sábado, 6 de noviembre de 2010

Tal vez algún día, no muy lejano.


Visito cada noche nublada.
Aquél lugar extraño que hace un tiempo conocí.

Ahí escondo los miedos.
Que tantas veces sentí por tí.

Trato de jugar con las ramas del suelo.
Imaginar que nada ha cambiado.

Sentir por un instante la paz en un lago.
Descansando mi cabeza en el zacate.

Escuchando la brisa cantar con los pinos.
Y sentir el calor del sol como calienta mi cuerpo.

He tenido la sensación de nunca abandonar este lugar.
Pasarme a vivir a un mundo racional.

Donde amar no tenga nada que ver con sufrir.
Donde un beso no se responda con una traición.

Donde la lealtad sea el pan de cada día.
Y la solidaridad se respire en todo lado.

Quisiera contarte bien sobre este lugar.
Para que tú también lo llegues a amar.

Tal vez algún día, no muy lejano.
Decidas acompañarme a vivir esta emoción.

De sonreír sin miedo a volver a sufrir.
Y volar cada tarde al lado de las estrellas.

Llenarse las manos del aire más puro.
Combatiendo en cada momento al dolor del pasado.

Si tan solo este mundo fuera el de todos.
Viviríamos enamorados de la vida.

Sin sentirnos golpeados noche y día.
Sin sentir que no calzamos en esta pequeña aventura.

Por eso te dedico a tí este cuento.
Pues en estrofas me explico de una mejor forma.

Nunca dejes de tener presente.
Que nunca te logro sacar de mi mente.

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