miércoles, 17 de noviembre de 2010

Para que juntos aprendamos a jugar.


Ni tan caliente que me queme.
Ni tan frío que me duela.

Pedir los medios es como hablar para adentro.
Como arrinconar un pensamiento vencido.

Como tratar de encender una candela soplando.
E iluminar los pasillos que se encuentran oscuros.

Ven, acércate a este lugar.
Para que juntos aprendamos a jugar.

Se trata de un juego normal.
Con sus reglas, nada especial.

Se trata de cuidar el corazón de una mujer.
Ante todo nunca lo dejes caer.

Serán tus ojos y tu mente.
Será todo lo que tengas presente.

En las tardes, las mañanas, por las noches también.
Es cuestión de con ella aprender.

A encontrar la dirección en cada instante.
Eliminar todo lo que sea angustiante.

Contarás con besos para mantener vivo el corazón.
Caricias para llenarlo de ilusión.

No podrás mentir, ni pecar con excusas.
No podrás lastimar, ni mucho menos maltratar.

Porque en cada centímetro de su cuerpo.
Nace el alimento de la vida.

Es el ser más perfecto.
Y a la vez tan repleto de errores.

Aprenderás a crecer juntos.
Caminar de la mano.

Viendo los carros pasar por las tardes.
Recordarle ese amor tan perfecto.

Aunque ella no recuerde nada.
Su corazón sentirá tu memoria.

Por eso, nunca la dejarás sola.
Serás su ángel de la guarda.

Para que de esa forma.
Te conviertas en una realidad.

Una ilusión completada.
Un sueño cumplido.

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