miércoles, 24 de noviembre de 2010

Enredo.


Sin los gustos, los placeres.
De tan inmersos quehaceres.

De aquellos que muchas veces piensan.
Y terminan sin empezar.

Pues concuerdan en la dislexia.
De sentir que pensar es hacer.

En una extraña paradoja.
Donde todo ser que entra se queda afuera.

Jugar a los dados.
En la ruleta rusa de las mentiras.

Pretende que se limpe el alma.
De quién no la cura.

Como encender una vela.
Al soplar su candela.

Investigar en la oscuridad.
La razón de un absurdo.

Siente el que piensa que vive.
Que se ahoga al no poder vivir.

Sin sonreír se toma una fotografía.
La melancolía que dejé partir.

Es un recuerdo de un tiempo que fue.
La nostlagia de algo que acabo.

Pero es tan dócil el que asiente.
Como aquél que no desmiente.

Culpable de la pena.
Por mero conocimiento del delito.

Si sonrojaras la vergüenza.
Del conocimiento propio.

Y escucharas la gran burla.
Que se estresa en tu mente.

Tal vez pensarías que cambiar no es todavía.
Una idea que se interna, y se duerme en el desván.

Cuñas de pinceles perdidos.
Los que una vez sirvieron de adorno.

Hoy se descobija una idea que enreda.
Para hacerte pensar en los días que te quedan.

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