No te atreves a jugar con las estrellas, a cosechar cada detalle del futuro en el cielo. Pintar arcoiris infinitos que te llevarán a un mejor mañana. Al menos escuchas a la esperanza hablar; tartamudear digamos. Sabes que es mejor tener entreabierta la puerta y no callar la voz a las posibilidades.
Has aprendido mucho en todo el proceso, sin embargo no tienes lo necesario para avanzar. Hay un factor, un único factor que determina el fracaso de toda la operación. Y sabes muy claramente cuál es ese factor; no sabes qué hacer- Mejor dicho sabes qué hacer mas no te atreves a hacerlo. El miedo a abandonar lo que el pasado te regalo, se convierte en un peligro que te puede vencer.
Resultado de muchas horas de pensar; analizar deliberadamente las intuiciones que vas presintiendo. Te llenas las manos de miles de razones; pero no sabes ahora qué hacer con todas ellas. Es tan difícil dejar el pasado atrás; la amargura de la incertidumbre y la pérdida de tu zona de comfort se multiplican con cada segundo que pasa.
Pronto no habrá marcha atrás; o como mínimo las consecuencias empeorarán. El segundero corre y agita tu palpitar repleto de paranoia. Sientes que te ahogas, que todo se oscurece, que no hay mañana que pueda hacer valer la angustia que estás viviendo. Respiras. Respiras hondo. Casi como un suspiro.
Recargar energías para los días que siguen es importante. Cada noche es una nueva lucha por conquistar tus sueños. Los colores que desaparecen de aquél arcoiris se tiñen poco a poco al frente de tus pupilas; para no perder de vista cada meta que te propones; el olor del amanecer juega a ser más que una simple intención de llamar la atención de tu sonrisa y explotar en felicidad.
Más de una vez has coqueteado con la muerte, y en un intercambio de miradas aprendes que la vida es mucho más que una simple parodia; el verdadero sentido está escondido entre las hojas caídas de un árbol en otoño. El anaranjado del atardecer, es el mismo anaranjado que pinta esas hojas; es el color que te llevará poco a poco a descubrir el secreto de tu vida.
Por ahora sigue así; justo como vas. Todo lo que has alcanzado hasta este momento se ha ido convirtiendo en la persona que eres; y eso te define, eso te describe. Te toca aprender a valorar cada centímetro de ti mismo; aquél tesoro que creías buscar por todos los mares, se encuentra escondido muy dentro tuyo. Saca unos minutos para verte fijamente en el espejo, y sentirte orgulloso de lo que ves en el reflejo.
Has aprendido mucho en todo el proceso, sin embargo no tienes lo necesario para avanzar. Hay un factor, un único factor que determina el fracaso de toda la operación. Y sabes muy claramente cuál es ese factor; no sabes qué hacer- Mejor dicho sabes qué hacer mas no te atreves a hacerlo. El miedo a abandonar lo que el pasado te regalo, se convierte en un peligro que te puede vencer.
Resultado de muchas horas de pensar; analizar deliberadamente las intuiciones que vas presintiendo. Te llenas las manos de miles de razones; pero no sabes ahora qué hacer con todas ellas. Es tan difícil dejar el pasado atrás; la amargura de la incertidumbre y la pérdida de tu zona de comfort se multiplican con cada segundo que pasa.
Pronto no habrá marcha atrás; o como mínimo las consecuencias empeorarán. El segundero corre y agita tu palpitar repleto de paranoia. Sientes que te ahogas, que todo se oscurece, que no hay mañana que pueda hacer valer la angustia que estás viviendo. Respiras. Respiras hondo. Casi como un suspiro.
Recargar energías para los días que siguen es importante. Cada noche es una nueva lucha por conquistar tus sueños. Los colores que desaparecen de aquél arcoiris se tiñen poco a poco al frente de tus pupilas; para no perder de vista cada meta que te propones; el olor del amanecer juega a ser más que una simple intención de llamar la atención de tu sonrisa y explotar en felicidad.
Más de una vez has coqueteado con la muerte, y en un intercambio de miradas aprendes que la vida es mucho más que una simple parodia; el verdadero sentido está escondido entre las hojas caídas de un árbol en otoño. El anaranjado del atardecer, es el mismo anaranjado que pinta esas hojas; es el color que te llevará poco a poco a descubrir el secreto de tu vida.
Por ahora sigue así; justo como vas. Todo lo que has alcanzado hasta este momento se ha ido convirtiendo en la persona que eres; y eso te define, eso te describe. Te toca aprender a valorar cada centímetro de ti mismo; aquél tesoro que creías buscar por todos los mares, se encuentra escondido muy dentro tuyo. Saca unos minutos para verte fijamente en el espejo, y sentirte orgulloso de lo que ves en el reflejo.
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