sábado, 22 de enero de 2011

Poco.


Sutil, como la Luna.
Un abrazo caliente en Abril.

Dulce, y sediento de amor.
Escarmiento de todo tu honor.

Atropellas las inútiles molestias.
La cordura se convierte en prisión.

Colador de emociones y vicios.
Es el que suda bajo el Sol, desperdicios.

Cuenta estrellas y la arena del mar.
Piensa en todas las cosas que quisieras tener.

Suma en las esquinas tus razones.
Y esconde bajo la almohada tus temores.

Una vez escuché por la noche.
El susurro extraño de la derrota.

A la mañana siguiente respiré con el viento.
Y agudicé mis sentidos que estaban muy lentos.

Escuché el silbido de un cometa lejano.
Abrí mis manos para atraparlo.

Me encontré soñando despierto.
Dejando el rastro perdido.

¿Por qué piensas que pienso en ti?
Si cada intento es uno para huir.

¿Por qué supones que sueño contigo?
Si en cada pesadilla me pierdo entre los vivos.

Es hora de marchar sin avisar.
Salir por atrás; echar el tiempo andar.

Correr detrás del vacío.
Un poco estando sin sentido.

Pero algún día encontraré en tu mirada.
El secreto que aún duerme en su morada.

Despierta preciosa, despierta.
Que la noche se ha ido.

Pon tus manos sobre mi espalda.
Y disfrutemos de esta vida enamorados.

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