viernes, 9 de abril de 2010

Del compromismo


Una de las cosas que tal vez más pone a pensar las personas es el deseo (o no deseo) de casarse, especialmente cuando uno es joven. O relativamente joven. Es un paso gigante en la vida, y no es tan sencillo como simplemente compartir la cama cada noche desde ese día hasta la muerte, para nada.

El matrimonio es una institución que es base del nucleo de toda sociedad, como lo es la familia. Es fácil enlistar una serie de males sociales que se presentan en nuestra sociedad actual para comprender de inmediato la causa. No es oculto para nadie la cantidad de divorcios que se llevan a cabo hoy en día.

De hecho, en los últimos años existe la tendencia de que la cantidad de divorcios por año es casi la mitad de la cantidad de matrimonios. Solo para dar un ejemplo en 2005 hubo 24.057 matrimonios y 9.887 divorcios. Y si se trata de los encargados de este sacramento, el presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica Monseñor José Francisco Ulloa dijo:

"Pareciera como si el matrimonio fuera desechable o ‘light’. Debemos formar a las parejas jóvenes para que tengan conciencia de la estabilidad”


Normalmente en estas familias de divorcios, los hijos son los más afectados de toda la situación. Como dice la cita "..formar a las parejas jóvenes para que tengan conciencia de la estabilidad" es quizás uno de los aspectos más determinantes, pues en nuestra juventud se esta formando un alto nivel de inconciencia en este sentido, y como animales de costumbres que somos, muchos se estan adaptando a las relaciones sin compromiso, que luego se convierten en vicios de la sociedad y principales causantes de la inseguridad en nuestro país.

Es cuestión de tener valores, respetar compromisos y ser concientes de la responsabilidad que significa el matrimonio (o cualquier tipo de relación seria), no solo para la pareja y los hijos, sino para la sociedad en general. Que nos formemos como personas de valores y principios, y con la suficiente inteligencia y madurez para ser capaces de entender la importancia de las relaciones, es uno de los pasos para formar, en un futuro, familias exitosas y que colaboren con el progreso social.

Y desde un punto de vista personal, no le tengo miedo al matrimonio. Espero no casarme muy viejo, pues me gustaría poder recordar muchas etapas de mi vida al lado de mi compañera del camino (de baldosas amarillas).

Es mejor recordar. Es mejor que contar!

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