He escuchado tantas veces la típica frase de muchas mujeres que dicen "todos los hombres son iguales". Creo que en realidad todos hemos esuchado la misma frase. Frase que no se donde se convierte en queja o en que parte se convierte en un sentimiento de reconfirmación entre ellas.
Es como un sentimiento común entre la mayoría de mujeres que nos les permite muchas veces conceder el beneficio de la duda a aquellos que en realidad no entran en ese mismo paquete. Y si profundizamos un poquito más, si es el caso de que "todos los hombres somos iguales", de la misma forma podríamos decir que la mujeres "poco a poco se van conviertiendo en lo mismo".
Sin embargo, ese no es el caso, y eso no es lo que pienso. Si las mujeres dicen estar cansadas de "besar sapos"; les cuento que muchas veces esos "sapos" son mucho más personas que el supuesto "príncipe azul". Porque la "belleza" del príncipe muchas veces resulta en un maquillaje de lo real, es una cortina que no permite entrar la luz, de manera tal que con la idealización del hombre perfecto la mujer se siente llena y "feliz" al encontrar a su otra mitad. Pero el sapo en su "no belleza" puede ocultar un corazón gigante dispuesto a amar y regalar felicidad; y es exactamente esa característica oculta la que puede hacer a los sapos más interesantes.
Al final ¿qué vale más? ¿Un príncipe azul que con el paso del tiempo se convierta en un sapo o un sapo que con el paso del tiempo demuestre el príncipe que es, sea azul, verde, amarillo, rojo, o cualquier otro color que se quiera?
Es cuestión de no dejarnos llevar por apariencias. Es cierto que una persona "simétrica" (bonita, linda, guapa) es más fácil de que la queramos conocer y enamorarnos. Pero lastimosamente, muchas veces esa "simetría" física no conlleva a una simetría en el corazón y los sentimientos. Ojo, no es una generalización, es una conclusión personal de muchas situaciones que he conocido. Y me he dado cuenta que muchas veces, un poco de "asimetría" física (según las ideas globales de lo que es una persona atractiva o no) es directamente proporcional con el nivel de simetría sentimental.
No creo en ningun momento que todos los hombres seamos iguales; y mucho menos que todas las mujeres sean iguales. En ningun sentido. Sencillamente esta "búsqueda" tiene esa parte del proceso que muchos conocemos como "prueba y error" pues es la única forma de llegar hasta la verdadera alma gemela en nuestra vida.
Ahora, nada es general, como dije antes. Es cierto que muchos "besos a sapos" se piensan de esta forma, pues son personas que se pensaron de una forma (príncipes), y terminaron siendo otra cosa (sapos). Pero en muchos casos es quién besa a ese sapo la que no le permite convertirse en el príncipe que se esconde adentro.
Y llegado el caso, dejemos de buscar príncipes o princesas. Porque lastimosamente no existen. Pero si existen personas, que a pesar de sus errores mantienen un nivel de valores y principios que les hace ser personas mucho más estables y más condicionadas a llevar una relación. No todos los hombres ni mujeres son iguales; muchas veces estamos buscando peces de agua dulce en el mar...
Es como un sentimiento común entre la mayoría de mujeres que nos les permite muchas veces conceder el beneficio de la duda a aquellos que en realidad no entran en ese mismo paquete. Y si profundizamos un poquito más, si es el caso de que "todos los hombres somos iguales", de la misma forma podríamos decir que la mujeres "poco a poco se van conviertiendo en lo mismo".
Sin embargo, ese no es el caso, y eso no es lo que pienso. Si las mujeres dicen estar cansadas de "besar sapos"; les cuento que muchas veces esos "sapos" son mucho más personas que el supuesto "príncipe azul". Porque la "belleza" del príncipe muchas veces resulta en un maquillaje de lo real, es una cortina que no permite entrar la luz, de manera tal que con la idealización del hombre perfecto la mujer se siente llena y "feliz" al encontrar a su otra mitad. Pero el sapo en su "no belleza" puede ocultar un corazón gigante dispuesto a amar y regalar felicidad; y es exactamente esa característica oculta la que puede hacer a los sapos más interesantes.
Al final ¿qué vale más? ¿Un príncipe azul que con el paso del tiempo se convierta en un sapo o un sapo que con el paso del tiempo demuestre el príncipe que es, sea azul, verde, amarillo, rojo, o cualquier otro color que se quiera?
Es cuestión de no dejarnos llevar por apariencias. Es cierto que una persona "simétrica" (bonita, linda, guapa) es más fácil de que la queramos conocer y enamorarnos. Pero lastimosamente, muchas veces esa "simetría" física no conlleva a una simetría en el corazón y los sentimientos. Ojo, no es una generalización, es una conclusión personal de muchas situaciones que he conocido. Y me he dado cuenta que muchas veces, un poco de "asimetría" física (según las ideas globales de lo que es una persona atractiva o no) es directamente proporcional con el nivel de simetría sentimental.
No creo en ningun momento que todos los hombres seamos iguales; y mucho menos que todas las mujeres sean iguales. En ningun sentido. Sencillamente esta "búsqueda" tiene esa parte del proceso que muchos conocemos como "prueba y error" pues es la única forma de llegar hasta la verdadera alma gemela en nuestra vida.
Ahora, nada es general, como dije antes. Es cierto que muchos "besos a sapos" se piensan de esta forma, pues son personas que se pensaron de una forma (príncipes), y terminaron siendo otra cosa (sapos). Pero en muchos casos es quién besa a ese sapo la que no le permite convertirse en el príncipe que se esconde adentro.
Y llegado el caso, dejemos de buscar príncipes o princesas. Porque lastimosamente no existen. Pero si existen personas, que a pesar de sus errores mantienen un nivel de valores y principios que les hace ser personas mucho más estables y más condicionadas a llevar una relación. No todos los hombres ni mujeres son iguales; muchas veces estamos buscando peces de agua dulce en el mar...
1 comentarios:
Otro más ...que me gusto !
Publicar un comentario