jueves, 21 de octubre de 2010

No quiero ahogar mis sentimientos.


Perdido en un sueño que no tiene sentido.
Relatos de vidas que no han llegado.

Siento, me escucho hablar pero no soy yo.
No reconozco el sonido de mis pasos.

Presiento que dejado atrás mi espíritu.
Nada que encontrar más al fondo de este hueco.

Nada que desear ni nada por lo que luchar.
Una simple esperanza que se esconde detrás del destino.

Un camino que juega con los rumbos.
Escaleras que no llevan a ningún lado.

Quisiera sentir que vivo.
Que cada latido es una palabra de aliento.

Una simple razón para querer seguir aquí.
Aunque sea una mentira que me permita aguantar.

Dejar para siempre de pensar.
No volver nunca más a razonar.

Dejarme llevar por el más natural de mis sentidos.
Escuchar tus palabras como repican en mis oídos.

Disfrutar la lluvia que golpea mi cara.
Descansar debajo de un árbol una mañana soleada.

Llorar cada noche antes de dormir.
Despertarme con el mayor deseo de vivir.

Y de esta forma ir poco a poco aprendiendo a resistir.
Que cada golpe me mantenga hasta el fin.

Conocer las razones de las cosas.
Y esperar entender por qué la vida es tan torpe.

No quiero ahogar mis sentimientos.
En un mar donde todo se vive más lento.

Solo quisiera despertar de una vez por todas.
Nunca más volver a caer en un sueño tan profundo.

Porque he dejado olvidado en algún rincón de esta vida.
La extraña razón por la que yo te quería.

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