viernes, 3 de diciembre de 2010

Por eso yo escribo en estrofas.


Lo he pensado tantas noches.
Cuando desconecto el sentido del corazón.

Que si realmente vivir fuera tan fácil.
No tendría sentido aprender.

Cada decisión sería una simple rutina.
Un desahogo de lo tedioso.

Sonreír sería indiferente.
Pues es lo que hace siempre la gente.

Y el paisaje, desde una montaña.
De esos atardeceres que a nadie engañan.

Se convertirían en simples, escuetos.
Nostalgias que esconden calor.

Cada triunfo sería cuestión de intentar.
No existiría el miedo a fallar.

Creo que la clave de la verdadera felicidad.
Se encuentra en lo malo, aprenderlo a llevar.

Por cada lágrima que erosiona tu sonrisa.
Puedes disfrutar el viento y su brisa.

Con cada herida, cada maltrato.
Aprendes a valorar al que tienes a tu lado.

Mientras más cueste el éxito.
Y la amargura haga camino en nuestra vida.

Abrirá las puertas del ayer.
Para que puedas llegar a entender.

Que el dolor que en esta vida sentimos.
Hace puente entre cada uno de los sentidos.

Aprende a leer las palabras en las nubes.
Que esconden secretos muy antiguos.

Que relatan leyendas y poemas.
De algunas ideas muy bohemias.

Cartas, cuentos, escritos.
Frases que no tienen sentido.

Dudas que golepean la tranquilidad.
De aquellos que no tienen dignidad.

Porque no cuesta ser una simple persona.
Compartiendo con los demás nuestras glorias.

Esas ideas que se vencieron.
Cuando en el mundo a la razón durmieron.

Por eso yo escribo en estrofas.
Frases que te mueven la consciencia.

Pero las palabras solo encuentran sentido.
Si aplicas, de las estrofas y sus rimas.

Todo con lo que puedas llegar a crecer.
Todo lo que quieras llegar a aprender.

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