sábado, 19 de febrero de 2011

El sentido de la noche, de ésta noche.


Era una luna inmensa, de esas que solo ciertas noches regalan a las estrellas. Era un frío que despedazaba cualquier intención; recuerdo aquella lagrima desesperada bajando por tu mejilla mientras me despedía. Tanto frío, un atardecer y la nostalgia de poderte perder; siento un nudo en el pecho, siento la tristeza abrazándome en silencio.

Tantas palabras dichas, algunas calladas; fue una conversación tranquila, pero con sentimiento melancolico; quiero volver el tiempo atrás y llegar a aquél día cuando te conocí, cuando tu mirada me cautivó y la frescura de tu olor llenó mis pulmones de alegría e ilusión.

Puede que ahora todo terminó, puede que el final no tenga razón; pero a veces en esta vida las cosas funcionan como menos esperamos, a veces hay que perder, para realmente ganar; a veces te tengo que dejar ir, para luego tenerte hasta el fin.

Mientras cada centímetro de mi cuerpo suda lágrimas de tristeza, mientras mi mirada sea austera, silenciosa y un tanto dolorosa, mientras cada sueño parezca desvanecerse, mientras duerma sin escuchar tu voz por las noches sentiré que cada día más encontraré una nueva razón, para lentamente hacer un plan en mi mente, uno que me permita de nuevo tenerte.

Por ahora, es tiempo de sentir el dolor, de dejar atrás esta historia de dos. Por ahora, me toca acercarme a mí, y escuchar con cuidado las cosas que quiero; pretendo encontrarme en cada instante y escribir nuevos cuentos, nuevas ideas; tal vez muchos nuevos poemas.

Adiós, y con estas líneas me despido de tu amor. Y con cada momento, la ternura de tus besos chocarán con mi memoria; en cada rincón de mi rutina, una foto del recuerdo o una imagen de nuestro amor; busco colores que me permitan teñir esta emoción que tu despedida me hace sentir; doy gracias a la luna y sus estrellas, por darle energía a cada una de mis células. En esta noche, en esta noche todo parece perdido; es esta noche la que me da el sentido.

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