Lo piensas muchas veces; demasiadas veces para ser verdad. A veces te sofocas en tus propios pensamientos. Era una tarde tranquila, de esas de Primavera donde todo parece tan perfecto. Un paisaje precioso se pintaba frente de mis ojos.
Recuerdo que el Sol le daba color a todas las flores en aquél bosque. No recuerdo bien pero creo que ví pasar un caballo, blanco, nítido, elegante. Y pensé, pensé que ya no tenía recuerdos, que mi memoria había desaparecido. Era alivianador, refrescante saber que todas las ataduras habían sido terminadas.
Distancia, metros, kilómetros; sonidos que se escuchaban al fondo; una que otra ardilla corriendo. Y allá, arriba en la montaña con el fondo celeste del cielo, un reflejo de tu mirada; parpadeaba y se deambulaba por todo mi día; como queriendo recordar lo olvidado.
Apaga el fuego y sonríe, sentimientos perdidos que se pierden; dolores, preocupaciones, sostienen un manantial de agobios, ruptura de lo normal, presa de la incertidumbre. Acostado entre las ramas de un viejo árbol, me puse a reflexionar todo lo que había vivido.
Tantas batallas perdidas; otras tantas bien peleadas. Sumaba y restaba buscando resultados, respuestas; algo que me diera ese valor, esa motivación de abrir los ojos una vez más por la mañana; ví tus ojos.
Ese fantasma que me perseguía, ese sonido sin localizar. Tú. Tan preciosa; un poco seria, pero tú. La que me daba siempre las razones y motivos; la ladrona de todos mis sentidos. Poder verte, tocarte, besarte, sentirte. Acaricar tu pelo por las tardes. Tú.
Sentí que recordaba, y pensaba en ti, pero no volvías a mi memoria. Sé que sabía tu nombre, pero no logro recordarlo. Sé que hace un tiempo te amaba, pero no logro sentirlo. Creo que fuiste mía, pero sinceramente el tiempo ha pasado y no sé más quien eres.
Extraño. Sentí la noción de creer que estabas, y al abrir los ojos no te ví más. ¿Sueño? Descansar el corazón en un lugar lejano, lejos de tus besos y tus engaños. ¿Selectiva? La memoria que me domina.
Hoy recuerdo que no sé quién eras. A pesar de saber que por mucho tiempo te amé. Hoy creo que quedas atrás, como un futuro que nunca fue. La idea tenue de un destino corrupto, por las decepciones y el dolor que hace un tiempo causaste.
¿Mía? Creo que fuiste mía, pero hoy, cuando el día termine, dejarás de estar conmigo, a pesar de tenerte a mi lado. Dejarás de sentir mi amor, dejaré de recordar tu olor. Hoy, cuando el día termine, terminará este amor perfecto y una nueva vida tendré. Hoy, cuando el día termine, terminará mi dolor.
Recuerdo que el Sol le daba color a todas las flores en aquél bosque. No recuerdo bien pero creo que ví pasar un caballo, blanco, nítido, elegante. Y pensé, pensé que ya no tenía recuerdos, que mi memoria había desaparecido. Era alivianador, refrescante saber que todas las ataduras habían sido terminadas.
Distancia, metros, kilómetros; sonidos que se escuchaban al fondo; una que otra ardilla corriendo. Y allá, arriba en la montaña con el fondo celeste del cielo, un reflejo de tu mirada; parpadeaba y se deambulaba por todo mi día; como queriendo recordar lo olvidado.
Apaga el fuego y sonríe, sentimientos perdidos que se pierden; dolores, preocupaciones, sostienen un manantial de agobios, ruptura de lo normal, presa de la incertidumbre. Acostado entre las ramas de un viejo árbol, me puse a reflexionar todo lo que había vivido.
Tantas batallas perdidas; otras tantas bien peleadas. Sumaba y restaba buscando resultados, respuestas; algo que me diera ese valor, esa motivación de abrir los ojos una vez más por la mañana; ví tus ojos.
Ese fantasma que me perseguía, ese sonido sin localizar. Tú. Tan preciosa; un poco seria, pero tú. La que me daba siempre las razones y motivos; la ladrona de todos mis sentidos. Poder verte, tocarte, besarte, sentirte. Acaricar tu pelo por las tardes. Tú.
Sentí que recordaba, y pensaba en ti, pero no volvías a mi memoria. Sé que sabía tu nombre, pero no logro recordarlo. Sé que hace un tiempo te amaba, pero no logro sentirlo. Creo que fuiste mía, pero sinceramente el tiempo ha pasado y no sé más quien eres.
Extraño. Sentí la noción de creer que estabas, y al abrir los ojos no te ví más. ¿Sueño? Descansar el corazón en un lugar lejano, lejos de tus besos y tus engaños. ¿Selectiva? La memoria que me domina.
Hoy recuerdo que no sé quién eras. A pesar de saber que por mucho tiempo te amé. Hoy creo que quedas atrás, como un futuro que nunca fue. La idea tenue de un destino corrupto, por las decepciones y el dolor que hace un tiempo causaste.
¿Mía? Creo que fuiste mía, pero hoy, cuando el día termine, dejarás de estar conmigo, a pesar de tenerte a mi lado. Dejarás de sentir mi amor, dejaré de recordar tu olor. Hoy, cuando el día termine, terminará este amor perfecto y una nueva vida tendré. Hoy, cuando el día termine, terminará mi dolor.
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