sábado, 1 de enero de 2011

Hoy, cuando amaneció el día.


Ahora dejas de pensarlo. Y en realidad lo dejas de pensar demasiado. Dejaste las preocupaciones atrás. En aquella tarde primaveral de sueños e ideas. Un nuevo inicio, un nuevo comienzo que abre las puertas de tu destino.

Dejas de recordar sobre caballos, el sol, el cielo, la ternura del viento. Aunque de pronto empiezas a traer a la memoria momentos que no viviste, que imaginaste. Un deseo prematuro en el desván de tu imaginación. Un paisaje colorido que cambiaste al blanco y negro.

Aquí, abajo de esta inmensa montaña donde repasan la obra de teatro de tu vida, corren y brincan todas las posibilidades. Trampas, creaciones, muecas del dolor. Tal vez sientas que estuviste aquí antes; pero nunca has estado realmente. Jugos de una mente que tararea canciones del presente.

Inicio. Y enciendes la llama que motiva, el fuego que calienta y acompaña. Te muestras frío e indiferente. De repente las lágrimas quebrantan tu intención; la dureza que se pierde en un adiós. Adiós, y bienvenido al nuevo día.

Localizas sonidos, fantasmas que se alejan. El pasado se cobija en el olvido. Olvidas, olvidas, olvidas y recuerdas lo vivido, lo dolido, lo que vale y lo que refresca; lo que lastima y te alegra. Tú, tan nublada por instantes. Tan difícil de distinguir. Tantos recuerdos que perdí.

Dejé de sentir, de pensar, de razonar, de recordar. Olvido, olvido, olvido, hoy, cuando amaneció este nuevo día, olvidé. Supongo que lo dudas, piensas que lo imaginé. Pero te repito que olvido. Y lo hago para sanar las heridas que me lastiman. Los demonios que me impiden seguir creciendo. Los recuerdos que me roban el sueño.

Típico. Ahora que todo empieza parece ser más simple, menos doloroso. A pesar de golpear mi pecho con tus besos; a pesar de respirar el aire que botas; a pesar de abrazarte cual enamorado; a pesar de pensarte cada instante. Olvido. Y olvido para dejar entrar mi futuro.

Hoy olvido que te conocí. Recuerdo que te olvidé; pero más importante recuerdo las razones que me hicieron que pasara. La resolución de esta vida se centra en el simple hecho de aprender a volar. Aprender a dejar atrás y ver hacia adelante. Hoy, cuando amaneció el día olvidé que te había olvidado.

Y eres mía. Mía porque le das aire a mi respiración; porque cuando busco debajo de las piedras, el sentido de esta vida, encuentro tu nombre tatuado en cada rincón del mundo entero, y el reflejo de tu mirada me atrapa y me pierde, me enloquece sentir que existes y que me amas. Hoy, cuando amaneció el día, olvidé que te había olvidado. Hoy, cuando amaneció el día, me sentí un poco más enamorado.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Y eres mía. Mía porque le das aire a mi respiración; porque cuando busco debajo de las piedras, el sentido de esta vida, encuentro tu nombre tatuado en cada rincón del mundo entero, y el reflejo de tu mirada me atrapa y me pierde, me enloquece sentir que existes y que me amas. Hoy, cuando amaneció el día, olvidé que te había olvidado. Hoy, cuando amaneció el día, me sentí un poco más enamorado.
o.O
Ud se pasa Obiliniux =) !!!