viernes, 28 de mayo de 2010

Se me perdió en algun lugar..


Luego de tanto correr por camino sin forma, luego de tanto ceder para dejar de sentir, luego de tanto respirar hasta casi caer, es cuando toco mi bolsillo y siento que ya no está. Sé que lo dejé caer, pero no sé si quiero volver por él. Porque volver sería retroceder y volver a saborear la amargura del aire que respiré.

Entre piedras, entre ríos, entre caminos, entre senderos, entre ramas, entre plantas, entre animales caminé. Y tengo que estar seguro que en algún brinco lo dejé caer; lo perdí. Pero nunca lo noté y nunca fue esencial para mí; solo lo perdí. Y cuando lo pienso me pregunto ¿Qué hubiese pasado si lo hubiera notado en el momentó que cayó?

Tal vez hubiera entrado en pánico, y me hubiera quedado dentro de aquél laberinto natural buscandolo, perdiendo segundos necesarios; quizás perdiendome a mí mismo. Seguramente me hubiese atrapado la noche en su capa de oscuridad; y perdido, adolorido y golpeado en una noche de desesperación e incertidumbre tal vez hubiese significado la muerte.

Pero ahora que salí, y siento que no está; busco y trato de leer los labios de mis sentimientos que me gritan pero no los escucho. Pero no dicen nada; por más que intento descifrar qué me dicen no lo logro, solo sé que lo perdí, y que tal vez nunca más lo voy a encontrar. Tal vez hubiese sido mejor cargarlo en la faja de mi pantalón, incluso guindarlo en mi cuello, con una cadena. Pero nunca pensé que lo iba a dejar caer.

Pero tambien lo pienso y digo: ¿Y si alguien me seguía? Dejé un rastro importante en el camino y me pueden encontrar. Lo que tambien podría significar la muerte, ¿o la vida? Dejé boronas de pan que pueden revelar mi rumbo, rumbo incierto incluso para mí. Por eso exactamente no quiero volver, porque si vuelvo sufriría para salir; y ese golpe ya me lo llevé.

Pero si alguien lo encuentra tal vez algún día vuelva a mi. Era de un tamaño importante, por lo que creo que puede ser visible por cualquier aventurero que camine por los mismos caminos en los que yo me dejé llevar; en los mismos donde lo dejé caer. Incluso en la noche podría brillar, y entonces ser más notable ante la vista de alguna persona.

Quizás así tenía que pasar. Tenía que despegarme de un pasado, o de un potencial futuro. Pero ¿cómo se me cayó y por qué no lo sentí? Porque tenía su peso, y tuve que notar que ya no iba en mi bolsillo, así como lo noto en este moment, donde me siento más liviano y con más facilidad para caminar, lo que fue basico para apresurar mis pasos y salir de ahí más rapido.

Entonces tal vez sí lo noté y sí me di cuenta que lo deje caer, o ¿será que yo mismo lo saqué de mi bolsillo y lo tiré al suelo? Pero en caso de ser así, ¿por qué no lo recuerdo? Tal vez mi mente juega a la memoria selectiva, porque le conviene, porque se protege. Y es un juego que incluso me gusta y puedo aceptar la teoría como válida, pero no tengo certeza total.

Aunque qué importa tener certeza o no. Al final lo importante es que me alivianó el camino, y que aunque es algo que perdí y dejé atras entre tanta entropía, fue ese el hecho que me permitió salir de tan confuso camino. Y por eso hoy estoy afuera, lejos de caminos engañosos, con trampas en cada paso. Gracias a que se salió de mi bolsillo y se perdió, es que hoy me permito ser yo.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

TOUCHÉ, MAMÁ