jueves, 20 de enero de 2011

El final de éste cuento.


El frío de la montaña, junto al viento silbando; triste el anochecer debajo del aguacero. No se detiene, por más que rebota la ira del cielo no descansa. Tiene un anhelo, una intención que no puede cumplir, un deseo que se escurrió entre las circunstancias. Pero cada mirada tiene su reflejo; cada pensamiento positivo tiene su respuesta.

Con el paso del tiempo la lluvia se seca, se convierte en un pasado real pero efímero; como una estrella fugaz. No importa cuánto intentes alcanzarla, al final se desvanecerá. Piensa lentamente en acorralar tus miedos y tu suerte. Sufrir un instante en la vida representa el sabor de la lucha infinita. Acuerpa tus sentidos, para que nunca se salgan de ti.

Si pudiera explicarte más lentamente y con un poco más de astucia, las ideas que se cruzan en mi mente y que gritan por tu atención. Hoy siento que esta historia sí tiene un final; hoy siento que ese final está por venir. Atrás quedará la tinta de nuestros besos, escribiendo sobre el aire la memoria que me hará sonreír.

Atrás quedarán las tardes que sonreíamos, cuando caminábamos de la mano; atrás quedará por siempre el calor de nuestro abrazo y el sonido precioso de tu voz al hablar. El cuento de este amor, es un cuento que contar; un cuento en forma de recuerdos que será cuento hasta morir; con este cuento silenciaré mi tristeza y los deseos indefendibles de luchar contra tu amor; este cuento me hará quererte cada día más y me amarrará fuertemente al amor que nos tuvimos; que te tengo.

Alguna noche soñaré con tu sonrisa y maquillaré mis lágrimas con el reflejo de tus ojos; algunas tardes sentiré el deseo de abrazarte y decirte lo mucho que te amo; habrán momentos donde me sea imposible no querer escucharte y tal vez te llame simplemente para oír tu voz; llegará el día donde sienta que sin ti no estoy completo y que me falta un poco el aliento.

Quiero que sepas que a pesar de cada herida que te causé, el tiempo callará ese recuerdo; y como en el agua, solo sobresaldrán los recuerdos que te hagan sonreír. Quiero que sepas que siempre te amé con la honestidad que regala la caricia del viento, que eras la mujer por la que tantas noches creí perder la cordura; y ahora que me marcho por siempre de tu lado, espero que la vida te regale un nuevo camino repleto de bendiciones; repleto de todo lo que te mereces.

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