Escribo y sueño, por tercer vez. Es momento de sentir, de poner a tus pies mis emociones, mi forma más transparente de quererte, de cuidarte; esta es mi manera de dedicarte el paisaje, con palabras que hacen rima, sendero a tu corazón. Y puedo convertir tu miedo en poesía, y con delicados versos hacer que olvides cuánto duele. Quiero que leas sin tristeza, que sonrías con intención.
Todo cambia, el frío crece. Por eso abrazo tu nostalgia con el calor de mis besos, los que susurran estas cartas que te escribo por las noches, estos párrafos que mueren en tus ojos. Solo quiero cobijar tus sentimientos, pintarte una sonrisa en el viento, y que cada vez que la brisa fresca te acaricie, se te escape una risa inocente; un reflejo de alegría que se escurra en tu mirada.
Mientras una lágrima baja por tu mejilla voy sembrando besos en tu boca, voy perdiéndome en tu mirada; ahí, en el silencio de la tarde, voy a dedicarte mis sueños, a esconderte los miedos. Tal vez, conforme pasa la noche, vas a sentir ganas de acercarte, y decirme con ternura que te abrace, que te quiera. No importa si es tarde; será momento de perderme para encontrarte.
Ahora te sientas a leer lo que escribo, a entender lo que siento; y, aún en medio de la confusión, se te escapa una sonrisa perdida, un suspiro que intriga. Este sueño en forma de cuento, esta historia que no encuentra destino. Yo, por mi parte, escribo mientras sueño que me quieres, soñando mientras escribo que te quiero.
Una vez más, frente a estas ideas, voy dejando boronas de sentimientos, una forma de no perderme en el proceso. Solo quiero dedicarte estas palabras, empañar tu tristeza; confundir tus lágrimas con sonrisas. Será mi recuerdo en tu memoria. Un motivo del pasado.
Me siento una vez más con la intención de empezar a escribir. Soñar. Y, tomados de la mano, te regalo la estrella que más brilla; escribo tu nombre en la arena. Solo espero una sonrisa de vuelta, una sonrisa con intención; quiero que leas, sin tristeza, ser tu camisa de fuerza, tu razón para seguir. Ser los párrafos de tu historia, ser la razón de tus risas. Y, algún día, tal vez, ser tu sueño; tus palabras. Un "te quiero" en tus pensamientos; el suspiro de tu ilusión.