miércoles, 9 de febrero de 2011

El secreto de tu mirada.


Solo un respiro, una vuelta más, ver a tus ojos y morir en el color de tu mirada; los pensamientos y las mentiras, cada una con su espacio infinito, para abrir entre las flores un lugar para tu brillo, tu olor y la delicadeza de tus pasos. Cómo evitar enamorarme de tu sombra, la que camina al lado mío, la que busco cuando no te miro.


Comenzar a darle un resplandor a tu rostro, y dibujar figuras entre las estrellas y cometas. Solo sentir que respiras junto a mí, le da el alimento a mi vida para seguir. Acuéstate conmigo esta noche, y disfrutemos juntos de la brisa, la que susurra nuestro nombre y refresca nuestro destino.


Quiero cantar en tu oído, y recitar palabras que me guardo. Quiero cerrar los ojos en mi cama y ver tus ojos fijos en los míos. Quiero tantas cosas que me pierdo entre sueños y descansos; ya no sé si eres tú la que veo o es el esplendor de un atardecer, pues ambos me traen un sentimiento que purifica mis emociones.


Cantar, llorar; cosechar y querer; tomar decisiones y besarte hasta morir. Si pudiera, si tan solo el cielo me diera la oportunidad, te llevaría de paseo en esta vida para juntos encontrar la felicidad. Entre montañas de ilusiones nos encontraríamos disfrutando a montones, de las sorpresas que vamos encontrando en cada esquina, en cada verso con su rima.


Muchas tardes contigo, y las noches con el frío. Hoy quiero tenerte para siempre, quiero tenerte conmigo. Y gritar a los cielos que encontré mi otra mitad escondida entre las ventanas de tus ojos, ese color que me mata, que me llena de antojos. Piensa, siente y resalta en tu mente los pensamientos que te atan al presente, pues de esta forma compartirás la sonrisa que te enamora, la que aquella tarde te regalé sin pensarlo.


Un ideal vacío, convertido en un pincel de colores; un arcoíris sobre el río y pensarte ahí conmigo. Del sol, su calor y la delicadeza de la luna; de las tardes su frescura y por las noches, calentarnos. Tomados de la mano, alimentando un vestigio de emociones; resolver el futuro en fracciones de segundo, no calles nunca lo que sientes ni dudes en llorar en silencio.


Es un largo camino de incesantes desvíos; tentaciones que esconden secretos en peligro. Todo es una práctica, para iluminar con tu vida la oscuridad de los otros; para regalar emociones y compartir mil canciones. Guardo entre las ramas y el viento, un tesoro que no entiende de momentos; busco, cada vez que te pierdo, en tu mirada, de la vida, el secreto.

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