miércoles, 30 de junio de 2010

Si tan solo quisieras, realmente podrías.


Si quieres que la ternura de un amor perfecto sea el beso que te despierte cada mañana, y que el olor de un sueño sea el desayuno en tu cama.

Podría ser eso y mucho más, incluso dedicarte las canciones de los pájaros que sacan de la cama al sol. Y dedicarte la brisa fresca que entra por la ventana.

Si quieres que la pasión sea el ingrediente de mi amor, y que los pasos sean gotitas de paciencia para construir nuestra vida juntos.

Podría ser eso y mucho más, incluso podría pedirle al cielo una estrella que te acompañe por las noches, y te sirva de guía para encontrar los trillos que te llevan a ser feliz, a sonreír sin parar.

Si quieres que las caricias sean constantes en la ecuación de nuestra relación, y que las variables se traduzcan en abrazos aleatorios y sin razón.

Podría ser eso y mucho más, incluso podría escribirte poemas en los troncos de los árboles, o dibujar sonrisas permanentes en el reflejo del espejo.

Si quieres que nuestras metas sean adornadas con espontaneidad y sopresa, y que en nuestro hogar nunca exista la tristeza.

Podría ser eso y mucho más, incluso podría poner a tus pies caminos de delicadas rosas, para que tus pasos sean seguros hacia una sonrisa inexorable.

Si quieres que tu vida tenga olor a alegría y se pinten los días con los colores de la felicidad, si quieres que mis sueños sean uno con los tuyos, y que nuestros caminos se unieran hasta el infinito.

Podría hacer eso y mucho más, incluso escribiría nuestro cuento de amor, en un mundo para nosotros dos, donde la única conidición sería vivir sin dolor.

Si quieres que estas palabras te las susurre al oído, y convertirte en mi fuente de inspiración, si quieres que le recite poemas a nuestro amor.

Podrías hacer eso y mucho más, si tan solo quisieras, realmente podrías.

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