miércoles, 17 de marzo de 2010

Agua en el desierto!



Muchas veces he comentado con personas a mi alrededor el sentimiento de que vivimos en una selva desalmada. Poco a poco las sociedades, y las personas en sí se han vuelto más frias e indiferentes ante el dolor, el sufrimiento o la angustia de los demás.

Partiendo de ese hecho, siempre he pensado que cuidar y proteger a una persona que nos quiere debería de ser una de nuestras prioridades. En un mundo donde los valores cada día son más inexistentes (que será tema de una próxima entrada), creo que si topamos con la bendición de tener cerca a una persona que de verdad nos quiera y nos valore, deberíamos de cuidar ese tesoro como el más preciado de la vida.

No podemos andar por la vida lastimando a las personas. Incluso a personas que, a nuestro parecer, merecieran ser lastimadas. Pero me parece un pecado mucho peor lastimar al que nos quiere. Y es que cuando se quiere, lo demás viene por añadidura y sin necesidad de esfuerzo alguno. Cuando se quiere de verdad se elimina toda posibilidad remota de hacer daño.

Es cuestión de aprender a valorar las bendiciones de Dios. Es cuestión de ser concientes de que la vida es una selva desalmada. Y si vas caminando por el desierto y encuentras una botella de agua fría, resultaría poco lógico que abrieras la tapa y dejaras caer el agua al suelo.

Todo se encierra en el hecho de ser personas humildes. Porque la prepotencia nos aleja de nuestro sentido de unidad como personas. La prepotencia nos aleja de nuestra lucha por mejorar el mundo. Y la humildad nos prepara para una vida de servicio a los demás y de realización personal.

Muchas veces he pensado que el ser humano es malo por ignorancia. Las personas lastiman por ignorar el daño que pueden causar y todas las repercusiones. Y aquí volvemos al punto de interiorizar las cosas en la vida. Interiorizar significa asimilar los sentimientos, creencias o pensamientos dentro de nosotros. Por eso el refrán que dice "nadie aprende por cabeza ajena" es bastante cierto. Porque las personas aprendemos sólo cuando vivimos una situación extrema con resultados definitivos. Podremos leer mi libros, escuchar dos mil charlas...que hasta el momento que aprendamos a interiorizar este tipo de pensamientos es cuando vamos a comenzar a dar el primer paso hacia el cambio!

Cuidemos a los que nos quieren. No tenemos idea de la bendición que es tener personas que nos valoran. Y tampoco tenemos idea de por cuánto tiempo la vida nos l@s va a prestar. Dediquemosle tiempo y afecto. Y nunca obviemos que ellos saben cuanto los queremos! Porque nunca, nunca, nunca está de más decir "Te quiero".

1 comentarios:

Unknown dijo...

aunque no sea la ultima coca-cola en el desierto... he visto mucha gente sedienta hacerme un lado y nunca he guardado ningun tipo de resentimiento porque esas personas me imagino que prefieren la Pepsi, pero bueno, siempre vienen más personas con el tiempo y las que se detienen a compartir su cariño con uno son las que realmente valen la pena, los otros eran solamente "people passing by..."