jueves, 2 de diciembre de 2010

En cada idea, cada esperanza.

Solo busco una luz.
Nada más una luz que distinga colores.

Para poder diferenciar lo que busca mi mente.
No sé ya si olvidar y comenzar a vivir.

O estancar los sentidos en este vacío.
O seguir a pesar de lo sufrido.

Sigo caminando, buscando sin un orden.
Perdido en la profundidad del horizonte.

Una tarde, una de Octubre.
Cuando abrí los ojos justo antes del amanecer.

Sentí el golpe y la dureza.
De mi verdad, de mi tristeza.

Pude, por primera vez.
Comparar mis sueños con la realidad.

Centrar en un instante mis deseos.
Para escogerle un color a mi intención.

Pienso que algún día.
No muy lejano.

Quizás en alguna palabra, o un pensamiento.
Pueda darle un sentido congruente.

A la duda que atormenta mi mente.
A los sueños que me mantienen fuerte.

No se trata siempre de tenerlo todo.
Simplemente de exprimir lo bueno.

Escribirle una carta al pasado.
Y abandonar por siempre los recuerdos.

Las heridas que hace un tiempo aparecieron.
Y hoy se han convertido en rutinas.

Solo pretendo dedicarle pensamientos.
A cada uno de mis sueños.

Para cumplir con cada estrella, un deseo.
En cada idea, cada esperanza.

De tener en mi la calma.
Que cada mañana al despertar.

Una nueva razón surgirá.
Para disfrutar la vida hasta el final.

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