Ven a desangrar el dolor.
A matar tus penas con balas
Palabras que yacen en el papel.
Estrofas eternas, infinitas.
Incertidumbre, peligrosa, callada.
Austeridad que devora el interior.
Arrecuestate en el dulce silencio.
Carcomiendo tu paz, tu tranquilidad.
Has aprendido poco a poco a vivir sin ella.
A sonreírle a las estrellas.
A compartir tu soledad.
Con los recuerdos del ayer.
No la puedes dejar.
A pesar de entender que es lo mejor.
No se vale castigar al corazón.
La terquedad del que obvia a la razón.
Besarte, sentirte, acariciarte.
Poder verte a los ojos y ser feliz.
Comenzar a construir los puentes con meta.
Ideas que calan en lo profundo.
Recetas anticuadas de pasados con presente.
El deseo misericordioso de toparnos con la suerte.
Y al final, el sonido del viento.
Sea cerca tuyo, o cerca mío.
Es la condena de saberte, conocerte.
Y que estás ahí, en algún lugar.
Despejada de la neblina de mis temores.
Sonríes a tus recuerdos.
Solo te pido, en esta noche de luna llena.
Que mires hacia el cielo y me sientas a tu lado.
Tal vez, algúna estrella me muestre tu reflejo.
Y al parpadear distinga tu sonrisa en el brillo.
A matar tus penas con balas
Palabras que yacen en el papel.
Estrofas eternas, infinitas.
Incertidumbre, peligrosa, callada.
Austeridad que devora el interior.
Arrecuestate en el dulce silencio.
Carcomiendo tu paz, tu tranquilidad.
Has aprendido poco a poco a vivir sin ella.
A sonreírle a las estrellas.
A compartir tu soledad.
Con los recuerdos del ayer.
No la puedes dejar.
A pesar de entender que es lo mejor.
No se vale castigar al corazón.
La terquedad del que obvia a la razón.
Besarte, sentirte, acariciarte.
Poder verte a los ojos y ser feliz.
Comenzar a construir los puentes con meta.
Ideas que calan en lo profundo.
Recetas anticuadas de pasados con presente.
El deseo misericordioso de toparnos con la suerte.
Y al final, el sonido del viento.
Sea cerca tuyo, o cerca mío.
Es la condena de saberte, conocerte.
Y que estás ahí, en algún lugar.
Despejada de la neblina de mis temores.
Sonríes a tus recuerdos.
Solo te pido, en esta noche de luna llena.
Que mires hacia el cielo y me sientas a tu lado.
Tal vez, algúna estrella me muestre tu reflejo.
Y al parpadear distinga tu sonrisa en el brillo.
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