jueves, 10 de febrero de 2011

Olvidar el presente.


Y en este momento, acariciando lentamente tu cuerpo, pensando en las muchas formas de besarte siento un enorme vacío. Quisiera poder expresarme, y decirte al oído lo que siento; quisiera que sintieras mi pecho y que los latidos te dictaran mi dolor, para que sepas cuál es la razón que me tiene tan distraido; tan apartado de mi circunstancia.


Duermo cada noche imaginando el paso de los años, lento pero inexorable; y busco entre las ramas del destino una luz que me llene la vida, que me dé sentido para seguir. Tal vez una mirada, o simplemente un segundo, que me permita aferrarme a alguna cosa en este mundo. Me gustaría poder llorar y dejar salir en cada lágrima un dolor; quiero sentir tu cuerpo con el mío, quiero abrazarte hasta dormir.


Poder visualizar, es una forma de vencer al presente, una manera propia de dejarme llevar por las olas; sin importar los golpes ni consecuencias, solo dejarlo pasar. Tener en algún momento la paz que se perdió en una esquina de mi vida, o simplemente poder sentir el calor de una persona a mi lado; tal vez tus ojos, tal vez tus labios; tal vez simplemente la ternura de tus manos.


Puedo poner en silencio mis sentimientos e ignorar el desgarro en mi pecho; pero prefiero disfrutar de este dolor, y llenarme de sabiduría; quiero poder sentir hasta la última gota de tristeza y ahogarme en este sentimiento tan intenso; y un día, dentro de unos años, ver hacia atrás, tal vez leer estas palabras, y dar gracias infinitas a la vida por permitirme aprender, por dejarme crecer; porque son las heridas y sus cicatrices las que hacen que todo valga la pena al final.


A pesar de que en apariencia es más sencillo dejar a un lado el dolor, merece la pena permitir sentir estas sensaciones que al final son parte de la vida; un camino, su dificultad y las increíbles ganas de vivir, de alcanzar sueños y metas y compartir mi vida con una familia; todo se convierte en motor, en medio para seguir; exactamente en esa luz que busco encontrar, y al ver tus ojos, el reflejo en destellos de un supuesto destino por el que quiero darlo todo, hasta el último de mis impulsos; en cada noche cerrar los ojos para tomar fuerzas, y al salir el sol cosechar energía; que me permita seguir el día a día.


Ahora quiero dedicarme a absorber de la vida su belleza; quiero alimentarme de tu mirada y disfrutar cada segundo de los días; quiero reirme hasta llorar; quiero llorar hasta sentir que nada tiene sentido; quiero dudar, llenarme de dudas y criticar cada ladrillo en el muro; quiero tener planes, quiero tener futuro; quiero una familia y una casa donde ser feliz; quiero, por simplemente un instante olvidar mi presente; para poder abrirle las puertas a lo que viene. Y todo será más fácil a tu lado; todo tiene sentido si estamos juntos, abrazados.

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