viernes, 1 de octubre de 2010

Soñar es crear escaleras.


Son como tijeras que cortan intenciones.
Como frenos que limitan mis acciones.

Hay cosas que simplemente no encajan.
Cuando ponemos muchas cosas en perspectivas.

Hay ideas que muchas veces escapan.
Y sin darnos cuenta perdemos un pedazo de futuro.

Hay sobornos para mentes engañadas.
Hay propinas para refuerzos mentales.

Cada vez que siento una piedra en el zapato.
La incomodidad me empuja a soltarme.

Me convierto en un terco y desalmado.
Cuando se trata de aquellos que quiero.

Exigimos mucho más cuando se trata de nosotros.
Percibimos mucho menos cuando se trata de nosotros.

Para mentes objetivas nada mejor que sopa de realidad.
El brillo del reflejo que juega con el imán de mi sonrisa.

Pero en veces representas todo lo que quiero.
Otras tantas te conviertes en mis miedos.

En la de menos me sentiré atrapado en una nostalgia.
En murmullos que estorba a la constancia.

Cuando la certeza de una situación no es posible.
La confianza es el sustituto perfecto en la receta.

Imaginar es crear paralelas.
En las líneas que existen en tu cabeza.

Soñar es crear escaleras.
Que nos lleván a otro lugar.

Y por puentes de inmensos caminos.
Se desplazan impotentes destinos.

Que conllevan a diferentes lugares.
Donde los sueños no distinguen verdades.

Como siempre lo he pensado.
Lo importante no es el final, sino el camino.

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