domingo, 29 de abril de 2012

Solo dos.


Dos, y con forma de sorpresa la suerte me complace. Fueron dos, y justo en el instante del silencio pensé lo que imaginaba, olvidé lo que recordaba. Solo dos, y en cuestión de segundos la vida se confundió entre la lluvia; pensamientos que en delicados trazos dibujaban una cara triste en el paisaje. Pasa, como todo; un recuerdo que atrapa, que molesta, y ahí, como hoy, un día de tantos me voy, me despido.

Por eso supe que sería bueno sentarme y, con la calma que regala el tiempo, buscar la frescura de mis emociones, dedicar al recuerdo estas palabras escritas en el viento. Como una idea, la memoria que se desvanece con los días, hoy intento apagar con mis palabras los miedos que van abriendo las heridas. Al final, la vida siempre encuentra un desatino, una forma de hacerse valer, de dejar todo en el ayer.

Y voy contando estrellas fugaces, escribiendo de vez en cuando; voy sumando razones para vivir, para aprender. Solo dos, y el tiempo acelera los latidos. Abro los ojos y pienso, lo que nunca pensaba; dos. Y nunca entendí cómo pasó, aún analizando con calma; la situación parecía estar fuera de control, como el destino burlándose de todo.

Lluvia, y como parte de un dilema se escondía una trampa en el camino; descuido y al instante mi error. Dos, solo dos pensamientos. Fue cuestión de segundos para que todo cambiara, para que las ideas se aclararan. Ahora me siento en frente de una hoja para contarle al tiempo un secreto, uno añejo; de esos que dejan marca, que arrebatan tristeza; de esos que enseñan, que motivan.

Dos pensamientos, una enseñanza; varios segundos. Una nueva manera de entender las cosas, de vivir los motivos. Las razones pesan, como tenerte entre mis brazos, como amar nuestra descendencia; mi deseo más grande. Y para compartir esos momentos toca vivir, luchar; tener cuidado y caminar. Es lo que es, sin pensar tanto; la vida sigue y golpea sin querer; o queriendo. Todo se resume en la fuerza, las ganas de luchar, de aprender, de corregir para crecer y sonreír antes de llorar; dejo esto para tus ojos: mi manera de recitarte al oído en susurro tranquilo que te tengo presente a cada instante.

Si la vida se topara con el descuido de mi suerte, y con descaro el destino se tiñera de injusticia, quiero encadenar mi sentimiento a tus latidos, que recuerdes lo que siento. Si me tocara despedirme sin poder decir "adiós", quisiera hacerle cosquillas a tu tristeza, y en silencio sacarle un respiro a tu alegría. Que no se te olvide ser feliz aún en la tristeza; la vida tiende a confundir, el tiempo pasa sin dejarse sentir. No es tarde si respiras, es tarde si no cambias; no te eches a morir; entonces, con el recuerdo y este final, por cada lágrima una sonrisa aparecerá, es cuestión de tiempo. No te olvides de buscar, no te olvides de aprender.

domingo, 22 de abril de 2012

Con el tiempo.


No sé si dormía o despertaba, pero dudaba como el sueño que se olvida; aquellas tardes de lluvia cuando escondías secretos en tu mirada. No me imaginaba en esta situación, pero ahora que llega es momento de aprender, de ponerle candado a las memorias que lastiman. Al final, de eso se trata vivir, de aprender luego de tanto sufrir; por eso guardo cada dolor en un cajón, para nunca olvidar lo que tanto costó.

Con los pensamientos confundidos me he dedicado a recitarle miedos al presente; tal vez se fue convirtiendo en la manera de ser fuerte, de descubrir los detalles. No he buscado, pero lo que encuentro se convierte en lección; es cuestión de tiempo. Por eso, con cada lágrima intento robar dos sonrisas que le den dulzura a tu circunstancia. 

Conforme pasan los días el dolor se convierte en razón, y de una forma u otra voy cosechando lo que nunca pensé. Con la idea clara de luchar por una causa perdida fue que lastimé el corazón; mi terquedad convertida en locura me fue carcomiendo día con día los sentidos. Pero ahora, con el tiempo, los sentimientos se van enfriando; ahora entiendo. Y duele abrir los ojos, descubrir la vida.

Sin estar conforme con la situación, voy acostumbrando de nuevo a mis emociones. Si pudiera escuchar lo que susurra el futuro, tal vez estos pasos serían distintos. Pero sigo, a pesar de los miedos y las dudas me hago cargo de mi vida, tomando decisiones que dibujan sonrisas. En esta noche entiendo las pistas de la felicidad, esta alegría que lleva tu nombre escrito en el viento.

Ahora me dedico a leer las palabras que le dan fuerza a mis latidos; como la magia de sus ojos cuando brillan por los míos. Igual que el pasado, el dolor es un reflejo de la circunstancia que tiene la habilidad de obviar el futuro; las dudas juegan a ser la neblina en tu vida, y los miedos, la ignorancia de lo que vales. Todo se define con el tiempo, con los días que apresuran tus pensamientos. Yo, por mi lado, me dedico a no ser juez, sino parte; una sonrisa en la tristeza, un beso en la nostalgia; lo que aprendes cuando caes.

Recuerdo que dormía, que  quería hacerle cosquillas al presente, encontrarle lo dulce a lo amargo. Pero dudaba, como el tiempo al dormir; y llovía, en silencio lloraba; y pensé en buscarte, sin ni siquiera conocerte. Me propuse aceptar, y de nuevo aprender. Sin pensar, solo dormir y olvidar, soñar para encontrar; en la tarde sufrir, y por la noche entender. Un momento para llorar; pero a la mañana reír, ser feliz sin dudar, tener esperanza, luchar.

domingo, 15 de abril de 2012

Te toca soñar. (La sexta)


Tantos días, y con la luna, llega esta noche, la última; la sexta. Vengo a escurrir lo que siento en palabras y con las estrellas de testigo voy a dejarte decidir en el silencio. Solo espero que mis besos sirvan de guía, de duda. Sé que tal vez es momento de olvidar y dejar todo esto atrás; por eso puse un "te quiero" en tu corazón, y escribí un "adiós" en mi recuerdo. 

Y me pierdo en tu nostalgia, en tu tristeza; incapaz de arrebatarte los miedos. Mis caricias se convierten en memorias, en desplantes de un pasado caprichoso, terco. Pero insisto, y quiero sanar tus heridas mientras lees, mientras te dedico estas noches, las seis. Las mismas en las que te he regalado una estrella distinta, un sueño que hace rima con tu sonrisa, con tu mirada.

Sólo espero que crezcas, que tengas presente que eres más fuerte que tus miedos. Es cuestión de tomarle el pulso a la vida; los errores son el alimento de tu consciencia; por eso cuando dudes, recuerda que es momento de escucharte, de leerle la boca a tu corazón. No te ancles a un pasado que lastima; el recuerdo de lo que alguna vez fue. La vida esta hecha de detalles, de momentos; expresa siempre una actitud positiva que le de color a tu sonrisa, a tu ánimo; si te ven fuerte, se van a cansar de atacarte. Disfruta cada instante de lo que tienes. No importa si es bueno o malo, a fin de cuentas todo tiende a sumar; lo bueno, para recordar; lo malo, para aprender.

Y lo sabes muy bien. Desde el principio fue mi intención. Una perspectiva distinta, un cambio de actitud. Mi idea fue hacerte feliz y escarbar hasta encontrar tu sonrisa. Por eso, cada beso llevaba un intento de hacerte reír, de que olvides tu circunstancia. Por eso te regalé aquella estrella, y la puse en estas cartas que te escribo; para que recuerdes, para que nunca olvides; para que cierres los ojos y te rías mientras piensas.

El tiempo ha pasado y llegamos a hoy; se cierra el hexágono. Es momento de pensar, de interiorizar cada pequeño detalle de lo que ha pasado. Espero que entiendas lo que calla tu razón, que escuches los latidos, el sonido de tu corazón. Con estas cartas no busco que aprendas, solo que tengas presente. Y cada trampa de amor se convierte ahora en el misterio de tu decisión. 

Mis palabras le marcan el paso a tus latidos, por eso quiero que con calma te escuches. Quiero ser de tu sonrisa la razón, de tu esperanza, la ilusión. Podría regalarte el cielo entero en forma de estribillo, un puente a tu felicidad; y poner una estrella en tu mesa de noche que te cuide para siempre. Y te doy mi cariño, mi cuidado, mi atención y mis palabras; te dedico lo que digo, lo que callo, lo que escribo y lo que siento; no busco otra cosa que ver tus ojos mientras brillan, y sentir tus labios con los míos mientras ríes. Ahora cierra los ojos, preciosa; yo ya te escribí, te toca soñar, te toca creer. 

domingo, 8 de abril de 2012

Que sueñes mientras escribo.


Una más, la quinta. Tomo tu mano y la llevo a mi pecho, quiero que sientas lo que siento. Empiezo a escribir, y a mi lado vas leyendo lo que redacto para ti, como tatuando en estas páginas un beso a tus labios; una forma sencilla de sorprenderte con detalles. En una mano la tinta, en la otra, tu mano; y con la ternura de tu piel me propongo enamorarte mientras escribo.

Una rosa que le da color a tus ojos; el brillo, en el atardecer tu descanso; y con el viento, la frescura de tus labios. Por eso pinto un cuadro con tus sueños más preciosos, usando los colores que opacan tu tristeza. Como enredaderas, estas líneas engañan a tus miedos, los confunden, para que sueñes un instante, para que escribas conmigo. 

Cuesta, los momentos se vuelven eternos, como tesoros del recuerdo. Y aparecí ahí, en medio de la nada, como las estrofas de un poema perdido, recogí con mis manos cada uno de tus besos y los dibujé en estos párrafos, en este rincón de mis secretos. Solo te espero, y mientras tanto te pienso; te sueño, y mientras tanto te escribo; me enamoro lentamente de tu mirada, de tu sonrisa. Sueltas mi mano, caminas mientras dudas, te alteras mientras piensas; sonríes mientras lloras.

Sé cómo termina esta historia, al fin de cuentas, yo la escribí. Bajo la misma luna, aquí donde me dediqué a ponerle tilde a tus caricias, intento que escuches los latidos de mi corazón haciendo rima con los tuyos. Te conté mi sueño, bajo las estrellas; te soñé mientras escribía y hoy escribo mientras soñamos. Son dos pasos, y esta decisión que marca los ritmos, con sentido; mis ideas se van perdiendo en tu mirada; es momento de robarte la tristeza, que sueñes mientras escribo.

Me levanto, y dejo de escribir. Busco bocetos que me hablen de ti; trato de leer tus labios en este silencio que lastima, buscando respuestas en los gestos que vas olvidando. Y, en medio de la confusión, das señales de querer, aún sin entender, solo intentar; una forma distinta de pensarme sin pensar. Me siento, tomo la tinta y el papel, y me pongo a traducir lo que siento, a descrifrarte, a perderme para encontrarte, una vez más.

Quiero escribirte una carta en el viento, un reflejo de lo que siento. Y con la luz en la mesa de noche hacerle sombra a tus miedos, taparle los ojos a tus dudas. Y te acompaño, como las otras noches, atrapando tus lágrimas cuando lloras o alborotando tus sonrisas cuando ríes. Por eso, antes que me olvides, quiero quedarme en tu memoria, quiero anclarme en tu recuerdo; por eso voy cosechando mis sentimientos en forma de cartas, voy guardando mis besos en las esquinas de tu corazón, para besarte con el tiempo, para que me leas en el viento. 

Una noche más, y te regalo aquella estrella fugaz, aquél sueño convertido en instante, en ilusión, que muere cuando nace. La idea clara de enamorarte, de que sueñes conmigo. Y escribo, como he escrito todas estas noches, para toparme con lo que sientes, para colarme en tus pensamientos. Como en un sueño, me he dedicado a coserte estas palabras en forma de ilusión; mi sentimiento enredado en tus emociones; solo queda esperar y seguir: escribir para soñar.

domingo, 1 de abril de 2012

Esta historia con detalles.



Busco descifrarte en lo que escribo, traducir sentimientos en estos párrafos que se despiertan con tu mirada, con tu sonrisa. Sigo soñando, imaginando que te enamoro lento, con paciencia. Por eso te regalo un secreto en el atardecer; un beso que te enamore, que te ponga a pensar. Y mientras duermes, yo escribo tus sueños; y al despertar atrapo tu sonrisa con el sol, el que calienta tus ganas de ser feliz, de caminar de la mano junto a mi. 

Te cambio tus miedos por mis sueños; quiero robarte las lágrimas y dibujarte una sonrisa por la noche que en la mañana se convierta en ilusión. Mientras te acuestas en mi pecho, voy a borrarte las preocupaciones; solo pretendo encontrar tu tranquilidad, traerla de vuelta. Y busco una sonrisa natural, una esperanza escondida, y de alguna forma convertirme en descanso, colarme en tu alegría.

Ahora escribo una historia con tus sueños, y voy demostrándole a tus labios lo que siento. No busco que olvides, ni que sanes, solo espero regalarte el deseo de ser feliz, un detalle que se convierta en caricia. Con tinta, con papel, igual que hace unas noches; quiero entender lo que callas y escucharte en los silencios; quiero que te encuentres en mis ojos, o en mi sonrisa enamorada.

Y no me canso de dedicarte estas noches, de pensarte mientras escribo. Solo espero que te sientes conmigo una de estas noches a cazar estrellas en el cielo y, de la mano, empezar de cero, soñar despiertos. Estas palabras solo intentan robarte un suspiro, un pensamiento que fue hace un tiempo vacío; las dedico a los recuerdos que vamos dejando, a este cuento que recito con detalles.

Escribo con el ritmo de tus latidos; sueño con la ternura de tus labios. Me dedico a lucharte en silencio, a convencer tus sentimientos. No guardo otra cosa que un puñado de ilusiones y estas palabras que escogí para tus ojos. En esta noche, la cuarta, escribo para soñarte de cerca, soñarte conmigo. Y justo antes del amanecer, encarcelo una estrella fugaz a tu mirada, para hacerte eterna en el instante, para escribirte sueños en el paisaje. Ahora duerme, preciosa, descansa tus miedos; voy a escribir sobre tus sueños y dedicarte esta noche con mis versos.