jueves, 13 de mayo de 2010

Puertas de escape


Por muchos años sufrí un tipo de bloqueo mental, creativo e imaginario, en donde definitivamente me sentaba frente de una hoja y empezaba a escribir, y siempre todo terminaba en un tachón espantoso en el cuaderno, y en caso de que fuera computadora, sencillamente le daba "seleccionar todo" y luego "Delete".

Seguramente este primer párrafo fue información extra que definitivamente no afecta en lo más mínimo, sin embargo, creo que le debo a la escritura mucho en estos momentos. Escribir me ha permitido limpiar las bolsas de mis pantalones rotos; realmente ha sido una busqueda incesante de ideas y pensamientos sobre los cuales escribir.

A veces es todo lo contrario. Pero sucede un resultado similar. Es semejante a cuando se llena una botella de 3 litros de Coca Cola de agua, y se vuelca...la presión y la cantidad de agua que quieren salir de la botella son poco útiles pues la salida de la botella tiene su dimensión que no permite que salga toda la cantidad que se quiere.

A veces los pensamientos actúan como esa presión de agua que quiere salir de mi cabeza y escapar por palabras en un texto. Esas ideas, esos pensamientos son los que han sido parte de esta, hasta ahora, ininterrumpida terapia de escritura. Terapia que ha sido todo un reto para mí, pues ha sido dejar atrás el bloqueo mental para abrirme y permitir alivianar el peso de mis sentimientos que tanto quedaban guardados dentro de mí.

Evidentemente habrán reflexiones más interesantes que otras; poemas más estéticos que otros. El punto de esto es la liberación mental que encuentro al escribir frente la computadora los sentimientos expresados en letras y palabras. Gracias a esto hoy encuentro una forma de desahogar dolores, sufrimientos que quedan deshidratados en la pantalla.

En sí, todos tenemos esa puerta de emergencia por la que salimos en momentos difíciles, e inclusive en momentos buenos. Cada puerta de salida tiene un rostro diferente pero al final llevan al mismo lugar: un lugar donde encontramos rastros de paz que habíamos perdido luego de tanto correr huyendo del dolor.

Así que me parece importante encontrar puertas de escape que mantengan ese nivel de balance necesario en la salud mental de las personas. Es esa función básica del cuerpo huamano que suda para balancear la temperatura exterior con la del interior. Y de esa forma, eso que encontremos que nos sirva para alimentar a cucharaditas la felicidad funcione de balance entre el dolor y la alegría.

1 comentarios:

Isa dijo...

Andoo muy cool esta entrada, muy cierto lo que dice tambien ;) espero que escribir te siga dando paz en todo momento :) saludos!