miércoles, 7 de abril de 2010

No necesitaste décadas...


No necesitaste décadas para lograr lo que muchos nunca logran. Consistió en bailar con la vida y robar sonrisas. Bastaban segundos cerca tuyo para quererte tener cerca siempre, esa hiperactividad exquisita que siempre te caracterizó. Ese futuro tan precioso que alguien te arrebató, es el que hoy estás viviendo al lado de Dios.


Jamás el tiempo asaltará tu recuerdo, ni los años nublarán la imagen de esa sonrisa que tanto nos motivó a hacer lo mismo. Es cuestión de actitud y del simple deseo de dejar una huella en este mundo; huella que hoy todos sentimos mientras recordamos aquellos momentos.


Son momentos donde la nostalgia se mezcla con ese dulce sabor a felicidad, de saberte en el cielo y que a todos nos cuidarás. Pues el cielo sumó un ángel en su ejército, pero tu recuerdo te mantiene tan viva en todos los que te conocimos. Se confunde ese impulso por llorar o reír, se cuestionan los sentimientos dentro de nosotros, pero si pudieras decirnos algo seguramente reír sería la mejor decisión.


Nunca te perdimos, más bien te ganamos; porque tu espíritu respira en nuestra mente cada vez que te pensamos. Y mientras pasen los años, más cerca estaremos todos del reencuentro, y de seguro habría fiesta en el cielo.


Y en cada uno de nosotros habrá pinceladas de tu vida, pues nos enseñaste tanto que todos te querían. Y si de Dios se trata era cuestión de escucharte unos minutos para que lo mencionaras, y ese amor, ese tan puro, es el mayor ejemplo para cada uno.


Pero tu vida no puede ser olvidada, ni tu recuerdo borrado; sigues bailando en la eternidad de tus sueños, que una vida de este tipo tiene que ser contada. Luchar es parte del camino, y eso, entre otras cosas, lo aprendimos contigo.


Tu nombre perdurará, tu sonrisa vencerá la barrera del tiempo, tu alegría contagiará a generaciones, la gente sabrá que viviste. La marca que dejaste en este mundo es de esas imborrables, son cadenas que atan las sonrisas a un recuerdo; a tú recuerdo.


Y en cada paisaje en la playa, en cada coreografía en un escenario, en cada sonrisa, en cada pensamiento…siempre estarás. Y la memoria será nuestra mejor manera de sentirte, y una oración la forma de consentirte.

Andrés Obando Sotela

Dedicado para Natalia Trejos Sánchez
1988-2007

10 comentarios:

Tea dijo...

=) =( =* like like like likeeeeeee desde el primer renglon!!!!!!!!<3

Alejandro C. Trejos C. dijo...

Que hermoso, cada párrafo una sonrisa y una lagrima juntas. Gracias por escribirlo.

Anónimo dijo...

Dios :( no la conocí pero si se quien era y fue simplemente PERFECTO!! hasta se me pusieron los ojos llorosos!Increible simplemente

pao dijo...

ayyy gordo q tan chiva.....al chile q me dejo como sin q decir, igual q don ale una sonrisa y una lagrima juntas!!! muy muy lindo!!!! :) :(

Sofi Aragon dijo...

se paso dres se pasoo

Isa dijo...

hermosisimoooo! :D

Gabriela dijo...

demasiado bonito y todo dem cierto, igual que pao me dio nostalgia pero también alegría

Salamandis dijo...

Totalmente conmovida e identificada con ese sentir...Se me hizo un nudo en la garganta, divino, alegre y triste a la vez.

Momo dijo...

Para citar a Obando: Nunca te perdimos, más bien te ganamos; porque tu espíritu respira en nuestra mente cada vez que te pensamos. Buenísimo :)

Unknown dijo...

Gracias por revivirla, recordarla y honrarla con esas palabras <3 la describiste como era y como la recuerdo :)