domingo, 11 de septiembre de 2011

Mi viejo.


Una idea que surge, resuena. Un momento casi perdido, pero ganado. Aprovechándome del calendario, el que marca tu fecha. Un despilfarro de frases, de oraciones entrecortadas. Buscando un significado. O mejor, un sentimiento. Entonces marco líneas, repinto el norte, los escondites. Y escarbo el rincón de mi memoria, buscando algo. Una forma de remendar, de aliviar. Mejor dicho, de expresar. Para robarte una pequeña sonrisa, una simple alegría. Un pequeño rayo de luz. Una pequeña manera de demostrarte cuánto te quiero.

Y tal vez me pueda perder en la musicalidad de lo que escribo. Como esa característica, como la huella que marca cada cosa que escribo. Como un pincel, que pinta la obra; como estas palabras que dedico, que se inspiran en recuerdos y toman aire de memorias. Cosas que quedan, cosas que se olvidan; silencios que enseñan, palabras que suenan en la mente.

Desde pequeño, el cariño ha sido la constante; esa humor que cobijas con sonrisas y enseñanzas. La forma más delicada de cosechar sabiduría, la que con el paso de los años he ido absorbiendo, como estudiante de la vida, tomando cada lección como una forma más de seguir adelante. Pues no existe mejor profesor de mi camino que el que me ha enseñado con el ejemplo.

Una forma exquisita de dar la clase, de guiar los pasos. Manteniendo la cordura, perdiendo los estribos; pero siempre, en algún momento, ese arrebato de paciencia, de tener todo controlado. El balance. Las emociones, solo las pertinentes; y la calma, esa característica casi esencial que te ha mantenido el corazón latiendo en medio de tantos problemas.

Muchas lágrimas compartidas. Cuando estuvimos cerca de perder a la persona que más queríamos. Conversaciones que no han necesitado horas para representar algo en mi vida. Errores, discusiones; simples tareas que sudan conocimiento. Y del humor, ese fino compañero. La manera elegante y precisa de arrebatar sonrisas. Como regalando pequeños adelantos de alegría.

Ante todo la perseverancia. Puedo decir que he aprendido a no quedarme en el suelo, a luchar, a ver cada día con positivismo a pesar de estar en el fondo. Luchar, por una familia, por vivir, por simplemente respirar. Porque morimos en el momento donde dejamos de soñar; morimos cuando la ilusión se esconde, cuando se borra.

Esa forma de recitar. De expresar en la voz sentimientos que dormían en palabras, en párrafos sin leer. Simplemente no quiero dejar que nada se quede atrás, y traer conmigo el recuerdo de la persona que ha dejado su vida por mí; la persona que me ha puesto primero, la que me permite crecer, aprender, vivir y soñar. Solo quiero, con estas palabras, dedicar lo mejor de mí, a la persona que me ama sin presiones, sin exigencias; a quien le ha tocado sufrirme y disfrutarme desde que nací.

Y si tan solo pudiera dejar anclado este recuerdo tan perfecto, y tatuarlo con palabras en el tiempo; desearía poder alcanzar una sonrisa que te haga sentir bien. Pues a pesar de todo, de los problemas y los errores, la vida no pudo haberme regalado un papá mejor; y un día como hoy le doy gracias infinitas al destino por permitirme vivir cerca de una persona con el corazón tan grande, y compartir mi sangre y principios con él.

Por eso, estas palabras tienen un destino bien claro: tu corazón. Y quizás, sirva como un alivio en el dolor, el cansancio. Ese que te ha hecho tambalear. Pero te has mantenido fuerte, luchador. Como siempre te he visto. Y ahora, sencillamente te dedico lo que mejor puedo hacer, y lo envuelvo con la fachada de un regalo en este día tan importante. Simplemente, gracias por existir.

2 comentarios:

MBA JORGE ARTURO OBANDO BOZA dijo...

Muchas gracias hijo, ha sido el mejor regalo que me han dado. Ha sido la oportunidad de saber que eres una persona maravillosa, sensible, luchadora. Me alegra mucho saber que dentro de ti se desarrolla un espíritu motivador, puro y fuerte a las adversidades de la vida, que son parte de nuestra existencia. Gracias por este regalo tan especial, gracias por pensar asi de mi. Nunca lo olvidare. TQM.

SilUB dijo...

Andrés...! Está hermoso, digo, siempre escribís hermoso, pero hoy...se pasó de lindo!