domingo, 24 de julio de 2011

Volver.




Puede que con el tiempo, la distancia, todo lo que vamos percibiendo vaya cambiando. Hoy, me siento una vez más en frente de mis palabras, y las acomodo para que rimen con mis sentimientos. Luego de que pasa el silencio, el final de muchas etapas, encuentro el sentido de todo lo que llevo haciendo, y lo que he dejado de hacer. Es hora de recordarle a mis emociones que tienen una puerta de salida, un desahogo en medio de tanto alboroto.

Las reglas cambian. Es hora de dibujar un nuevo campo en donde las ideas se presten para ser usadas. Es momento de darle musicalidad a los sentimientos. Es momento de dejar plasmado en el viento lo que llevo aquí adentro. Un recuerdo, una nostalgia. El cosquilleo simpático del viento por la mañana. Y de una u otra forma refresco en este instante la frustración de pretender obviar lo que no se debe, de engañar y confundir lo que nunca debió dejar de ser.

Por momentos traté de dejar a un lado lo que escuchaba entre silencios. Puede ser momento de admitir que la neblina de todo este tiempo y la dureza de las circunstancias han ido haciendo del presente un momento inoportuno para plasmar. Sería como intentar mentirle al futuro. Sería como pretender borrar lo que ha sido tan duro. Puede que sea momento de acompañar con una sabana el frió de la noche, y qué mejor compañía que estas palabras en molote.

Ya dediqué sonidos y colores en versos y canciones. Ya le escribí al amor que perdí, al que no encuentro; al que lucho por descubrir. Ya le regalé segundos a tu mirada, la misma que cada noche recuerdo antes de dormir. La misma que me permite seguir. Pero el tiempo pasa, y no se devuelven las sonrisas. Solo la esperanza de reír a carcajadas. Los dos juntos. En la cama. Riendo. Como siempre debió ser.

Por todo eso tomé la decisión de volver. De escribir. De tener un medio que se convierta en mi fin. El arte de mis sentimientos, el secreto que cuento en cada sílaba. No se supone que sea tan coherente; a veces las cosas más claras son las que se enredan en tu mente. Puede que llegue un día donde todo vuelva a acabar. Puede que llegue el día definitivo para comenzarte a olvidar. Puede que ese día haya quedado atrás.

Quiero descubrirme una vez más entre escritos. Quiero volver a interiorizar las cosas que me faltan por aprender. Quiero. Puedo. Porque deseo que estas líneas lleguen a tus ojos. Y tal vez, solo tal vez, te acaricien el corazón. Como gotas delicadas, sensaciones bien plasmadas. Como recuerdos, como encrucijadas. Como la más linda forma de dedicarte mi inspiración.

Así, de esta forma inquietante, como secretos evidentes, como mentiras incómodas, puede que me tope una vez más con tu mirada. Puede que te sienta feliz, emocionada. Y entre el brillo de esa canción tan pura que escucho en tus latidos, oírte pronunciar una vez más mi nombre entre carcajadas.

Porque hacer lo que uno quiere es parte de vivir. Es encontrar el significado de esta vida entre cada dificultad. Entender que muchas veces una lágrima es la caricia de tu mirada; que tu sonrisa hace rima con mi esperanza.

Puede que con el tiempo, la distancia, se haya vencido la calma, pero no la confianza. Hoy, me siento una vez más en frente de mis palabras, y las leo para aprender a escucharme. Es hora de recordarle a mis emociones que escribir es el arte de imaginar, de soñar, y que con el paso de los años, las tristezas y alegrías, dedicarle palabras a la vida es mi forma de ser feliz.

1 comentarios:

Majo dijo...

+546876543513213 like like like like #nice #nice #nice :D :D cómo vas a ser tan chivaa? Ok definitivamente dejás de escribir again y te mato. Promesa -.- En serio muy muy chiva Alejo :) :)