Mientras más te busco, más me pierdo. He tratado de alcanzar con mis acciones tus expectativas, al menos las más pequeñas; pero cuesta tanto ver el sol fijamente, no lo puedo hacer constantemente. Te escribo cada noche, te recito palabras de amor, te demuestro mi sentimiento entre las cejas de mis acciones; nada basta.
Todo se convierte en olvido y lo que hago se toma por perdido. No hay corazón que calme tu locura; hay una gran tentación de darte ternura; porque tus ojos son una caricia del alma, una mirada que me llena de luz las noches; puedo, puedo contigo pero sin ti no puedo; puedo sin ti pero contigo no puedo.
Y cada día es un poco menos de motivación; un granito de tristeza que se adhiere al corazón. Por la mañana con tu voz delicada y tierna, le das un respiro al cuerpo muerto; con tu silencio, el que no callas, me dejas sin aliento. Tengo miedo; miedo de dejarte atrás. Miedo de equivocarme una vez más. Pero, mientras más te busco más me pierdo.
Quisiera poder recolectar cada uno de tus besos para sembrarlos de nuevo en la tierra de las oportunidades; quisiera no tener que morir tan lento y enseñarte que en este amor solo existe realidad. Pero le tapas los ojos al amor, con esos despliegues que tienes de arrogancia y traición. Me pregunto qué guardas detrás de tus pensamientos; qué escondes en cada respiro.
Pienso que tienes miedo también. La incertidumbre de la constancia y la inexorable desorientación te aniquilan los impulsos de ponerle un candado a mis besos. Miedo; el que nos mantiene juntos, el que nos derrite el hielo. Miedo; el que se convierte poco a poco en mercenario del tedio.
Quiero poder contarle en secreto a tu oído, lo que siento muy dentro mío. Quisiera que pudieras aprender a valorar cada uno de mis intentos fallidos. Pero ahora parece tarde, y la noche viene con oscuridad. Aunque el dolor llegue a ser muy grande, los dos sabemos el camino a seguir.
Todo se convierte en olvido y lo que hago se toma por perdido. No hay corazón que calme tu locura; hay una gran tentación de darte ternura; porque tus ojos son una caricia del alma, una mirada que me llena de luz las noches; puedo, puedo contigo pero sin ti no puedo; puedo sin ti pero contigo no puedo.
Y cada día es un poco menos de motivación; un granito de tristeza que se adhiere al corazón. Por la mañana con tu voz delicada y tierna, le das un respiro al cuerpo muerto; con tu silencio, el que no callas, me dejas sin aliento. Tengo miedo; miedo de dejarte atrás. Miedo de equivocarme una vez más. Pero, mientras más te busco más me pierdo.
Quisiera poder recolectar cada uno de tus besos para sembrarlos de nuevo en la tierra de las oportunidades; quisiera no tener que morir tan lento y enseñarte que en este amor solo existe realidad. Pero le tapas los ojos al amor, con esos despliegues que tienes de arrogancia y traición. Me pregunto qué guardas detrás de tus pensamientos; qué escondes en cada respiro.
Pienso que tienes miedo también. La incertidumbre de la constancia y la inexorable desorientación te aniquilan los impulsos de ponerle un candado a mis besos. Miedo; el que nos mantiene juntos, el que nos derrite el hielo. Miedo; el que se convierte poco a poco en mercenario del tedio.
Quiero poder contarle en secreto a tu oído, lo que siento muy dentro mío. Quisiera que pudieras aprender a valorar cada uno de mis intentos fallidos. Pero ahora parece tarde, y la noche viene con oscuridad. Aunque el dolor llegue a ser muy grande, los dos sabemos el camino a seguir.
3 comentarios:
Bravo!!!
Emociones que fluyen y transpiran, son percibidas los lectores.
Tal cual me siento!!! lo plagié y se lo envié a mi amada... que ya no soy amado... dolor en el corazón que no se curará tan fácilmente... Jasmin, simplemente TE AMO! y para mí, eres la que elegí para compartir nuestra vejez!!! JATD
Publicar un comentario