miércoles, 31 de marzo de 2010

Reír Llorando


Estoy seguro que muchos (sino todos) nos hemos sentido así alguna vez. Yo especialmente me he sentido así gran parte de mi cortísima vida. Sin embargo, no se trata de tenerse lástima uno mismo. No se trata de acostarnos en una cama a llorar. No.

Reir llorando para mi representa un acto de valentía de las personas que sufren, y que aún en su sufrimiento son capaces de hacer reír a los demás. E inclusive olvidar la angustia propia en esos momentos. Me parece que son los momentos difíciles los que aumentan el valor agregado de cada sonrisa que regalamos. Al final, sonreír se convierte en nuestra mejor inversión en la vida y en un excelente negocio para calmar nuestro corazón.

Este poema llegó a mis manos hace muchos años ya. Y desde que lo leí me impactó. En su simplicidad esta guardada toda su fortaleza. El relato es tan general como la vida. Y nos permite sentir un alto nivel de identificación.

El poema fue escrito por Juan de Dios Peza, y aquí lo dejo:

Viendo a Garrik -actor de la Inglaterra-
el pueblo al aplaudirlo le decía:
"Eres el más gracioso de la tierra,
y más feliz..." y el cómico reía.


Víctimas del spleen, los altos lores
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores,
y cambiaban su spleen en carcajadas.


Una vez, ante un médico famoso,
llegóse un hombre de mirar sombrío:
sufro -le dijo-, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.


Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte;
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única pasión la de la muerte.


-Viajad y os distraeréis. -¡Tanto he viajado!
-Las lecturas buscad. -¡Tanto he leído!
-Que os ame una mujer. -¡Si soy amado!
-Un título adquirid. -¡Noble he nacido!


-¿Pobre seréis quizá? -Tengo riquezas.
-¿De lisonjas gustáis? -¡Tantas escucho!
-¿Qué tenéis de familia? -Mis tristezas.
-¿Vais a los cementerios? -Mucho... mucho.


-De vuestra vida actual ¿tenéis testigos?
-Sí, mas no dejo que me impongan yugos:
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos, mis verdugos.


Me deja -agrega el médico- perplejo
vuestro mal, y no debe acobardaros;
tomad hoy por receta este consejo
"Sólo viendo a Garrik podréis curaros".
-¿A Garrik? -Sí, a Garrik... La más remisa
y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquel que lo ve muere de risa;
¡Tiene una gracia artística asombrosa!
-¿Y a mí me hará reír? -¡Ah! sí, os lo juro;
Él sí; nada más él; más... ¿qué os inquieta?
-Así -dijo el enfermo-, no me curo:
¡Yo soy Garrik!... Cambiadme la receta.


¡Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!


¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora
el alma llora cuando el rostro ríe!


Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma
un relámpago triste: la sonrisa.


El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto,
y también a llorar con carcajadas.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cierto q mantenerse en pie en los momentos dificiles es una gran muestra de valentia, y que tratar siempre de alegrar el dia de los demas con una sonrisa aunque el nuestro este nublado. Inclusive es válido tratar d distraernos un rato de nuestros problemas a traves de la risa, las bormas y un rato ameno con los amigos, ya que somos humanos y obviamente queremos evitar el dolor.

Sin embargo todos los extremos son malos, y debemos ser lo suficientemente honestos con nosotros mismos para distinguir cuando estamos distanciandonos un rato de nuestros problemas, lo cual hasta cierto punto es sano, y cuando estamos huyendo de ellos a traves de una mascara feliz en nuestro rostro que oculte la tristeza. En ese caso, tarde o temprano nuestros fantasmas nos alcanzarán, y ahí entenderemos la diferencia entre hacer la lucha mas amena o menos dificil y evitar la lucha del todo.