viernes, 19 de noviembre de 2010

Ser del dolor lo que se borra.


En cada esquina del dolor
cada rincón del placer,
nace un nuevo amor
que se tiñe en tu piel.

Por tantos veranos te busqué
para calentar el frío,
un cobijo que imaginé
olvidado a un lado del camino.

Y sentí la posible esperanza
de hacerme dueño de tus besos,
respirar en la añoranza
de curar todos tus miedos.

Poder de una vez por todas
compartir el alivio que esperas,
para llenarte la vida de historias
luchar porque un día me quieras.

Desearía tanto vivir en tu corazón
dormir en el sillón de tu memoria,
llenar cada instante de emoción
ser del dolor lo que se borra.

Calcular la suma de las estrellas
para verte brillar en la oscuridad
que elimines todas mis penas
y las conviertas en mi eterna felicidad.

Sin pretender que la vida sea justa
ni que las maniobras se comprendan,
solo quiero que nuestro amor se luzca
y que los dolores se reprendan.

Como en una fogata
donde el fuego crece,
una intención extraña
que el tiempo desmiente.

No cabe más espera
que desespera en la incertidumbre,
de no saber si se esmera
o si recae en la costumbre.

Para más enredos que las contradicciones
se cambian traiciones por consideraciones,
en medio de tantas terminaciones
me gustaría contarte algunas situaciones.

Pero en este caso llego al final
pretendo dejarte pensar,
para que algún día no dudes analizar
y definitivamente cambiar.

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