Han pasado ya muchos años desde que se comenzó a hablar de un tema de esos que son como secretos a voces. Tema que poco a poco pasó a ser determinante para el desarrollo no solo del ser humano como persona sino como para la sociedad en general. Muchas luchas se han tenido que librar, y tal vez muchas vidas se perdieron en el silencio de una mujer callada, pero para bien de nuestro tiempo ese silencio se acabó.
Quizás el problema inició hace mucho tiempo. La sociedad cuando se comenzó a formar y a poner sus cimientos, se fue convirtiendo en una sociedad patriarcal, donde la persona a respetar, líder y guía de la familia era el padre. Desde ese momento la mujer quedaba limitada a las actividades complementarias y subordinadas del hombre. Por supuesto, el hombre, haciendo alarde de su fuerza física se logró imponer, contando con la colaboración de un mundo con falta de leyes y consciencia social.
Siglos tuvieron que pasar para que la mujer fuera logrando asomarse por las rendijas que las escondían. Pero en cada intento de alzar la voz eran castigadas o calladas por la sociedad, que en general las apartó de cualquier actividad o puesto importante. Solo para dar un dato histórico, quizás una de los primeros documentos de la historia que propusieron o insinuaron la emancipación de las mujeres fue la “Declaración de los Derechos de la mujer y de la Ciudadana” escrita en 1791, parafraseando el texto fundamental de la Revolución Francesa de 1789.
Poco a poco las mujeres en cualquier lugar fueron alzando su voz, y mostrándose cada vez más donde se suponían que no deberían de hacerlo. Fue su valentía y coraje lo que les permitió abrirse mundo donde existía lo impensado. Y así, paso a paso fuimos entendiendo por qué ellas son realmente llamadas el “sexo fuerte”. Y en un mundo cada día más dirigido hacia la globalización, las corrientes de este tipo no se hacían esperar para llegar a cada rincón del planeta.
En nuestro país, el momento cumbre del movimiento a favor de los derechos de las mujeres fue en 1949, cuando se les dio el derecho de elegir y ser elegidas. Han pasado ya 61 años desde ese momento y los avances en esta materia han crecido de forma exponencial. Se fueron viendo mujeres ocupando puestos importantes en empresas, se formularon políticas para exigir cierto porcentaje de participación femenina en las instituciones gubernamentales más importantes. Todos estos son hechos que hace un siglo hubiese sido sencillamente inimaginable para cualquier persona.
Hoy en día existen mujeres que tienen bajo su responsabilidad países enteros. Tal fue el caso de Michelle Bachelet en Chile, o Angela Merkel en Alemania. Y ni siquiera hay que pensar en otro país; Costa Rica pasó a la historia eligiendo a la primera presidente mujer del país, un logro importante que viene a sellar con broche de oro el triunfo de las mujeres en su participación dentro de la sociedad. Ha sido un paso importante en la búsqueda de un mundo más justo e igualitario en términos de derechos. Las mujeres representan y han representado siempre la fuerza que ha movido todas las fuerzas en este mundo, pero siempre se les mantenía escondidas tras el rostro de un hombre; sin embargo hoy son ellas la cara del triunfo y de la lucha por la igualdad de derechos.
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