lunes, 15 de noviembre de 2010

Una noche nueva, una noche diferente.

Saboreo la frescura de la novedad.
Ese dulce a sorpresa que me invade.

El caramelo de la incertidumbre.
Que mezcla sentimientos en el estómago.

Una noche nueva, una noche diferente.
Un sueño que pesa, una historia que pasa.

Un camino que cambia de rumbo.
Una sensación extraña.

Quisiera calcar el sentimiento.
Y que salga impreso en palabras.

Desearía tanto poder expresar el laberinto.
Donde se pierden buscando la salida.

Todos mis pensamientos más cuerdos.
Le subo los ruedos a mi consciencia.

Para mantenerme con sentido.
En esta ruta que parece incierta.

No perder el norte, ni rebuscar lo perdido.
Que después de tanto, olvido lo que recuerdo.

Poco a mucho, como un río.
Que nace en montaña.

Muere en el mar.
Y se acostumbra a esta rutina sin dudar.

Cuando camino por el barro.
Me ensucio la razón.

Y cada decisión se vuelve densa.
Se nubla cada fragmento de información.

Se vuelve inútil seguir las estrellas.
Las que se borran por las mañanas.

No puedo caminar solo de noche.
Me pierdo en medio de la nada.

Aunque tenga definido el destino.
Solo siento que me encuentro perdido.

Si te pidiera que me ayudaras a encontrarme.
¿Me ayudarías esta tarde a lograrlo?

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