con la tristeza y el mal, le convirtió poco a poco en lo que un día soñó; le convirtió poco a poco en lo que un día imaginó.

Siempre andaba descalzo, pues decía que era la mejor forma de sentir, y que aquella persona que no sintiera estaría condenada a sufrir.

Por eso corría todas las mañanas, con los pies desnudos; corría a orillas del lago, corría por la tierra y el lodo, corría por las espinas: nunca se desvió de su camino.

Su ideal era que todos siguieran su ejemplo. Encontrarse en pleno contacto con nosotros mismos era la filosofía que siempre intentó propagar en todo lado donde llegaba a charlar.

Una tarde, recuerdo aquella tarde de Diciembre, enfermó fuertemente. Su mirada parecía apagada, y su semblante deslumbraba preocupación.

Más que temer por simplemente avanzar, temía dejar su trabajo atrás y no poder seguir luchando; detestaba la idea de no poder volver a correr.

Aquella noche, al final del mes, me pidió que me acercara. Casi en susurros, pues era la única forma de expresarse, me recitó un pedazo de un poema que hacía muchos años había escrito.

Sería mentir si les dijera que recuerdo cada estrofa, pero sí recuerdo los últimos versos que en su lecho de muerte me recitó, decían masomenos:

"En cada sonrisa se despierta la ilusión
y se descobija de un sueño la felicidad,
escribiría cada noche una canción
que te permita morir con tranquilidad."

sábado, 23 de octubre de 2010

Ahora, casi al final.

Ahora que estoy tan cerca de cumplir por primer vez con una de las cosas que me he propuesto, siento el placer inmenso de ver hacia atrás con orgullo, gratitud y felicidad. Muchas veces he pensado que la vida se pone cuesta arriba; que las cosas poco a poco se desmoronan cada vez más y que no nos queda más que ir aceptando cada pérdida y seguir adelante como animales de costumbres q somos.

Si bien es cierto nunca he tenido necesidades insatisfechas en mi vida, pues gracias a Dios nunca me ha faltado ni un techo ni comida; siento que el sufrimiento y el dolor que todos sentimos en las etapas de nuestra vida son muy específicos en cada situación y no podemos, ni es justo, subestimar todas aquellos sentimientos con los que no nos sentimos para nada cómodos.

A pesar de ser una persona muy bendecida, eso no significa en lo más mínimo que estoy eximido de sufrir; ni mucho menos que mi sufrimiento (así como el de cualquier otra persona) sea menor o sin importancia. La clave del dolor es que se presenta en tantas formas como personas y situaciones hay en el mundo. No existe ningún tipo de exclusión en este sentido: todos sufrimos de una u otra forma.

Algunas personas intentan constantemente estar callando los gritos de dolor que hay en sus corazones, y sin darse cuenta hacen como una carrera contrarreloj, una bomba que en cualquier momento puede explotar por el mínimo detalle. Muchas veces mentirnos y engañarnos a nosotros mismos se vuelve como una costumbre, y es algo sumamente peligroso porque perdemos la perspectiva real de cada situación, y por lo tanto podemos no tomar las mejores decisiones a la hora de buscar soluciones.

En este preciso punto de mi vida estoy a punto de dejar atrás algo, pasar a la fuerza una etapa, dejar atrás una cantidad inmensa de recuerdos y situaciones vividas. No sé cuántas personas sentirán apegos emocionales a ciertas cosas materiales, pero que más allá de ser cosas materiales representan etapas, aprendizaje, crecimiento; es una constante en un proceso de la vida, y que para mí es y ha sido muy importante.

En mi caso, estoy dejando atrás mi casa. La casa en la que me crié la mayor parte de mi vida hasta ahora. La casa donde jugué, donde quebré cosas, la casa en la que celebré mis cumpleaños; para muchos será una simple casa, para mí representa un hogar, el lugar donde maduré, donde aprendí, donde me "embarrialé". Y dejarla atrás, aceptar que perdimos no es para nada fácil, no es simplemente salir de la casa.

Por supuesto, como todo en la vida, este tipo de sensaciones se presenta con diferentes rostros, en mi caso es mi casa; para otros puede ser un perro, un carro, incluso un simple juguete de infancia. Todos tenemos ese algo (o "algos") con lo que formamos una relación emocional, algo que va más allá de un simple objeto y pasa a tener un sentimiento impreso.

A pesar de que no ha sido fácil este proceso, es una fachada más que tiene la vida para enseñarnos muchas cosas. Los peores momentos, los momentos de crisis son cuando existen las mejores oportunidades para crecer, para rehacernos como personas, para volver a soñar. Todo, absolutamente todo consiste en la actitud, y que la actitud vaya determinando nuestro estado de ánimo. Y por supuesto, ante todo, la ayuda de Dios y de todas aquellas personas que tenemos a nuestro lado y que nos van a acompañar en todo momento.

Learning to Fly!

viernes, 22 de octubre de 2010

Imaginar que te vivo plenamente.


Estaba simplemente tratando de desteñir.
Quitarle los colores a una mentira sin piedad.

Soñé tantas noches con huir.
Escapar de esta angustiante ciudad.

Descansé mi cabeza en una esperanza vacía.
Y dejé perdida la razón de mi vida.

No recuerdo bien que eran aquellas melodías.
Que se escondían detrás de las cortinas.

Solo sé que la tristeza se despertó.
Y poco a poco conmigo acabó.

A pesar de haber luchado tantas guerras con el olvido.
Todas las batallas y hasta el orgullo lo he perdido.

Quiero abrirle los ojos a tu corazón.
Que con cada estrofa recuerdes esa sensación.

De amar tan plenamente como una bella canción.
Y que se recuerde eternamente esta linda relación.

Ir cada día haciendo tus sueños realidad.
Coloreando las paredes del color de tus ojos.

Para imaginar que te vivo plenamente.
Y que tus pupilas se graban en mi mente.

Con cada noche dormir todos tus miedos.
Al despertar regalarte los amaneceres.

Serle fiel al sentimiento que tengo.
Sin temer por si algún día te pierdo.

Abrazar con mi sonrisa tu mirada.
Coquetearle a la Luna hasta enamorarla.

Y de esa forma regalartela.
Como recado de mi corazón hacia el tuyo.

De que la felicidad por siempre a tu lado.
Es cuestión de mantenerme enamorado.

jueves, 21 de octubre de 2010

No quiero ahogar mis sentimientos.


Perdido en un sueño que no tiene sentido.
Relatos de vidas que no han llegado.

Siento, me escucho hablar pero no soy yo.
No reconozco el sonido de mis pasos.

Presiento que dejado atrás mi espíritu.
Nada que encontrar más al fondo de este hueco.

Nada que desear ni nada por lo que luchar.
Una simple esperanza que se esconde detrás del destino.

Un camino que juega con los rumbos.
Escaleras que no llevan a ningún lado.

Quisiera sentir que vivo.
Que cada latido es una palabra de aliento.

Una simple razón para querer seguir aquí.
Aunque sea una mentira que me permita aguantar.

Dejar para siempre de pensar.
No volver nunca más a razonar.

Dejarme llevar por el más natural de mis sentidos.
Escuchar tus palabras como repican en mis oídos.

Disfrutar la lluvia que golpea mi cara.
Descansar debajo de un árbol una mañana soleada.

Llorar cada noche antes de dormir.
Despertarme con el mayor deseo de vivir.

Y de esta forma ir poco a poco aprendiendo a resistir.
Que cada golpe me mantenga hasta el fin.

Conocer las razones de las cosas.
Y esperar entender por qué la vida es tan torpe.

No quiero ahogar mis sentimientos.
En un mar donde todo se vive más lento.

Solo quisiera despertar de una vez por todas.
Nunca más volver a caer en un sueño tan profundo.

Porque he dejado olvidado en algún rincón de esta vida.
La extraña razón por la que yo te quería.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Cantar las canciones que te permiten soñar.


Existen muchas razones que llenan de sentido.
Los espacios vacíos que la tristeza va dejando.

En cada centímetro que recorre tu cuerpo.
Cada latido que sale de tu corazón.

Escuchas una voz clara que te habla.
Con tranquilidad y la frescura del que te ama.

Y sientes por primera vez en mucho tiempo.
Como cada respiro toma vida de tus pulmones.

Para mantenerte de pie en todo momento.
Cicatrizar cada herida con cada verso.

Cantar las canciones que te permiten soñar.
Las mismas que hace un tiempo te hicieron avanzar.

Sentir recorriendo por tus venas.
La ilusión que en cada suspiro se resuelve.

En el agua se empapan las ecuaciones.
Encontrando a tus problemas soluciones.

Pues al sumar sonrisas cada día.
Y restar las lágrimas que te deshidratan.

Si las multiplicamos por cada instante de alegría.
Dividiremos el efecto de los que te maltratan.

De esta forma, las matemáticas en tu vida.
Te alejarán de todo momento de cobardía.

La costumbre que te hará sonreir.
Encarcelará tu deseo de vivir.

Para siempre tener esa ilusión.
De seguir adelante a pesar del dolor.

Y cuando menos lo esperes.
Escucharás que tocan tu puerta.

Será la realización, que te viene a buscar.
Para llevarte a donde te podrás encontrar.

martes, 19 de octubre de 2010

Al mentir se elimina la verdad.


Tantas extrañas coincidencias.
Situaciones que no deberían de pasar.

Tantas veces he escuchado.
Que río que suena trae piedras.

Pero ese es el arte de las casualidades.
Que se burla de todas las verdades.

En cada tropiezo de una mentira.
Se distorsiona la situación con una excusa.

Y por supuesto que para todo hay una razón.
Si no nada tendría solución.

Es tan fácil mezclar las realidades.
Y llevarnos a un mundo de cualidades.

Algo extrañas por no decir incoherentes.
Que nos venden en la calle diariamente.

Cuando la verdad se convierte en un esfuerzo.
Es donde la mentira se convierte en lo cierto.

Pero hay que tener cuidado.
Porque mentir es realmente algo malo.

Aún más si la aplicamos a nosotros.
Y llegamos al punto de no saber diferenciar.

Todo aquello que es como es.
De lo que no es como debería de ser.

Y por tanto intento de querer apantallar.
Todo aquello a lo que queremos apostar.

Podemos perder la única verdad.
Que en la vida nos pueda ayudar.

Por eso me siento un rato.
A reirme de tanto maltrato.

Y escuchar de la propia voz del destino.
Que me cuenta las mentiras que me han dicho.

Ingenuo sería pensar.
Que al mentir se elimina la verdad.

lunes, 18 de octubre de 2010

Imaginar por un instante que podrás ser mía para siempre.


No sé cuantos años tendrán que pasar.
Para intentar romper las cadenas que atrapan.

Son tantas las ideas que van muriendo.
Tantos pasos que se van borrando.

Y el recuerdo es como una lucha con el olvido.
Donde se pone en juego todo aquello que he vivido.

Tantas enseñanzas y lecciones.
Tantos sueños y canciones.

Y ahí en medio de tantas cosas que van pasando.
Escondida entre las rendijas de la indiferencia.

Un poco callada, un poco fría.
Un silencio que maltrata.

Estás tú; como una constante entre tanto dolor.
El recuerdo de aquél amor que hace un tiempo murió.

Y hemos tratado de resucitarlo.
Darle la frescura de un viento alicio.

Tratamos de coser una vez más tu corazón con el mío.
Enamorar mi mirada con tu sonrisa.

Tantas tardes ya que hemos tratado de recordar.
Tantos sentimientos que nos hicieron amar.

Aquella locura y perfección.
Que solo nosotros eramos capaces de disfrutar.

Poner a conversar a nuestros labios.
Saborear una vez más la dulzura de tus besos.

Imaginar por un instante que podrás ser mía para siempre.
Y que será fácil alcanzar nuestros sueños.

La ilusión que me trae pensarte.
Es la razón que me impide dejarte.

Por eso en estas palabras que hoy escribo.
Te recito todo aquello que he sentido.

Para que recuerdes y tengas presente.
Que estás siempre en mi corazón y mi mente.

A tu lado no importa nada.
Y mi intención es tenerte enamorada.

sábado, 16 de octubre de 2010

Sentado en la terraza de tu mente.


Sentado en la terraza de tu mente.
Donde compartes tu vida con tu suerte.

Conversaciones que repican como campanas.
Alertando tu razón por las mañanas.

No comprendes enteramente el sentido.
Te sientes angustiado; te sientes perdido.

Envuelto en trampas del camino.
Con tanta gente y tanto olvido.

Tantos problemas que buscan solución.
Cada cabeza esconde una razón.

Tanta ruido que no deja ubicar.
Cada idea donde tiene que estar.

Y en medio de laberintos que esconden pensamientos.
Te encuentras como un niño que grita a los vientos.

Tratando de ser escuchado.
Tratando de escapar por algún lado.

Encontrar desde ahora y para siempre.
El camino que te lleve al lugar que quieres.

Dejar atrás los sueños sin sentido.
Olvidar todo lo que te ha dolido.

Ver más allá de estos senderos sin final.
Para alcanzar por lo menos algún tipo de tranquilidad.

Abandonar esta ruta sin destino.
Destapar a la sonrisa y al alivio.

viernes, 15 de octubre de 2010

Creo que es hora de que te vayas yendo.


Coso mientras coso cosiendo.
Los pedazos de un corazón roto.

Como vidrio que se resquebraja en el suelo.
Y que al juntarlo te puedes cortar un dedo.

Como marioneta que ha pasado de moda.
Que ya no tiene ni sentido ni emoción.

En cada sutura, se desangra un poco más.
Es cada recuerdo que de ti trato de limpiar.

Pesco mientras pesco pescando.
Esperanzas en el fondo de un lago.

Como quien rebusca lo que se le ha perdido.
En la profundidad donde nada tiene sentido.

Tantas tardes en medio del agua.
Con la nostalgia sudando en mi piel.

Deseando tanto poder olvidarte.
Y de mi vida para siempre sacarte.

Escribo mientras escribo escribiendo.
Y rediseño mis amores en un cuento.

Los mismos que alguna vez creí reales.
Y que alguna vez me arrebataron carcajadas.

A los que juré por siempre amar.
Llevar conmigo hacia el mismo lugar.

Aunque alguna vez te soñé a mi lado.
Hoy de mí para siempre te has alejado.

Trazo mientras trazo trazando.
E imagino que me estás amando.

En la absurda paradoja que queda en los enamorados.
Siendo conscientes de que nunca me habías amado.

Así pido un último favor al universo.
Que no pueda escribir de ti ni un verso.

Y que el dolor que un día causaste.
Se acabó en mí el día que me dejaste.

Escalo mientras escalo escalando.
Pienso en todo lo que te estoy entregando.

Mis sueños y pensamientos.
Mi vida y tormentos.

Mis secretos más profundos.
Mis alegrías y mis tristezas.

Pero antes de todo, me estoy despidiendo.
Creo que es hora de que te vayas yendo.

jueves, 14 de octubre de 2010

Encerrada en mi propio cuerpo.


De repente todo es como oscuro, confuso.
Sé que no soy consciente pero distingo una sola voz.

Una voz que en el fondo de todo es la única que me deja seguir.
No soy capaz de pensar, de analizar, de razonar.

No tengo seguridad de seguir, no sé si es lo que quiero hacer.
Hay tantas cosas que pueden salir mal.

Ahora entiendo que estoy en una cama, y seguramente en un hospital.
Pero no entiendo por qué me siento encerrada en mi propio cuerpo.

Por más que intento no logro abrir mis ojos.
Todo es tan tenso y estresante, pero a la vez necesito que acabe.

No existen balanzas que puedan medir realmente el peso.
De querer vivir o sencillamente dejar todo así.

No existe un medicamento capaz de curar.
Y arreglar los tormentos que me encarcelan.

Pero a pesar de todo, cuando más lucho por dejar todo.
Es esa voz que susurra en mi oído la que me da la fuerza que necesito.

La fortaleza de un espíritu despierto.
Pero esposado a un cuerpo dormido.

Quisiera entender de una vez por todas.
Y poder hacer una lista donde se exponga.

Todas aquellas razones por las que vivir tenga sentido.
Poder distinguir si son más mis ganas de morir.

Si pudiera simplemente abrir mis ojos y gritar.
Expresar mis miedos y mi dolor.

Imprimir en hojas en el aire.
Tantos momentos que me arrebatan las fuerzas.

Tanta lucha en una vida injusta.
Tanta injusticia en esta lucha de la vida.

Si tan solo pudiera sentarme a conversar.
Escucharme una tarde mientras escucho el agua caer.

Y respiro la pureza que existe en un bosque.
Con la frescura de un bello manantial.

Si pudiera poner a dormir a mi dolor.
El verdadero, el que está en mi corazón.

Y al menos creer que puedo vivir.
Sentir que puedo volver a sonreír.

Desearía tanto poder despertar.
Y una última vez volverlos a abrazar.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Una cara de Dios (Para y por los *Mineros*)

No todos los días nos topamos con esos detalles que explican de una sola vez todo el sentido de la vida misma. No en todo lugar del mundo sería posible coser a un planeta entero en esas uniones que muchas veces anhelamos para otras circunstancias. Es cuestión de reflejar ese perfecto sentimiento de hermandad y humanismo que todos tenemos dentro de nuestro corazón.

Si partieramos de situaciones tan determinantes y que definan de una u otra manera el sentido de la vida, y remarcara fuertemente sobre papeles impresos en el aire el significado puro y preciso de unión, tal vez seríamos un mejor planeta; tal vez sería un poco más fácil cargar con nuestra cruz, y poder sentir cerca de nosotros el calor humano que muchas veces se ahoga en tanto frío que trae esos sentimientos de soledad que nos arrebatan cualquier impulso de felicidad, de motivación.

Para cuando se trate de milagros y existan todavía personas incapaces de abrir lo más real de sus sentidos, la vida poco a poco se va encargando de dar muestras de la grandeza de un Dios que está en el cielo; y trae consigo una canasta repleta de aprendizaje, enseñanzas y crecimiento para todas aquellas personas que de una u otra forma sienten en sus corazones el dolor, la angustia y el placer de ver a un pueblo hermano festejando por una bendición de Dios.

Va mucho más allá de simplemente querer ser parte del montón; todo esto encierra el sentido de unidad que debe de existir en todos nosotros como seres humanos y principalmente como hermanos latinoamericanos. Es como tomar aire, como refrescar de una vez por todas tanta sequedad en tiempos donde reina la indiferencia y el olvido.

Es increíble cómo una situación se puede convertir en todo un símbolo para cientos de miles de millones de personas; cómo una situación en una pequeña localidad de un país puede conmover y poner a pensar a todos aquellos que sienten que algo no está bien en este mundo que hemos ido creando, mundo en el que hemos dejado atrás ese sentimiento de unificación, y le hemos permitido entrar a estos sistemas egoístas e intransigentes que nos dominan.

Hoy, un grupo de personas que quedaron enterrados a más de 600 metros bajo tierra nos han dado una de las mayores lecciones sobre lo que realmente es la fe, la confianza, la esperanza y la lucha sin final. No es un simple hecho; trasciende completamente a ser una idea, un ejemplo, una señal de que en este mundo todavía se tiene lo que se necesita para avanzar, y que todos, juntos como hermanos, somos capaces de dejar diferencias absurdas atrás, y corregir toda la indiferencia y el egocentrismo, para comenzar a construir los principales pilares de un mundo más justo, más leal y más esperanzado que nunca antes en nuestra historia.

Quedará este hecho reflejado como un eco sin final; es un dibujo permanente en las mismisimas entrañas del planeta, donde un grupo de personas plantaron la semilla de la esperanza y nos toca a nosotros cultivarla muy dentro de cada uno. Esto es un recordatorio de que la unión entre hermanos es uno de los primeros pasos para seguir adelante; que la esperanza y la fe son mucho más poderosos que la voz de algunos cuantos que intentan quitarle a esta vida la magia preciosa que le envuelve.

Y una vez más se ve ejemplificado el arte exquisito de sonreír, de contagiar la alegría y la gratitud; no importanta en cual situación, no importa si parece no haber unas sola razón para hacerlo, siempre una sonrisa es la mejor forma de motivar a la felicidad para que aparezca en nuestra vida. Una sonrisa realmente es más eficiente que una vitamina para recomponer el cuerpo; porque una sonrisa lleva a otro nivel por completo el estado de ánimo de uno como persona y de todos los que nos rodean.

¡Fuerza Chile! ¡Fuerza Mineros!

Que lo que hoy se está logrando es muchísimo más que un simple rescate; estamos viendo frente de nuestros ojos el rostro claro y nitidio de Dios.

martes, 12 de octubre de 2010

El Sol.


Aquella parecía ser una mañana normal. Bastante parecida a un par de sueños que tuve atrás en mi infancia. Creo que el Sol regalaba sorpresas de oro en cada rostro, y las flores le ponían perfume a cada sonido de los pájaros recién despiertos. Todo estaba listo, incluso tenía mi mente repleta de ansiedad, sabía que era importante tener bien abiertos los ojos.

La mañana iba avanzando, y poco a poco se fue empapando de un poco de misticismo con una pincelada de fantasía. Me topé de repente con una gran incertidumbre que le hacía cosquillas inquietas a mi sentido de terquedad. Pero simplemente no entendía, al menos no en ese momento. El Sol seguía subiendo, seguía calentando cada rincón al que llegaba, de hecho, calentó el frío de mis manos, el mismo que sentí justo cuando terminé de tomar el baño.

Una leve sensación de insatisfacción me rodeó por instantes, pero no duró más de lo que dura un pensamiento en olvidarse. Pasados varios minutos, me encontré con el paisaje colorido; muchos verdes jugando con el celeste. Todo parecía tan vivo, incluso el asfalto tenía algo de sentido. Distracciones típicas de ambientes que dejan lo natural para otro momento, pero ante todo prevalecía esa sensación como de arrebato de alegría; el humor de un sentimiento que aún desconocía.

Pensé por instantes que llegaríamos a confundirnos con la nitidez del cielo. Y al sentir la brisa fresca como abrazaba cada centímetro de mi cuerpo, comprendí que esto no era para nada una ilusión. Sin embargo, guardaba similitud con uno de aquellos sueños, ¿recuerdas? Uno de los que empezaron exactamente como inició este día; el mismo Sol parecía reír mientras se escondía detrás de un par de nubes inquietas.

Poco a poco los colores se opacaron, y sentí por primer vez este impulso insostenible de pintar aquél cuadro. Me imaginé por un instante sentada en estas rocas, escuchando tantas historias que tienen que contar. Repasar en aquella frescura mi deseo por conocer los secretos que se olvidan cuando se aprenden a obviar.

Escuchaba tan claramente aquél silencio tan extraño, pues parecía que entre los ecos se perdía la melodía de un par de animales jugueteando en aquél inmenso lugar. En medio de todo esto, escuchaba un sonido que se podía confundir con el constante latido de un corazón; por primera vez en mucho tiempo llegué a sentir que me encontraba muy cerca de mí, y en cuestión de segundos tuve miedo y euforia.

No era aquella una idea totalmente loca, pero tal vez un poco absurda. Pensar que podemos colorear todo aquello que le falte color, imaginar por un instante que podemos ser parte de una linda ilusión; sentir que tenemos el ánimo de salir a correr y que nuestros gritos reboten en un eco de felicidad; abrir nuestros ojos y permitirnos ser parte de una idea real, un juego de azar donde cada noche se escurra el dolor y se drene para siempre todo tipo de rencor y que a la mañana siguiente, justo como esta misma mañana, el Sol se ocupe de sanar toda cicatriz que queremos dejar atrás.

lunes, 11 de octubre de 2010

Holding your hands carefully.


For those moments when I'm cold.
The loneliness inside me.

For every second I decide to share with you
And the many ways that I could love you.

For the inspiration and the imagination.
The long way to be right here at this moment.

For my present, and especially my past
And everything you do to bring me happiness.

All my memories.
All my worries.

Every little thing that you've been doing for me.
Every little mistake that you've forgotten.

For the simple idea of you being my eternal love.
And the illusion of sharing my live with you.

Perhaps all the struggling and this complete charade.
In that place where I've to play your games with specific care.

Sometimes I feel, in those unique moments when I look into your eyes.
That I could find in your heart, the missing key in my life.

I just want you to know.
That my love for you is real.

Even though it seems so difficult for us.
Nothing's impossible when we try.

So, maybe one day I'll be sitting by your side.
Holding your hands carefully.

And I will tell you from the bottom of my heart.
That you've always been the love of my life.

sábado, 9 de octubre de 2010

It's the guarantee of my happiness.


Do you really think it's just the green of the world.
Or it's the beauty of your face.

Sometimes when it's all dark.
When everything's just a mess.

I imagine myself in one dream.
A dream that I want to share with you.

But then, when I wake up.
I realize that it's nothing but a dream.

And suddenly I'm wondering.
And I start asking questions to my own feelings.

Searching for answers where there's no one.
Trying to believe, that deep inside your heart I could find something.

Maybe the last part of this equation.
Or simply a clue that guide me throughout this paradox.

The crazy idea which I supposed to give up.
That lie, that stole my self-esteem.

But there's something in your eyes.
Something beatiful and fullfilling.

The magic within your ways.
Is everything I ever wanted.

So, the reason for my life.
And the happiness I've always been searching.

I've found it in your smile.
Since the first time I saw you.

Now my plan has a meaning.
And a perfect face drawn on it.

It's the reflection of yours.
It's the guarantee of my happiness.

viernes, 8 de octubre de 2010

Poco a poco aprender a volar.


Desearía tanto poder caminar sobre el mar.
Mojar mis pies para refrescar mis pasos.

Sentir que en cada gota de agua existe un poco de Dios.
Que hidrate mi alma de fuerza y amor.

He soñado tantas veces con dejar de sufrir.
Por razones sin sentido y peleas sin final.

Por eso amaría poder descubrir.
Todo aquello que me permite seguir.

Los secretos que se esconden muy dentro de mí.
Y sentarme a conversar conmigo mismo.

Darme el apoyo que tanto necesito.
Contemplar la belleza y la honestidad.

Que trae consigo la pureza y la humildad.
De no fallarnos a nosotros mismos.

A veces pienso en mi terquedad.
En la necesidad que tengo de triunfar.

Tener la entereza para afrontar mis más grandes miedos.
Superar los límites que ni existen.

Valorar siempre a los que me quieren.
Los que me cuidan y no me hieren.

Por eso he sentido esa necesidad.
De poco a poco aprender a volar.

Y recorrer kilómetros enteros en segundos.
Conocer rincones que se esconden en cada canción.

Enamorar con mis palabras a un justo corazón.
Intercambiar sonrisas por sonrisas.

Eliminar las lágrimas y las heridas.
Cambiarlas por besos y caricias.

Tatuarle una sonrisa al Sol.
Y escribir un cuento que se refleje en el océano.

Que cada ola sea una carcajada del mar.
Cada suspiro de un bosque escuchado por un río.

Se convierta en el más lindo camino.
Para encontrar por siempre el equlibrio.

Ante todo poder silenciar.
Todo aquello que te pueda maltratar.

jueves, 7 de octubre de 2010

Poder sentir estrellas en mis manos.


Sería definitivamente como intentar cambiar el mundo.
O justificar los motivos sin razón.

Tratar de detener a la lluvia.
Espantar por siempre a las nubes.

Dedicar el espectáculo del Sol.
Visitar una obra de teatro en un cometa.

Y viajar por toda la galaxia en busca de pequeñas moléculas.
Para poder armar una vez más mi corazón.

El que me rompiste hace un tiempo atrás.
Y que terminaste de destruir un día como hoy.

Entonces el universo conocer.
Sentir que soy dueño de un planeta.

Donde pueda estar lejos de ti.
Donde mis recuerdos queden ciegos de tanto dolor.

Donde el ayer no sea más una tortura.
Poder dormir en paz, cerrar los ojos y disfrutar.

Respirar, y en cada suspiro dejarte para siempre atrás.
Tener amnesia selectiva, y que tu rostro se desvanezca.

Poder sentir estrellas en mis manos.
Robar un manto estelar.

Para poderme cobijar de este frío.
Que siento mientras te intento olvidar.

Pararía en cada planeta.
Para dibujar un corazón en la tierra.

Tal vez algún día volver a soñar.
Que llegará a mi vida a quien podré amar.

Seguramente lloraría mucho.
Pues iría arrancando trocitos de mi corazón.

Serían pedazos tan pequeños.
Y tan brillantes al final.

Que cuando veas hacia el cielo.
Estrellas te parecerán.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Nunca entendí las instrucciones del juego.


Solo algunos caminan bajo la intensidad.
Que se percibe en alguna tardes de la eternidad.

Cultivar memorias que algún día necesitaré.
Para manejar mis tiempos y mis angustias.

Sentir la caricia de una sonrisa en mi cara.
Y las palabras desnudas de un corazón consciente.

Que susurra a gritos de desesperación.
Todo lo que encierras en mi corazón.

Pretendo acorralar para siempre tus fuerzas.
Y que de mí no te puedas alejar.

Saber que existe en esta mundo.
Una simple razón para vivir.

Pues cuando la amargura me atrapa.
Son tus palabras la llave que abre este candado.

Cuando la locura se arrecuesta en mi hombro.
Siembro cordura sobre el cemento.

Maniatado por mis cinco sentidos.
Suplicando y esperando.

Que se resuelva por siempre.
La angustia que me roba los minutos.

En medio de tan inmensa suerte.
Rompo las hileras que me marcan.

Que guían mi sendero con mi suerte.
Y sobreponen sonidos a mi muerte.

Siempre supe que era cuestión de valentía.
Creer que te tendría toda la vida.

Quise jugar contigo a que nos amáramos.
Pero nunca entendí las instrucciones del juego.

No sé ya si aceptar la derrota.
O convertir todo esto en una extraña victoria.

martes, 5 de octubre de 2010

Siento que algo dejaste atrás.


Los recuerdos son como fotografías de un pasado.
Pasado que nunca se convirtió en futuro.

Fueron las desesperaciones del ayer.
Las que me incitaron tantas locuras cometer.

Me perdí la cita con una muestra del camino.
Me perdí en la dirección hacia mi destino.

Camino y entretengo paisajes que se descubren.
Entre las montañas de esta mente caída.

Recortando las distancias de mi imaginación.
Que me permitan llegar a tu corazón.

Escribir canciones, letras que cante el viento.
Y que te las susurre al oído por las mañanas.

Que creas que son los pájaros despertando.
Sin darte cuenta que soy yo quien te esta enamorando.

Entre repercusiones y consecuencias de mis actos.
Dejo atrás y para siempre tantos miedos.

Golpes que secuestran mi tranquilidad.
Silencios que sofocan mi estabilidad.

Secretos y dudas que nunca resolveré.
Mentiras evidentes que por siempre ignoraré.

En mi ceguera machaco los llantos.
Dolores y tantos quebrantos.

Pues la vida al final de cuentas es tan corta.
Cuando cierras y abres los ojos todo cambió.

Incluso la esencia de la persona que amas.
Se esfuma entra las letras de una canción.

Recuerdo aquellos días cuando sabía que cambiarías.
Y quise aprovechar cada segundo a tu lado.

Hoy, aunque aquí estás.
Siento que algo dejaste atrás.

lunes, 4 de octubre de 2010

Juega a las cartas con la suerte.


En ocasiones es tan simple como mirar atrás.
Recordar aquellas tardes cuando hablabamos.

Desdibujando señales que la vida va mostrando.
Casualidades algo extrañas que iban pasando.

Siempre supe que las cosas serían de esta forma.
Y que la recompensa es casi como una deshonra.

Tambaleaba un ajedrez en tu cabeza.
Como quien juega a las cartas con la suerte.

Soñando pintar arcoiris por las noches.
Descobijar del sueño a la esperanza.

Despejar de un beso tu mente dormida.
Llevarla a un rincón del amor.

Encontrar perdido en tu mirada.
Los secretos que se pierden en el adiós.

Las mañanas que no compartiremos.
Los caminos que nunca se volverán a cruzar.

Ser juez en medio de tanta turbulencia.
Mitigar los daños de tantas incoherencias.

Porque cuando caminas a kilómetros de mí.
Es mi corazón que se desvive por ti.

No volver la cara cuando te topas una decepción.
Es la valentía del que tiene noble corazón.

Pero en las acotaciones de esta obra de teatro.
Nunca decía que sería tanto el maltrato.

En cada golpe, una lágrima perdida.
Y en cada grito, un beso desaparecido.

sábado, 2 de octubre de 2010

Caos.


Vvimos todos tantos momentos de feliciadad y alegría, y algunas veces sentimos ese miedo espantoso o esa sensación angustiante de que ese estado emocional positivo es simplemente pasajero. Pues la vida está en constante cambio, y no siempre nos muestra sonrisas en su rostro.

Es defícil vivir con niveles de incertidumbre. Es el miedo multiplicado por la ansiedad y elevado a la anticipación de los hechos. Es como ir poco a poco haciendo el hueco donde estará nuestra tumba; sin tener en claro el día en que eso llegará. Es, por supuesto, un desgasta físico y emocional que se puede convertir en una debilidad sumamente influyente en nuestras vidas.

Cada acción, cada decisión que vamos tomando sobre la marcha, muchas veces parte del hecho de un estado general del entorno sin mayores problemas o dificultades. Consiste en un análisis subjetivo y rápido de nuestra mente para definir los pasos a seguir en cada proceso que vamos llevando en todo instante.

Siempre luchamos, sin darnos cuenta, contra esa posibilidad de un momento, sea cercano o no, donde todas las cosas que están en orden, se van a desacomodar. El caos es un estado que si bien es cierto no es permanente, es completamente estacional; y trae consigo la caracterísitica de envolver en su tormenta varios aspectos de nuestra vida. Es decir, un mal siempre viene acompañado.

Todo esto se complica mucho más cuando se trata de caos en cuestiones que son pilares en nuestra vida. Sea familia, trabajo y por qué no, Dios. En este último caso son esos momentos donde a partir de una situación que consideramos sumamente injusta, repercute directamente en nuestro pensamiento con respecto de Dios. Y ahí lo culpamos por no habernos ayudado, etcétera.

Claro que no es sano vivir en caos. Por eso siempre, en cualquier situación, el ser humano tiene la inteligente tendencia de ir buscando soluciones progresivas y graduales en cada caso y escenario en específico. Cada situación es un mundo a parte con soluciones tan diversas como personas existimos, y se trata de eso; de ser capaces de entender que no importa la mala situación que se nos presente, de una u otra forma existirá una solución que nos traiga de vuelta a la calma que nos permita descansar cada noche con la tranquilidad que nuestro cuerpo necesita.

Es muy difícil a veces entender estas cosas. En los malos momentos se empañan los ojos de nuestra mente, y en definitiva no somos capaces de ver más allá. Todo es un caos, y para nosotros no existe nada que lo pueda arreglar. Pero siempre, de la forma que sea, existe esa luz de esperanza que nos ayuda a ordenar nuestra vida.

Esa luz de esperanza tiene nombre. Está en todas partes y nos acompaña en todo momento. Esa luz es Dios. Pero Él no es tan prepotente como para tomar decisiones por nosotros; nos dá la libertad de, con base en nuestro conocimiento, tomar cada decisión en la vida, y permanece ahí eternamente para nosotros ya sea para festejar lo bueno, o apoyarnos en lo malo.

viernes, 1 de octubre de 2010

Soñar es crear escaleras.


Son como tijeras que cortan intenciones.
Como frenos que limitan mis acciones.

Hay cosas que simplemente no encajan.
Cuando ponemos muchas cosas en perspectivas.

Hay ideas que muchas veces escapan.
Y sin darnos cuenta perdemos un pedazo de futuro.

Hay sobornos para mentes engañadas.
Hay propinas para refuerzos mentales.

Cada vez que siento una piedra en el zapato.
La incomodidad me empuja a soltarme.

Me convierto en un terco y desalmado.
Cuando se trata de aquellos que quiero.

Exigimos mucho más cuando se trata de nosotros.
Percibimos mucho menos cuando se trata de nosotros.

Para mentes objetivas nada mejor que sopa de realidad.
El brillo del reflejo que juega con el imán de mi sonrisa.

Pero en veces representas todo lo que quiero.
Otras tantas te conviertes en mis miedos.

En la de menos me sentiré atrapado en una nostalgia.
En murmullos que estorba a la constancia.

Cuando la certeza de una situación no es posible.
La confianza es el sustituto perfecto en la receta.

Imaginar es crear paralelas.
En las líneas que existen en tu cabeza.

Soñar es crear escaleras.
Que nos lleván a otro lugar.

Y por puentes de inmensos caminos.
Se desplazan impotentes destinos.

Que conllevan a diferentes lugares.
Donde los sueños no distinguen verdades.

Como siempre lo he pensado.
Lo importante no es el final, sino el camino.