martes, 19 de octubre de 2010

Al mentir se elimina la verdad.


Tantas extrañas coincidencias.
Situaciones que no deberían de pasar.

Tantas veces he escuchado.
Que río que suena trae piedras.

Pero ese es el arte de las casualidades.
Que se burla de todas las verdades.

En cada tropiezo de una mentira.
Se distorsiona la situación con una excusa.

Y por supuesto que para todo hay una razón.
Si no nada tendría solución.

Es tan fácil mezclar las realidades.
Y llevarnos a un mundo de cualidades.

Algo extrañas por no decir incoherentes.
Que nos venden en la calle diariamente.

Cuando la verdad se convierte en un esfuerzo.
Es donde la mentira se convierte en lo cierto.

Pero hay que tener cuidado.
Porque mentir es realmente algo malo.

Aún más si la aplicamos a nosotros.
Y llegamos al punto de no saber diferenciar.

Todo aquello que es como es.
De lo que no es como debería de ser.

Y por tanto intento de querer apantallar.
Todo aquello a lo que queremos apostar.

Podemos perder la única verdad.
Que en la vida nos pueda ayudar.

Por eso me siento un rato.
A reirme de tanto maltrato.

Y escuchar de la propia voz del destino.
Que me cuenta las mentiras que me han dicho.

Ingenuo sería pensar.
Que al mentir se elimina la verdad.

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