viernes, 12 de noviembre de 2010

Tomar decisiones que cambian la vida.


Cerrar los ojos.
Dormir tan profundo que no distingas sonidos.

Ni el amanecer, ni la tormenta.
Nada que nos despierte de tan intenso descanso.

Solo una tenue preocupación.
Que mantiene alerta a tu corazón.

No sabes realmente qué hacer.
Tomar decisiones que cambian la vida.

Elegir entre dos cosas que quieres.
Con todas las ganas del mundo.

Perder lo que deseas.
Ganar lo que necesitas.

Luchar cada día.
Vencer tus miedos.

Coleccionar las victorias.
Desechar las derrotas.

Comer del plato del orgullo.
Sentir el espíritu lleno.

Porque al final de cada día.
Vale más poder dormir en paz.

Y sentir con la certeza de una persona humilde.
Que cada cosa que hacemos es la mejor opción.

Cuando no lastimas a nadie.
Y no te faltas a ti mismo.

Te conviertes en un instrumento perfecto.
Para hacer el bien en el mundo.

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