sábado, 12 de febrero de 2011

Un deseo peligroso.


Simplemente una palabra, un gesto; y mientras hablas, yo callo, te veo. Disfruto el color de tus ojos y me pierdo en tu mirada, en tu forma de hablarme; con la forma que tienes de provocarme. Un momento inoportuno, un deseo peligroso; si tan solo pudiera disfrutaría de tus labios, disfrutaría hasta enamorarlos.


Pero el tiempo no es el mismo, y las circunstancias, la dificultad del camino. Pero al pensar constantemente en ti, hay una sonrisa buscando salir. Porque en medio de todo esto, te conviertes en una luz, en una linda emoción, de hablarte y que me hables, de escucharte y que me escuches.


Quiero que me acompañes a un lugar distinto, donde mis deseos sean completamente cumplidos. Tal vez ahí sería más sencillo, y la determinación de besarte no encuentre obstáculo. Una mañana como esta la he imaginado al lado tuyo, y verte fijamente a los ojos y contarte cuentos que me llenan, que me motivan. Quiero hacerte parte de mi, quiero poder convencerte de lo que siento.


Lo que callo, lo sabes, pues lo susurra mi mirada a tu corazón; hay tantas cosas que sueño por las noches, y en las mañanas solo te pienso; desearía tenerte cerca mío, y juntos respirar el mismo aire, el que da vida y alimenta lentamente nuestro amor. Pero a pesar de todo, te siento tan cerca, que no existen muchas cosas en este mundo que me desmotiven; no desde que existes en mi vida.


Una idea entre pensamientos; un deseo sin consentimiento; una luna sin estrellas y la nostalgia de un pasado sin futuro; un momento de arrepentimiento y un sol que no calienta en las mañanas; un deseo que me vuelve loco de besar tus labios tan preciosos; un instante de pasión perdido en lo sensato de la razón. Cómo dejar a un lado lo que siento; cómo sacarte de mi mente desde el comienzo.


Por eso escribo, para desahogar lo que siento; para poner en párrafos con sonido las canciones que voy sintiendo, para escuchar entre el sonido de la tormenta, aquellas cosas que me mantienen alerta, despierto; con ilusión. Extraña sensación que se mezcla con la confusión de no saber elegir y perder el sentido de la consciencia.


Respiro lentamente, un bochorno, suspiro; una tensión delicada y un vacío en el corazón. Acompáñame, llevemos esto juntos; pues si el destino tiene su tinta en este cuento se convierte en un regalo del cielo para nosotros.

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