jueves, 20 de mayo de 2010

...minimum credula postero


Sería tan extraño saber la fecha o aunque sea algún tipo de aproximación sobre el día en que vamos a morir. Me he puesto a pensar qué haría yo en esa situación. Qué pasaría por mi cabeza. Qué reacción tendría. Y me imagino que uno podría tener una de dos reacciones generales: por un lado entrar en pánico y shock; y otra aceptar la situación y sencillamente disfrutar los días al máximo.

Hablar de esto me recuerda la famosa frase (no sé si llamar frase al conjunto de dos palabras) "Carpe Diem" que al español y en forma directa se traduciría "aprovecha el día". Inicialmente fue utilizado por el poeta Horacio, donde decía:

"Carpe diem quam minimum credula postero "

Literalmente traducido como "Aprovecha el día, no confíes en mañana". Ampliamente aceptado por muchas personas y puesto en práctica por otras cuantas. Sin embargo, siempre he tenido la duda de sí realmente la gente "aprovecha el día" de la forma que debería de hacerlo, o de la mejor forma que sería hacerlo. Por supuesto, cada uno tiene una perspectiva diferente de las cosas.

Siento que en muchos casos, las personas aplican el "Carpe Diem" para excusarse en actuar de forma un poco sin control y sin límites, malgastando su diversión en lo que juran y recontrajuran que es el significado de "..no confiar en mañana". Desde mi punto de vista, el "Carpe Diem" esta lejos de ser algo cercano a ese tipo de "aprovechamiento del tiempo".

Vivir el momento como si fuera el último va muchísimo más allá de una simple diversión que no me deja más que una actividad sin profundidad y con poco valor para mi vida. Si realmente estuvieramos cerca de morir, y fueramos conscientes de eso, aprovecharía cada instante de mi vida para agradecer a las personas que vivieron a mi lado y ahora se preparan para verme morir.

Dedicaría varias horas al silencio, y en medio de muchos árboles me sentaría horas y horas escuchando el viento hacer música con las ramas, y a los pájaros cantando las melodías. Perdonaría a todas las personas que me hubiesen fallado; y ante todo pediría perdón a todos a los que les he fallado. De fijo la sonrisa no se me quitaría de los labios, odiaría que la gente me recordara triste, adolorido, acongojado...guardaría una foto de mi sonrisa en la memoria de todos los que me rodean.

Seguramente escribiría montones. Escribiría literalmente como si me fuera a morir mañana.Y trataría de dejar plasmadas todas las ideas que me encantaría quedaran inmortalizadas en un papel. Ideas que me encantaría que los hijos de mis hijos leyeran algún día y les sirviera de apoyo, de guía, o sencillamente de lectura. Por supuesto tendría momentos de debilidad, y lloraría; lloraría como si de mis lágrimas dependiera la lluvia en una sequía. Y necesitaría el apoyo de las personas que amo con todo mi corazón.

Seguramente no dormiría mucho. Y escucharía tanta música como minutos me quedaran para respirar. Y cantaría como si de verdad mañana se acabara mi vida. Así, aprovecharía mi vida. Definitivamente de esa forma moriría mañana tranquilo, o al menos en paz. Son cosas que para mí como persona me llenan y me hacen sentir humano.

Sin embargo, la vida no es tan delicada, y tenemos que partir del supuesto de que la muerte se nos presenta en cualquier momento. Y solo de esa forma podríamos valorar realmente lo que tenemos; principalmente lo que perdemos...Es la única manera de realmente tener la convicción de cuidarnos; de respetar a la personas; de ser amables; de valorar un abrazo, un beso o una caricia; de proteger y defender al amor de nuestra vida; de respetarnos.

Un verdadero "Carpe Diem" nos acerca un poco más a la intención real de ser mejores personas con la demás gente, pero ante todo con nosotros mismos. Y de ver guiados nuestros pasos de la mejor forma posible. Hay que aprender a diferenciar entre qué es disfrutar el día, y qué no es disfrutar el día; hay muchas cosas que suman a la vida, muchas otras no.

1 comentarios:

Isa dijo...

excelente entrada :D