lunes, 28 de febrero de 2011

¿Quién soy?

Tantos días escribiendo, he ido desangrando en palabras mis sentimientos; unos son ambiguos, otros no tanto, pero en el fondo todos guardan un secreto enredado, una mentira hecha verdad o una intención convertida en acción. Han habido tantos momentos donde he sentido que escribir es simplemente una forma de desahogo; hoy me doy cuenta que es mucho más que eso.

He ido cultivando frases que riego con el agua de la honestidad, pues he llegado a entender que ser fiel es una cualidad personal que hay que poner en práctica con uno mismo; si no puedes mantenerte fuerte y terco en tus ideales, muy probablemente no vas a poder hacerlo con otra persona. Recuerda que cada instante que pasa el segundero de tu reloj no lo devuelve, el tiempo camina cada vez más rápido apesar de lo que puedas llegar a querer.

Y en una vida que no da tregua, en un camino que nunca se detiene, hay que ser personas suficientemente concientes de quienes somos realmente; y no se trata de tener un puñado de valores que muchas veces se contradicen unos a otros, o valores "convenientes" que aplicamos en ciertos momentos y en otros no.

Se trata de ser personas transparentes y claras con nuestros propios pensamientos, forjando ideas concretas de los aspectos fundamentales en nuestra vida y nuestras relaciones interpersonales; se trata de poder leer al revés cuáles son cada uno de los pilares que sostienen nuestra personalidad y actitud en la vida.

Porque pensar que vivir se resume en malgastar el tiempo cobra una factura muy cara; el presente puede parecer eterno, pero en un abrir y cerrar de ojos te vas a topar más viejo y con menos oportunidades, tal vez en ese preciso momento desearás volver el tiempo atrás para valorar cada segundo de la mejor forma posible.

En esta vida el objetivo es ser feliz; la felicidad se convierte en la piedra angular de cada uno de nosotros, donde ponemos a prueba constantemente nuestro deseo de respirar el aire o ver un nuevo amanecer. Pues una persona que no sea feliz está condenada a sufrir la desdicha que trae no haber sabido elegir.

Define los colores de los lápices que usarás para pintar un dibujo de tu futuro, no hay nadie más que tenga la posibilidad de hacerlo, porque sea como sea eres el único dueño de cada decisión que tomas, incluso de las que parecen más tontas y sin importancia, pues en un mundo de detalles, hasta las pequeñas cosas pueden derribar montañas.

sábado, 26 de febrero de 2011

A veces para ver, tenemos que cerrar los ojos.


Justo luego de terminar la conversación fui entendiendo mil cosas diferentes que nunca antes había sido capaz de entender; a veces es necesario cortar por lo sano una parte herida de una planta, y luego vuelve a nacer, nueva y rejuvenecida, sin las heridas que la manchen ni etiqueten su pasado. A veces para ver, tenemos que cerrar los ojos.

Sus palabras quedan guardadas en un casillero de mi mente, donde pretendo mantener bajo candado los recuerdos que fuimos construyendo, pues luchar contra el presente es una batalla que normalmente se pierde, por eso creo que apartar del camino las cosas que me pierden es una buena estrategia para comenzar a vivir. Es un momento de analizar, es mi momento de interiorizar, de aprender a valorar y a corregir los errores de ayer.

No se vale pensar que lo que fue, será; no es justo desmeritar cada paso que has dado, pues cuando menos lo piensas más lo entiendes, cuando más lo sientes más aprendes. Porque el sueño que tienes cada noche, de ver un futuro donde lees su nombre, es más que una opción perdida, es la puerta que se abre para escoger sobre tu vida.

Recuerdo el frío que hacía, y el viento golpeando mi cara; hoy, cada cicatriz en mi corazón que lleva su nombre me motiva a seguir, a sentir el orgullo de luchar y saber que puedo dormir con una consciencia limpia, y eso, eso no tiene comparación con nada. Porque a través de los años me he ido conviertiendo poco a poco en quien soy ahora, porque a través de estos años he ido madurando con mi memoria.

No es fácil, sentarse al lado del silencio y pretender escuchar lo que quieres oír; no es fácil dejar el tiempo pasar, sabiendo que con cada día más lejos están; es difícil saber que el mejor camino es el que más te lastima; es difícil aceptar que la vida tiene su propia forma de andar.

Por eso resulta importante tener presente los sueños que te llenan los pulmones cada día; tomar de la mano al destino y vendarnos los ojos y la boca; aceptar que en este mundo hay un plan superior dispuesto a regalarnos sorpresas; disfrutar por las noches de la oscuridad y bendecir cada una de las estrellas. A partir de hoy tienes que entender, que la persona más importante del mundo eres tú, y si aprendes a valorarte, tal vez el peso sea menor.

viernes, 25 de febrero de 2011

Cuentas año tras año.


Pasan los años, y conforme vas desarrollando la madurez en tu mente, cada pequeña partícula de tu cuerpo se enamora más y más de la vida. Llegan momentos en el camino donde decides detenerte un instante, para ver por el retrovisor lo que has ido cosechando, cada logro; incluso cada intento fallido. Pero recordar la lucha que has dado es una inyección de motivación que cada uno de nosotros necesitamos

Cuentas cada año, y nunca dejas de contar. Exactamente como tienes que hacerlo, recuerda: nunca dejes de contar. Pues la suma de cada dígito en tu edad, es la equivalencia de mil caminos hacia la felicidad. Lo importante, a final de cuentas, es el orgullo y la tranquilidad, de saber que crecer es cuestión de aprender y corregir. Cada error, cada mal paso que has dado se convierte en una nueva lección que interiorizar, y por supuesto, una enseñanza que compartir.

Justo cuando sientes el pánico de llegar casi a los 40 años de edad, es el momento donde te das cuenta que la vida simplemente inicia, pues todos los años para atrás te han servido para cultivar cosas buenas; para sembrar en tu vida y en la de los demás muchos motivos para querer avanzar. Es el momento perfecto para entender que esta vida hay que vivirla, hay que sonreír cada mañana y agradecer al Dios eterno por poder respirar; es el momento ideal para escuchar los pájaros pidiendo lluvia, y hasta disfrutar un poco de lo malo, pues al final, cuando el tiempo pase, no habrán más que carcajadas bañadas en recuerdos, unos tristes y otros no tanto, pero que al final se confunden en una inmensa alegría.

No es cuestión de asustarse, es de sentir el orgullo; la paz y tranquilidad que ofrece una consciencia tranquila no se compra con nada en este mundo; el secreto de la vida se esconde en cada vela que apagas año tras año sin perder de vista a quienes tienes a tu lado, pues ellos, las personas que te quieren y acompañan, son un puente que te llevan hacia la felicidad, una manera compartida de crecer, de soñar juntos y de sentir el calor de quienes más lo necesitas.

Por eso escribo hoy palabras que exhalen alegría, en cada sílaba de este escrito dejo plasmado un sentimiento que piensa, que motiva; un incentivo para tu vida, y que con los mayores deseos de éxitos en el resto de ella, dedico lo que recito a quien esté en su día. Aprende a ver el mundo con nuevos ojos cada mañana, que la ilusión nunca acabe; que las ganas de hacer el bien se multipliquen y que no exista otra cosa más que bendiciones en los años que vienen.

Y cuando sientas que hay mucha presión, que los años han ido dejando una marca en tu corazón, date un momento para respirar, dedicale minutos a un ejercicio para analizar, en donde recuerdes cada lucha, cada derrota, cada momento de alegría inmensa y, ante todo, recuerda que Dios te trajo a este mundo con un objetivo, eso bastará para querer amanecer un día más.

jueves, 24 de febrero de 2011

Rompecabezas.


De repente se desordena el rompecabezas y las piezas vuelan, intersecandose en el aire; tan desordenas y sin sentido. Por momentos te pasa por la mente que nada encaja, que no hay razones suficientes para seguir, y la motivación de tu vida queda sobre un hilo. Caes varias veces en la misma duda, la misma razón que te tiene hoy aquí.

Hace unos años pensabas en hoy, en el momento donde las cosas tocaran fondo y comenzaran a subir; recuerdas bien claro en tu memoria aquellos días de tristeza y dolor, donde te decías a ti mismo que la vida poco a poco giraba, y si ayer estabas abajo, mañana definitivamente estabas arriba. A pesar de la ciencia de esta idea, y tener presente que volveremos a estar abajo, la ilusión que regala la simple idea de estar arriba es una manera de seguir adelante.

Y en eso se resume todo; a veces las piezas tienen que desordenarse, a veces toca volver a armar desde cero para alcanzar realmente un sueño. Puede que cada momento te confunda, y te haga creer mil cosas distintas, incluso puede que con el tiempo todo vuelva a estar mal, pero lo que importa, lo que realmente importa es saber que de una u otra forma, con lucha y perseverancia, vamos a estar arriba.

Una postura mentalmente positiva es como un arador de tierra, que prepara nuestra vida de una mejor forma, de una manera más sabia e inteligente para llegar a la cima de nuestras metas. No creas que la vida es de color de rosa; pero tampoco compres la idea de que no puedes llegar a ser feliz; es más, la dificultad de alcanzar ese estado de alegría constante y prolongado es exactamente el ingrediente que le agrega todo el sabor a la victoria.

Por eso, cuando estés intranquilo, sin poder conciliar el sueño, imaginando cada noche que tu futuro parece no tener norte, trata de pensar que existe un plan maestro, superior, capaz de sorprendernos de gran forma, repleto de sorpresas y un saco inmenso repleto de ilusión, el alimento de esta vida, el alimento de cada día.

Es fácil dejarnos caer en el pensamiento más cercano a las circunstancias, y a partir de ahí crear ideas preconcebidas sobre el futuro cercano, pero la realidad es que cuando llegas al peor momento de tu vida, lo único que puede pasar es que busques nuevas formas de vivir, de crecer; y sobre todo, de ser feliz. ¡Ánimo!

miércoles, 23 de febrero de 2011

Giros.


Solo dos, una tarde cualquiera, una para compartir; solo dos fueron las veces que te vi pasar, y bastaron para entender algunas cosas que pasaban desapercibidas bajo la sombra de una muestra de asombro. Puede que el momento sea eterno, o a lo mejor es efímero, nostálgico, con inmensas ganas de dejar todo a un lado y simplemente vivir, respirar. Solo dos.

A veces cuestiono el hecho de que bastaran dos veces para captar la idea sobre las olas; una manera de responder a la pregunta sería descubriendo los puntos claves de aquella traición. Y claro, todo se define conforme se piensa, cada pequeña partícula de nuestra consciencia es una percepción abstracta de una idea preconcebida. Pero bueno, en resumen, bastaron dos.

Quiero creer que el significado de esas lágrimas sobre la hoja en la que escribes reflejan una clara intención de alcanzar la paz que dejaste olvidada un tiempo atrás; no existe razón suficiente para permitirnos sufrir en el presente, sin al menos darle la oportunidad a una enseñanza; una que otra vez, la esperanza de llegar a crecer es el alimento de la vida; es la manera más limpia de agradecer por cada día.

A veces hay que insistir, de ahí que me parezca tan extraño que fueran solo dos veces las necesarias para entender. Puede significar que poco a poco voy creciendo, y madura mi forma de pensar. Razonar de manera clara es un ejercicio para cuidar la cordura, muchas veces es más difícil ser parte de uno mismo que ser parte de un todo.

Solo dos veces, y cruzamos las miradas; en tus ojos aprendí a leer que la sonrisa es una forma de querer, y la delicadeza de tus manos fueron la tenue manera de aprender a esperar. Cuando la paciencia encuentra su curso, y el cuidado es parte de la ecuación, el resultado es potencialmente mejor.

Solo dos, y con cada segundo que pasa me sorprendo más; solo dos veces bastaron y ahora mi vida da un giro inesperado.

martes, 22 de febrero de 2011

Nueva.


Nueva mañana con la frescura de un rayo de sol que ilumina mi cara, tanta energía que se desahoga en luz, el alimento de un respiro es casi tan completo como el motivo de una sonrisa sin aparente sentido; un secreto que guardo aquí en mi pecho, unas palabras que quieren salir y expresar mis deseos de vivir.

En lo que dura el respiro de una rosa, me he percatado de una cantidad increíble de razones, razones que muchas veces creemos ausentes, voces que en tantos momentos no escuchamos en nuestras mentes; al final, en una tarde cualquiera, la simple imagen o presencia de una flor puede desequilibrar todas tus preocupaciones.

En cada empaque de la vida, una caja de secretos donde descansan en silencio tus sueños; en cada segundo, en cada rincón del planeta, justo donde menos lo creas y cuando menos lo esperes, encontrarás una serie de frases unidas en párrafos, y serán las palabras que se hacen llamar "mágicas", las mismas que convierten tus deseos en sueños cada noche, y descansas mientras alcanzas lo que quieres.

Duerme, y aprende a disfrutar cada instante de la vida, imagina que en este mundo todo calza para ti, y que las notas de cada canción se escriben mientras hablas; no dejes que una tormenta te ciegue, no te permitas perder la perspectiva, y a cada momento malo encuéntrale una alternativa, una nueva forma de disfrutar la derrota y tomar ventaja de cada pérdida.

Todos llevamos un saco de emociones y experiencias, a veces se vuelve tan pesado en apariencia que no encontramos una forma de mantenernos en pie; en algunas situaciones la piedra en la que te tropiezas se convierte en una increíble maestra, puedes pretender que el dolor te lastima y te enojas, pero a final de cuentas aprendes a tener cuidado.

Es la simpleza de las cosas el detalle más precioso de vivir; es cuestión de aprender poco a poco a distinguir razones y circunstancias; un entorno de desconsuelo es muchas veces parte del anzuelo que te obliga a perder vida, a perderte en lágrimas. Pero todo depende de ti, cada decisión y cada forma de actuar, es simplemente una nueva forma de aprender a caminar.

lunes, 21 de febrero de 2011

Trescientos.



He intentado mantener constantes los esfuerzos de estas palabras por prevalecer, ser fuertes, y expresar en sus sonidos al leerlas el significado real y puro de cada sentimiento que ha ido forjando mi forma de ser, de ver la vida y de luchar. No me he guardado ningún resentimiento, y los secretos se deslizan entre párrafos y líneas.

Alguna vez te preguntaste cuánto valen las palabras que escribes, las que dices, incluso las que callas. Pensar en dejar atrás cada motivo de despertar es como pretender que la vida es un juego de azar en el que no tenemos nada que aprender. A veces, en esta vida, necesitamos tocar el fondo, ese lugar repleto de lágrimas y dolor, para entender tantas cosas que pasarían desapercibidas.

Un instante se hace eterno, y los segundos mientras avanzan se vuelven piedra; momentos que nunca volverán, desastres del pasado que enfrentarán a un futuro prepotente e inesperado. Pero el lápiz y el papel, juegan a ser esclavos del ayer, y me permiten hacer que mi vida dure un poco más, lo necesario para acercarme a entender un poco las razones para luchar.

Leer, entender, recapacitar e interiorizar. El ejercicio de una mente que escribe se refleja en la simple intención de querer ser un medio, un puente de ayuda para todos los que vivimos situaciones especiales, situaciones similares. Alcanzar una empatía importante se convierte, y ha sido una de las principales intenciones de todo esto; porque de nada vale escribir palabras mudas para el corazón de una persona, mi intención se resume en ser parte de una ayuda, una forma diferente de descubrir un lugar apartado donde todos somos iguales, y sufrimos los mismos dolores, disfrutamos las mismas alegrías.

Quiero seguir compartiendo ideas, escribir con tinta permanente en la consciencia de mucha gente; tal vez, llegar a lugares más allá del corazón, y tocar con alguna frase a cualquier persona que lo necesite, que le sirva. Tantas páginas aquí abiertas, se han convertido para mí en una esponja, donde he ido absorbiendo cada detalle de mi vida, una pintura del presente, un cuadro de mi circunstancia; lo pinto diariamente con todas estas palabras.

Mientras leo en este cielo estrellado, cada centímetro de mis sentimientos, y entiendo lentamente el significado de todo esto; mientras en la luna siga el reflejo del sol, y me sirva como impulso para no despertar a mis sueños; mientras por las mañanas la brisa fresca me robe una sonrisa; mientras tenga un solo motivo para vivir, voy a dedicarle tiempo a mis emociones, y las voy a calcar en un papel y con un lápiz, voy a decorar mi vida con la delicada estructura de un poema, un cuento o un ensayo; para de alguna forma colaborar con un mundo que pierde valores; donde los sueños son robados por la rutina de una vida desperdiciada por la codicia.

Aunque no compartamos ideas y a pesar de que no siempre me entiendas; detrás de este teatro de verbos y adjetivos; de sorpresas y acertijos, existe un mundo aparte al cual puedes ir, en donde todos juntos podemos intentar entender el secreto de un silencio, del vacío, de la amargura y el dolor; pero ante todo, podemos valorar de una mejor manera el valor de una sonrisa, de un simple gesto de cariño y una palabra de aliento.

**300**

sábado, 19 de febrero de 2011

El sentido de la noche, de ésta noche.


Era una luna inmensa, de esas que solo ciertas noches regalan a las estrellas. Era un frío que despedazaba cualquier intención; recuerdo aquella lagrima desesperada bajando por tu mejilla mientras me despedía. Tanto frío, un atardecer y la nostalgia de poderte perder; siento un nudo en el pecho, siento la tristeza abrazándome en silencio.

Tantas palabras dichas, algunas calladas; fue una conversación tranquila, pero con sentimiento melancolico; quiero volver el tiempo atrás y llegar a aquél día cuando te conocí, cuando tu mirada me cautivó y la frescura de tu olor llenó mis pulmones de alegría e ilusión.

Puede que ahora todo terminó, puede que el final no tenga razón; pero a veces en esta vida las cosas funcionan como menos esperamos, a veces hay que perder, para realmente ganar; a veces te tengo que dejar ir, para luego tenerte hasta el fin.

Mientras cada centímetro de mi cuerpo suda lágrimas de tristeza, mientras mi mirada sea austera, silenciosa y un tanto dolorosa, mientras cada sueño parezca desvanecerse, mientras duerma sin escuchar tu voz por las noches sentiré que cada día más encontraré una nueva razón, para lentamente hacer un plan en mi mente, uno que me permita de nuevo tenerte.

Por ahora, es tiempo de sentir el dolor, de dejar atrás esta historia de dos. Por ahora, me toca acercarme a mí, y escuchar con cuidado las cosas que quiero; pretendo encontrarme en cada instante y escribir nuevos cuentos, nuevas ideas; tal vez muchos nuevos poemas.

Adiós, y con estas líneas me despido de tu amor. Y con cada momento, la ternura de tus besos chocarán con mi memoria; en cada rincón de mi rutina, una foto del recuerdo o una imagen de nuestro amor; busco colores que me permitan teñir esta emoción que tu despedida me hace sentir; doy gracias a la luna y sus estrellas, por darle energía a cada una de mis células. En esta noche, en esta noche todo parece perdido; es esta noche la que me da el sentido.

viernes, 18 de febrero de 2011

Proceso.


Evacúo una duda, de esas que suenan y suenan, necias y tercas en la mente, la conciencia y tal vez un pensamiento desdibujando mi presente. Poco a poco voy sintiendo como pierdo partes de mi, se van apartando sonetos y rimas; recuerdos y alegrías; deseos y sonrisas. Voy dejando atrás mío un rastro de vida; un camino hecho con pinceladas de emoción.

Mientras cierro mis ojos y respiro el aire de la noche, imagino cómo sería mi circunstancia cambiando detalles que resultaron incoherentes, momentos que echaron a perder el delicado paisaje de un viaje por el bosque, o uno por el mar. La arena en mis pies, el sol, el mar, la brisa cálida y mi mano unida a la tuya.

Qué tal que me acompañes a descubrir en secretos, tantos motivos de vivir, de creer y seguir. Quiero tenerte a mi lado, y poder beber fuerza de tus besos; quiero una simple ilusión que me permita tener la intención de esperar un mañana; quiero que seas tu y nadie más quien me despierte con su voz, y me llenes la vida entera con tu simple presencia.

Pero de pronto, un escalofrío que viene con la soledad, un instante, uno nada más. Y a partir de aquí, en adelante, no existirás; ni siquiera alguien en tu lugar. Quiero poder escuchar los susurros que grita mi corazón; quiero poder disfrutar de la vida que me regaló Dios; poder sentir mil sentimientos sin pensar, no cuestionar un arrebato de pasión; quiero, ante todo, sentir que sé quién soy yo.

Y aunque duela, y un impulso de tristeza se cuela entre mis sueños, entiendo claramente que esta vida, de lágrimas y sonrisas, es como un juego de ajedrez, cada paso, cada movimiento depende de analizar lo que viene, tanto mis movidas, como la del rival. Esta vida, en sus secretos y apatías, es un simple juego de mesa; donde el que gana o pierde no es nadie más que uno mismo.

Puedes aprender, y acomodarte a las reglas; o puedes ser diferente y encontrar a quién te entienda. Al final, lo único que va a importar, es la suma de sonrisas que lograste sacar.

jueves, 17 de febrero de 2011

No te has ido.


Aún no te has ido; mientras tanto espero en un rincón de mi vida para decirte adiós. Despedirme para siempre de tu recuerdo, la tristeza viene con el viento; simplemente no hay más por dónde seguir, ni camino por el cual avanzar. Compartir estos instantes con la melancolía de un arrebato de amor, con ese sentimiento ahogante de saber que ya no somos los dos.

Pero al perecer es el mejor camino, la mejor decisión; pues el paso del tiempo me ha alejado de tu destino. En cambio, hoy arrebato papeles al cielo, donde tenía escritos en mi corazón todos los sentimientos que se han ido perdiendo; aquél detalle que se me cayó en el bosque es la respuesta a cada pregunta que tengo.

Duele, ver hacia atrás sin tener las ganas increíbles de llorar, de sufrir, de lamentar y tal vez de arrepentirme. Quizás sencillamente no es un juego de tiempo, sino de intentos; luchas y luchas que no fueron perdidas, pero que hoy quedan al otro lado del muro, detrás de tu vida y lejos de la mía. Al menos espero que recuerdes cada instante que vivimos juntos con sonrisas y caricias, al menos espero que recuerdes aquellos días.

Escribo estas palabras con un nudo en mi garganta, y en cada párrafo dejo caer una lágrima que me destroza. Duele decir adiós, duele dejarte ir; pero tiene sentido si es lo mejor para los dos. Siento cómo se quema mi pecho, cómo el silencio de tu voz me lastima los oídos; pero ante todo, sé que es lo mejor.

Ahora, me toca aprender a vivir; dedicarle sonrisas a los amaneceres y sentirme ogulloso al cerrar los ojos para dormir. Me toca descansar un sentimiento, dejarlo morir; poco a poco la dulzura de esta vida me hará volver a creer. Y ante todo, sé que lo mejor viene para los dos; bendiciones que vienen con la brisa del atardecer; miro frente al lago cómo se aleja de mí, una hoja flotando; lleva tu recuerdo, se lo lleva muy lejos.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Avanzar.


En la tarde, entre el sillón y las risas; el sol, el deseo y tu olor a mujer. Quiero beber de tus besos y comenzar a disfrutar las cosquillas de la ilusión; aprender poco a poco a dejar atrás los miedos y el dolor; llenarme intensamente de tu vida, de tu fuerza y motivación.

En el brillo de tus ojos, el reflejo de tus antojos; incluso en tus creencias y despistes. En cada hilera de mi vida quiero plantar semillas de alegría; semillas con un rostro tatuado, la cosecha de cualquier enamorado.

Listo, preparado para el cambio, para el día nuevo, el sol caliente, la brisa fresca, el deseo, la nostalgia, incluso el dolor de dejar una etapa. Un atardecer, el silencio, la forma de envejecer en solitario y empañar el vidrio del pasado.

Hoy, al despertar, supe que algo en definitiva tenía que cambiar. Al analizar en frío mi vida, descubrí malas intenciones, malas movidas y jugadas erradas. Entendí que el camino que venía siguiendo hace rato no tenía congurencia, que todo lo que creía se encontraba en mi tristeza.

Quiero ordenar mis ideas en palabras, para expresar de esta forma las cosas que voy sintiendo, pero la sombra de un recuerdo, guarda en su bolsillo una receta de dolor, un secreto que ensucia todo intento de luchar.

Quiero saber si deseas acompañarme, y llevar de mi mano el proceso de seguir adelante. Quiero que cuides de mis besos, mientras recobro el aliento de esta carrera sin final. Puedes ser para mí como un consuelo, una palabra o un simple abrazo.

Mientras todo esto pasa, quiero refrecar mis ideas, mi mente, mi pensamiento y mi vida; quiero darle respiración, aire a mi circunstancia, tal vez dedicarme un instante, un momento donde encontrarme; y coquetear cada instante con mi destino, encontrar mi camino y seguir, caminar; caminar sin ver hacia atrás.

martes, 15 de febrero de 2011

Un secreto.


Guardo un secreto en mi bolsillo, donde escondo ciertos detalles de mi vida. He sentido en muchos momentos el deseo inegable de hablar, de reír y recordar; pero no es tan fácil cuidar mientras duermes, no es tan sencillo encontrar cuando te pierdes. Veo la luna por las noches, sintiendo el frío del viento, el que me despierta de un sueño sin final; una forma oblicua de analizarme.

Son muchas cosas que no digo, muchas ideas y anagramas que dibujo en las cortinas; y veo la sombra de quien fui, la veo marchitándose en el pasillo, caminando mientras se aleja de todo recuerdo, de todo querer; o del simple hecho de vivir. En la memoria que vuela con una estrella fugaz, es donde siempre busco estar, y encontrarme tan perdido, tan alegre, como el que sabe que nada tiene y aún se divierte.

Tengo sueño, pero descansar mis ojos es un desperdicio del tiempo. Nada alcanza, y entre mis cobijas tirita mi mirada en la oscuridad; veo, lejos de mi habitación, un futuro que guarda un regalo mayor, tal vez, aunque solo tal vez, una vida sin dolor. Puedo abrazar mi almohada en este instante y suplicarle a mi mente sentir el calor de cuando te tengo presente, porque no hay nada ni nadie sobre este mundo que me haga respirar tan profundo como cuando te siento cerca.

Silencio, me ensordece el sentimiento de querer escuchar tu voz, recordándome que entre esta tormenta hay una salida; tu voz susurrando hermosas palabras de amor. A pesar de un recuerdo de dolor, de gritos y traición, entiendo que hay mucho más allá afuera, puede que sea un mundo difícil, pero sé que si te tengo a mi lado no habrá desconsuelo que me sacuda, no habrá nada que me provoque duda.

Y entonces pienso, e imagino no tenerte. Es en este momento donde recapacito, para entender que la vida es mi vida, donde el dolor de una lágrima me toca sufrirlo a mí, donde el dolor de verte partir..es uno que tengo que sentir.

Guardo mucho más que un simple secreto en mi bolsillo, pues me recuerda quién he sido y quién quiero ser.

lunes, 14 de febrero de 2011

Morir leal.


Una tarde, un silencio que se convierte en pensamiento; el deseo increíble de correr, de saltar; sentir la vida, la sangre por las venas, las delicias, los miedos; oír en el fondo el agua, un río que corre y desangra emociones. Sería más simple cumplir deseos, mentiras piadosas que se mezclan con la dulce sensación de saber que te acercas a mi corazón.

Mientras caminas, te veo y me pierdo en tu aroma, la frescura de tus labios; es como sentir bajo mis pies la delicadeza del zacate al amanecer. Una forma de creer en la vida, y de inmediato te siento tan cumplida; ven, y juntos en este juego aprenderemos a querer, a desear sin temer.

Tantas veces te encontré en mis miedos, en el peor momento de todos mis tormentos, pues eras puerta, que se abre en la oscuridad, y tu aire, el que respiras y sale por tu boca, es el alimento de mis pulmones para amanecer con fuerza cada día, para disfrutar del sol todavía; sin aquél sentimiento extraño de sufrir, de querer sin poder y olvidar cómo te amé.

Y como todo, llega el final. Momento de decir adiós sin ver para atrás, para alcanzar nuevas etapas donde la ilusión sea mi norte, el motor de toda intención. Siempre todo consistió en llegar a una misma conclusión: entender de una vez por todas que si vivo y sonrío es por mí y nada más. Porque me he perdido en el veneno de tus ojos, mirada cálida y penetrante que impulsa mi motivación.

Pero ahora la vida es otra, y con ella, yo también. He dado paso a un nuevo estilo, una nueva mecánica de aprender. Puede que sea difícil, pero en definitiva debe de ser la mejor opción; al menos para mí. No significa que esté mal dedicarte un par de poemas, una emoción, tres deseos profundos de llegarte al corazón; pero la vida es más que buscar: es encontrarse. Y de una u otra forma he sentido que mientras más te busco, menos me encuentro.

Entendí el primer paso, y aceptar el hecho se convierte en un obstáculo más que me lleva a mi entera felicidad. Puede que llegue el día de ver en retrospectiva, y simplemente agradecer por cada lección que he ido aprendiendo; pues si bien es cierto falta mucho por aprender, siento que he corregido bastante en mi vida, y eso me convierte en un motivo de orgullo y en un empujón para seguir.

El dolor nunca dejará de existir, pero sí el pensamiento absurdo de que no hay manera de ser feliz.

Ahora duermo mis ideas y les cantó una canción en forma de poema; para al despertar sanar las heridas que el pasado ha ido dejando. Quiero compartir mi vida con una persona, que sea valiente y que me quiera. Pero ante todo, quiero poder morir con la certeza de que fui quién quería ser, fiel y leal a cada principio que tomé como propio; morir con la consciencia clara, descansada; morir con una sonrisa pintada.

sábado, 12 de febrero de 2011

Un deseo peligroso.


Simplemente una palabra, un gesto; y mientras hablas, yo callo, te veo. Disfruto el color de tus ojos y me pierdo en tu mirada, en tu forma de hablarme; con la forma que tienes de provocarme. Un momento inoportuno, un deseo peligroso; si tan solo pudiera disfrutaría de tus labios, disfrutaría hasta enamorarlos.


Pero el tiempo no es el mismo, y las circunstancias, la dificultad del camino. Pero al pensar constantemente en ti, hay una sonrisa buscando salir. Porque en medio de todo esto, te conviertes en una luz, en una linda emoción, de hablarte y que me hables, de escucharte y que me escuches.


Quiero que me acompañes a un lugar distinto, donde mis deseos sean completamente cumplidos. Tal vez ahí sería más sencillo, y la determinación de besarte no encuentre obstáculo. Una mañana como esta la he imaginado al lado tuyo, y verte fijamente a los ojos y contarte cuentos que me llenan, que me motivan. Quiero hacerte parte de mi, quiero poder convencerte de lo que siento.


Lo que callo, lo sabes, pues lo susurra mi mirada a tu corazón; hay tantas cosas que sueño por las noches, y en las mañanas solo te pienso; desearía tenerte cerca mío, y juntos respirar el mismo aire, el que da vida y alimenta lentamente nuestro amor. Pero a pesar de todo, te siento tan cerca, que no existen muchas cosas en este mundo que me desmotiven; no desde que existes en mi vida.


Una idea entre pensamientos; un deseo sin consentimiento; una luna sin estrellas y la nostalgia de un pasado sin futuro; un momento de arrepentimiento y un sol que no calienta en las mañanas; un deseo que me vuelve loco de besar tus labios tan preciosos; un instante de pasión perdido en lo sensato de la razón. Cómo dejar a un lado lo que siento; cómo sacarte de mi mente desde el comienzo.


Por eso escribo, para desahogar lo que siento; para poner en párrafos con sonido las canciones que voy sintiendo, para escuchar entre el sonido de la tormenta, aquellas cosas que me mantienen alerta, despierto; con ilusión. Extraña sensación que se mezcla con la confusión de no saber elegir y perder el sentido de la consciencia.


Respiro lentamente, un bochorno, suspiro; una tensión delicada y un vacío en el corazón. Acompáñame, llevemos esto juntos; pues si el destino tiene su tinta en este cuento se convierte en un regalo del cielo para nosotros.

viernes, 11 de febrero de 2011

Por poco.


Ahora que abro los ojos.
Ahora que entiendo tu mirada.

Comienzo a escuchar lo que no decías.
La parte que aún escondías.

Como poner de cabeza mi vida.
Y al siguiente instante sufrir por la mentira.

Tal vez lo importante no eras tú.
Sino lo que me significabas en ese momento.

Una ilusión entre la tormenta.
Una simple distracción en el horizonte.

Como en el desierto.
Como en la sombra.

Difícil de ver.
Fácil de distinguir.

Pero para algo he encendido mis sentidos.
Para estar atento al sonido de los ladridos.

E identificar mentiras piadosas.
Ideas sin trasfondo.

Una verdad mal acomodada en la rendija.
Un pensamiento que jamás tuviste.

Hace cuánto contabas con esta suerte.
Que hoy en día te conduce a perderte.

No te equivoques para disfrutar.
En estos días no acostumbres lastimar.

Porque cuando menos lo piensas.
En esos instantes de aparente descanso.

Toparás con un momento incómodo.
Y sentirás que lo pierdes todo.

Busca dentro de ti.
Busca sin parar.

Aprende cada lección de vivir.
Cada secreto de luchar.

Cambia; lucha por mejorar.
Por no dejar tu alma atrás.

Al final vas a ver, agradecerás.
Y de este día te vas a recordar.

jueves, 10 de febrero de 2011

Olvidar el presente.


Y en este momento, acariciando lentamente tu cuerpo, pensando en las muchas formas de besarte siento un enorme vacío. Quisiera poder expresarme, y decirte al oído lo que siento; quisiera que sintieras mi pecho y que los latidos te dictaran mi dolor, para que sepas cuál es la razón que me tiene tan distraido; tan apartado de mi circunstancia.


Duermo cada noche imaginando el paso de los años, lento pero inexorable; y busco entre las ramas del destino una luz que me llene la vida, que me dé sentido para seguir. Tal vez una mirada, o simplemente un segundo, que me permita aferrarme a alguna cosa en este mundo. Me gustaría poder llorar y dejar salir en cada lágrima un dolor; quiero sentir tu cuerpo con el mío, quiero abrazarte hasta dormir.


Poder visualizar, es una forma de vencer al presente, una manera propia de dejarme llevar por las olas; sin importar los golpes ni consecuencias, solo dejarlo pasar. Tener en algún momento la paz que se perdió en una esquina de mi vida, o simplemente poder sentir el calor de una persona a mi lado; tal vez tus ojos, tal vez tus labios; tal vez simplemente la ternura de tus manos.


Puedo poner en silencio mis sentimientos e ignorar el desgarro en mi pecho; pero prefiero disfrutar de este dolor, y llenarme de sabiduría; quiero poder sentir hasta la última gota de tristeza y ahogarme en este sentimiento tan intenso; y un día, dentro de unos años, ver hacia atrás, tal vez leer estas palabras, y dar gracias infinitas a la vida por permitirme aprender, por dejarme crecer; porque son las heridas y sus cicatrices las que hacen que todo valga la pena al final.


A pesar de que en apariencia es más sencillo dejar a un lado el dolor, merece la pena permitir sentir estas sensaciones que al final son parte de la vida; un camino, su dificultad y las increíbles ganas de vivir, de alcanzar sueños y metas y compartir mi vida con una familia; todo se convierte en motor, en medio para seguir; exactamente en esa luz que busco encontrar, y al ver tus ojos, el reflejo en destellos de un supuesto destino por el que quiero darlo todo, hasta el último de mis impulsos; en cada noche cerrar los ojos para tomar fuerzas, y al salir el sol cosechar energía; que me permita seguir el día a día.


Ahora quiero dedicarme a absorber de la vida su belleza; quiero alimentarme de tu mirada y disfrutar cada segundo de los días; quiero reirme hasta llorar; quiero llorar hasta sentir que nada tiene sentido; quiero dudar, llenarme de dudas y criticar cada ladrillo en el muro; quiero tener planes, quiero tener futuro; quiero una familia y una casa donde ser feliz; quiero, por simplemente un instante olvidar mi presente; para poder abrirle las puertas a lo que viene. Y todo será más fácil a tu lado; todo tiene sentido si estamos juntos, abrazados.

miércoles, 9 de febrero de 2011

El secreto de tu mirada.


Solo un respiro, una vuelta más, ver a tus ojos y morir en el color de tu mirada; los pensamientos y las mentiras, cada una con su espacio infinito, para abrir entre las flores un lugar para tu brillo, tu olor y la delicadeza de tus pasos. Cómo evitar enamorarme de tu sombra, la que camina al lado mío, la que busco cuando no te miro.


Comenzar a darle un resplandor a tu rostro, y dibujar figuras entre las estrellas y cometas. Solo sentir que respiras junto a mí, le da el alimento a mi vida para seguir. Acuéstate conmigo esta noche, y disfrutemos juntos de la brisa, la que susurra nuestro nombre y refresca nuestro destino.


Quiero cantar en tu oído, y recitar palabras que me guardo. Quiero cerrar los ojos en mi cama y ver tus ojos fijos en los míos. Quiero tantas cosas que me pierdo entre sueños y descansos; ya no sé si eres tú la que veo o es el esplendor de un atardecer, pues ambos me traen un sentimiento que purifica mis emociones.


Cantar, llorar; cosechar y querer; tomar decisiones y besarte hasta morir. Si pudiera, si tan solo el cielo me diera la oportunidad, te llevaría de paseo en esta vida para juntos encontrar la felicidad. Entre montañas de ilusiones nos encontraríamos disfrutando a montones, de las sorpresas que vamos encontrando en cada esquina, en cada verso con su rima.


Muchas tardes contigo, y las noches con el frío. Hoy quiero tenerte para siempre, quiero tenerte conmigo. Y gritar a los cielos que encontré mi otra mitad escondida entre las ventanas de tus ojos, ese color que me mata, que me llena de antojos. Piensa, siente y resalta en tu mente los pensamientos que te atan al presente, pues de esta forma compartirás la sonrisa que te enamora, la que aquella tarde te regalé sin pensarlo.


Un ideal vacío, convertido en un pincel de colores; un arcoíris sobre el río y pensarte ahí conmigo. Del sol, su calor y la delicadeza de la luna; de las tardes su frescura y por las noches, calentarnos. Tomados de la mano, alimentando un vestigio de emociones; resolver el futuro en fracciones de segundo, no calles nunca lo que sientes ni dudes en llorar en silencio.


Es un largo camino de incesantes desvíos; tentaciones que esconden secretos en peligro. Todo es una práctica, para iluminar con tu vida la oscuridad de los otros; para regalar emociones y compartir mil canciones. Guardo entre las ramas y el viento, un tesoro que no entiende de momentos; busco, cada vez que te pierdo, en tu mirada, de la vida, el secreto.

martes, 8 de febrero de 2011

Decisiones.


De frente una vez más.
Un nuevo obstáculo que pasar.

No hay tiempo para descansar.
Ni espacio para llorar.

Los mejores momentos de la vida.
Llegan cuando menos los esperas.

Acompañados de tantas alegrías.
Y tantos sueños en su simpleza.

Desbordar de algarabía.
Momentos de intensa apatía.

Vivir por hoy.
Descansar para mañana.

Porque en cada esquina te topas.
Una nueva rama que te estorba.

Pero de eso se trata esto.
De pelear sin descanso.

De sembrar y ser pacientes.
De mejorar y ser coherentes.

Un complemento de la emoción.
Que trae consigo silbar tu canción.

Pero no permitas que la amargura.
Distraiga tus sueños o tu cordura.

Cuando más aparece la neblina.
Socavan tu fuerza y tu estabilidad.

De repente, cuando cierras los ojos.
Recuerdas con orgullo todos tus logros.

Ver partir una rosa.
La delicadeza de su cambio de piel.

Y cobijar con la ternura de la brisa.
Los pasos de un destino extraño.

Colaborar con el cielo y las estrellas.
E iluminar con tu rostro una sonrisa.

Permítete andar descalzo en tus miedos.
Para romper de una vez por todas su efecto.

Solo existe una cosa a la que hay que temer.
Dejar a un lado un beso y olvidarte sin querer.

Dos pecados que no perdono.
Un silencio que guardo.

La inmensidad de un vacío en sentimiento.
Con la terquedad de no expresar lo que siento.

Ahora, en este instante.
Tocándole la puerta a mi mente.

Escucho en susurro a la razón.
Gritándole fuerte al corazón.

Es hora de abrir los ojos.
Dejar el miedo andar.

Y tomar decisiones que me permitan.
Seguir creciendo, sin dudar.

lunes, 7 de febrero de 2011

Sé que entiendes.


De repente me desperté, y corría hacia ti, con el desconsuelo de un bebé al llorar. Dejé a un lado los sentidos, silenciados por la imagen de una realidad diferente; una puerta abierta en mi mente. Tenías que llegar, y tambalear mis estructuras; hacerle el favor a mi vida, de cambiar toda mi perspectiva. Se desahoga mi confusión en un mar de preguntas, de incertidumbre y muchas dudas.

Pensar que hace un tiempo no existías; sentirte ahora tan cerca, tan real. Como el dibujo de una estrella al pasar; irreal, efímera; repleta de la dulzura que dejas caer en el color de tus pupilas. Cada palabra que dices, incluso cada momento que callas, se ha convertido en un momento de ansiedad, por escuchar de ti una vez más.

No sé si eres una ilusión, creación de mis pensamientos, o si realmente existes y duermes en silencio. Tal vez seas para mi, o quizás no; pero desde ya plantas en mi una semilla de emoción, tan extraña y tan increíble a la vez. Si tan solo supiera lo que sientes, si pudiera leer entre líneas lo que pasa por tu mente; o incluso descifrar si tus latidos se aceleran al pensar en mi.

Tan temprano para dejar de darle vueltas a una idea que puede estar vacía; pero las mejores cosas que llegan a tu vida aparecen así, en instantes; esos momentos donde sabes que a pesar de la posibilidad de que nada vaya a pasar; existe una donde el destino puede comenzar a coser lazos con el futuro y la felicidad.

Yo sé que entiendes; pues todos vivimos momentos como este. Dudas, palabras, pensamientos, ilusión, incertidumbre, emoción, paciencia, silencio, ideas; al final es todo un caos en la mente, pero el tiempo se convierte en un aliado del destino. Por ahora, cosechar; para dar el tiempo y esperar. Mientras tanto doy respiros a lo inexistente, para tenerme presente en tu mente, y con paciencia permitirle a la vida actuar; su linda forma de cautivar.

sábado, 5 de febrero de 2011

La escalera eterna.


Conforme el enfrentamiento se va dando surgen desviaciones confusas; miedos, dudas, pensamientos que te torturan. Cuesta dejar de un lado la incertidumbre de no saber, no entender ni poder descifrar los renglones que parecen sin un final. Definiciones y conceptos abstractos, son cuestiones de creencias infundadas.

Los errores no son más que páginas de libros; cuentos y ensayos que recitan y cultivan sabiduría. Equivocarse es el primer paso para crecer, para absorber por los poros de la conciencia cada detalle que te permite avanzar; por solo un instante imagínate una escalera muy grande, donde puedas subir y subir; no logras ver el final del camino, pasan minutos y minutos, y no encuentras ningún destino.

Ahora estando allá arriba, piensas en qué hacer, pero nada salta a tu mente. Por unos segundos crees que nada tiene sentido; ni el silencio, ni la soledad; incluso tus sueños, tus metas, todo lo que más deseabas parece desvanecerse detrás de una cortina oscura. Paras un momento de dar vueltas, y te dedicas a lentamente ponerle atención a lo que sientes, a cada pequeño detalle de emoción que percibes.

Buscas una forma de leer cada movimiento de tu mente y corazón; trabajas fuerte en escuchar el susurro que habla dentro tuyo; te cuenta un secreto sin relevancia; al menos eso crees. De repente, te encuentras sentado, en silencio y con ojos cerrados; al frente sigue habiendo nada, solo inmensidad, eternidad; tan grande, tan inmensa y poderosa; pero a la vez sin importancia para ti.

Te relajas, respiras y sientes el aire entrar a tus pulmones delicadamente; parece que el silencio se intensifica, y tu cuerpo descansa; a lo lejos pareces distinguir una voz que grita; es un sonido desesperado por ser escuchado, de pronto te das cuentas que estás gritándole a la nada, y sientes tu garganta un poco lastimada.

La reflexión mantiene tus esperanzas, aún sin entender ningún detalle de tu experiencia. Tan inútil, tan incoherente; puedes buscarle una respuesta a la situación, que se te irían décadas en encontrar tal vez una pista que te guíe, que te dirija. Justo en ese instante, decides volver atrás, bajar la escalera inmensa en busca de algo conocido.

Cuando te acercas al primer escalón de bajada, te das cuenta que no hay nada, no se puede bajar; te encuentras destinado a mantenerte ahí, en la austeridad, en la soledad; perdiendo todo tipo de esperanza, y con ansias de llorar. Te acuestas, cierras los ojos; donde las lágrimas encuentran escapatoria, y ahí en tu silencio, en la oscuridad de tu circunstancia, recuerdas una idea que hace un tiempo atrás dejaste escapar.

Habías dejado perdido en una gaveta tus sueños. No tenías un norte definido, ni siquiera recordabas de dónde venías. Poco a poco fuiste perdiendole el ritmo a la vida, y ésta te fue dejando atrás, solo, ahogado en tu mar de dudas, de miedos, de nostalgias, de poca proactividad, de pocos riesgos, de falsas ilusiones, de motivos sin acciones; y hoy, subiste la escalera buscando algo; sin lograr captar que lo que buscas, se te ha dado. Pero aprendes, y despiertas del sueño; una nueva lección para aprender a volar; no dejes que tus miedos te prohiban avanzar.

viernes, 4 de febrero de 2011

Una sonrisa.


Quiero buscar en un saco de palabras aquellas que rimen con la felicidad de vivir en paz; sonreír a pesar del dolor, disfrutar las lágrimas y la traición. Es una escuela donde aprendes a recuperarte de las heridas, donde te enseñan todo lo que quieras aprender. Entre las cobijas, el calor y el frío; el silencio y la colmena de pensamientos que invades con ideas.

Sientes el frío en tus dedos, y congelan tus pensamientos; ni correr ni apresurarse es motivo ni solución, más bien se convierte en distracción. Pasan los días, los minutos y años, aún no comprendes tantas cosas y buscas respuestas; incluso preguntas que solucionen aunque sea en partes el rompecabezas de tu circunstancia.

Ahora injusticias, mañana perdones; luego vienen decepciones y luego las disculpas. Rutina, proceso acumulativo de sensores y simpleza. Acuarela de situaciones que tiñen cada ventana de tu alma, unas se empañan, otras se visten de piedra. Algunas, de vez en cuando, parecen desaparecer y cuando tocas con tu mano el reflejo, sientes la dureza de lo que creías inexistente.

Pues duele, vivir duele; pero emociona, motiva y encanta. Así como me encanta que te encante que me encante, uso las palabras que menciono en el diario, a todas horas; cuando me escuchas y te escucho; cuando ves por la rendija una imagen del futuro. Ahora empieza por entender el significado, de honrar con lo que escribo, lo que callo.

Vístete, y desnuda tu mente, para entender hay que ser incoherente. No es posible pretender dominar, aquellos artes que te cuestan nombrar. Porque es tan sencillo como complejo, todo lo que busco pero no encuentro; tal vez son señales del cielo, para dejar atrás la terquedad que me estresa, me molesta y me da tristeza.

Si pudieras entender al revés, las palabras que escribo sin el miedo de ofender, tal vez sentirías entre los párrafos palabras que no tienen sentido. Es por eso que escribo lo que siento, en vez de sentir que lo que escribo es lo que siento; hay tantas diferencias en las similitudes, y tan pocas veces las enfrentamos.

Ahora, entender es parte de vivir; sueña en grande, como montañas; tan largo como los ríos, porque entre cada renglón que vas dejando en tu vida se esconde un dolor que no encuentra refugio. De esta forma encontrarás lo que buscas, una sonrisa que te llene de ilusión; una sonrisa que te acaricie el corazón.

jueves, 3 de febrero de 2011

Un capricho sin explicación.


Pienso en cómo darle sonido a mis palabras, para que en su musicalidad le canten en susurros a la vida; es casi tan normal sentir la tristeza de esos días cansados, como la repentina felicidad que le da aire a nuestras ganas de vivir. De repente, conoces a esa persona que te saca una sonrisa y te libera de la rutina; como abrir la ventana con calor.

Es su mirada, o su forma de hablar; su sonrisa o su forma de caminar. Hay algo en sus labios, ese olor que te atrae; puede ser su actitud o incluso su torpeza. No sabes ni te interesa saber, simplemente entras en su comodidad, en la dulzura de tener cerca la persona que te motiva a despertar cada mañana.

El tiempo puede ser mucho, incluso poco; pero llegas a sentir que no podrías despegarte ni un solo día de esa persona. Es la sensación perfecta e increíble de una ilusión que nace, sin esfuerzo ni método, solo con naturalidad. Nada opaca el momento, ni las sombras de una realidad; en ese momento no importa más nada que sonreír en su abrazo.

Es como imaginarnos en las estrellas, tomando fuerza del destino, poco a poco vamos pintando el camino que nos lleva al futuro soñado; colores y colores, dibujos sin sentido, es un rompecabezas de sentimientos que toma forma cuando recuerdas su rostro. Piensas y juegas a construir pilares que sostendrán tu vida, sin imaginar ni considerar la posibilidad de que el final no sea el que esperas.

A veces darle matices irreales a verdades sin escondite puede convertir las noches en pesadillas; los colores fácilmente se borran y los recuerdos con el tiempo se olvidan; cultivar un amor y alimentarlo con besos no es un proceso rutinario que tiene partes y procesos, se trata de un sentimiento que nace en la raíz de tu vida, tu alma sin maquillaje, sin mentiras que motiven; solo verdades que nos enseñan.

Buscamos y buscamos secretos; nuevas formas de vivir la vida y disfrutar el amor. Acorralamos con pasión cada forma de salir o escapar; pues cuando amamos tememos, y sentimos el miedo de perder, de estar solos; pensamos que nada mejor vendrá en nuestra vida y que la mejor opción es la que se puede ir, no la que puede venir.

Es difícil tener la certeza de lo que vaya a pasar conforme el tiempo avanza, pero definitivamente crecemos, maduramos, y con esto tenemos perspectivas diferentes que agudizan y hacen más precisa la toma de decisiones. "Es fácil dejarlo ir, cuando sabes que viene lo mejor para ti"

Se vale tener miedo y sufrir; se vale luchar y aprender. Pero jamás sientas que no existe nada mejor, porque si la vida es buena para algo es para sorprendeernos a cada instante. Es cuestión de abrir bien los ojos del alma, y aprender a elegir con la razón; no por un simple capricho sin explicación.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Tres.


Los años pasan, de repente una constante suena con fuerza. Hoy, quiero liberar un momento lo que siento, y sudarlo en palabras en esta carta. Quiero dejar plasmado un dibujo de este amor, para que quede inmune al tiempo; hoy quiero que sepas que estas palabras que escribo son recitadas por mi corazón e inspiradas en el puñado de recuerdos que hemos ido cobijando con nuestros besos; esta carta es como intentar coser en poco tiempo el mapa de un camino largo que nos trajo hasta aquí.

Con cada mes he ido recorriendo senderos de tu mirada, hasta el punto de aprender a leer en tus ojos lo que piensas; poco a poco he descifrado entre tus rabias las razones que ocultan tu belleza, esa inspiración del sol por amanecer y calentarte cada mañana; guardas entre tu pelo la ilusión de un futuro un poco incierto; es exactamente eso lo que me aferra a tus impulsos y me hago adicto a tu olor, el que respiro mientras sonrío.

He visto más allá de tu delicadeza, hasta he creído encontrar el secreto de la vida entre tus manos; pues cuando las unes con las mías siento como aceleras mis latidos y le das fluidez al aire que respiro; abrazarte se convierte en el silencio del mar, cuando descansa sobre la arena, tanta paz y poca pena, que pareces acostumbrar tu suerte y mi cordura con el placer de no temer por perdernos en esta locura.

Año con año te desdibujas en mi alegría, pintando con tu sonrisa cada una de mis risas; como fotografías que tatúan sobre el aire y el tiempo, así me percato que son años a tu lado, es un cuento en el que somos los personajes, es un amor que no es para cobardes. Por eso tus labios son la más clara tentación, de saborear la dulzura y llenarnos de pasión.

Quiero entregarte mucho más que la Luna, quiero poder acercarte tus sueños, pintando nubes en el cielo hasta que llegues a tus metas; quiero ser parte de tu vida y a la vez no ser nadie en ella, quiero que me escuches y escucharte y a la vez olvidar lo que hablamos; y al despertar, juntos en un sueño, disfrutar del tiempo que se acaba; encarcelar días enteros, para poder alimentar de amor nuestros corazones.

Las gracias parecen desperdiciarse en el sinsabor de lo inexacto, pues no existe descripción que explique lo que callo. Cuesta calentar entre palabras, el verdadero significado de lo que veo en tu mirada. Es poco si te digo que cada respiro que doy tiene un rostro definido; cada latido suena como tu nombre; llevo en un rincón de mi corazón, guardado en secreto y emoción, el secreto de este amor imperfecto, este amor absurdo y tan coherente a la vez.

Hoy, con los años que han pasado, puedo tapar mis ojos y dibujar en mi mente la silueta de nuestro amor; puedo escribir un poema donde la rima sea perfecta, y cada estrofa tenga música para ti. Hoy, me senté a escuchar un sentimiento y escribí lo que decía; recordé por un momento el dolor que sentí un tiempo atrás, cuando parecía que la vida daba un giro y nuestro amor se perdía por siempre; pero ahora que la vida parece jugar de nuestra parte, le doy gracias a la necedad de mis emociones, porque a pesar de saber que el destino no tiene forma, hoy estoy aquí contigo, y no hay nada más que necesite para alcanzar mi felicidad.

martes, 1 de febrero de 2011

Está por venir.


De las circunstancias siempre existe una que se arrastra entre las otras como la más peligrosa. Es aquella donde sientes que ya no tienes nada que perder. Esa sensación de darle una importancia mínima a cada cosa que abre enormemente los límites de nuestras acciones; a veces ventajos, otras veces peligroso.

Salir de lo más hondo de un hueco es difícil, tal vez principalmente por encontrar entre las páginas de la vida, razones que sirvan de motivos para respirar, para encontrar paz al menos en el horizonte. Es quizás una angustia que duele, que lastima e incomoda. Tener miedo nos mantiene al tanto; dar todo por perdido nos aligera el paso, y también el peso.

Todos cargamos cruces, unos más grandes que otras. Estas cruces representan todas aquellas cosas que funcionan como una roca sobre nuestra consciencia, nuestro día a día. Hay miles de formas de dejar atrás las preocupaciones del pasado, que muchas veces afectan a las del presente. Pero también hay muchas formas de machacar con pensamientos lo que puede llegar a ser el futuro.

Darle la espalda a las oportunidades de avanzar y ver lo que puede llegar a pasar puede ser un error muy grande desde la perspectiva del que vive sufriendo. El dolor no es más que un llamado de atención, que nos permite identificar debilidades, puntos específico y también estratégicos, tanto a nivel físico como psicológico que deberíamos de mejorar. Por eso es importante alimentar con el agua del optimismo a nuestra mente.

La pregunta obvia es de dónde salen esos pensamientos positivos. Al parecer deben de salir de posibilidades y opciones de que conforme vayan pasando los días todo mejore, de alguna extraña razón que jamás esperamos, de una forma diferente que sirva para llenar de alegría nuestro día, y ahí si, empezar a dedicarnos a mantener caliente esa felicidad, y que sirva como fortaleza para todos aquellos malos momentos que estén por venir. Ánimo, que lo mejor de tu vida está por venir.