Sentado al borde de aquel río que parecía no tener fin, vi su sombra pasar sobre el agua; como ángel que desviste la belleza de la naturaleza y la empapa de dulzura en el recuerdo de cada beso y cada caricia. Es la ternura que refleja sonrisas en los corazones enamorados y que laten sin rumbo fijo.
Y son sus ojos el espejo que da muestras de maravillas entre los que no creen en el amor; su mirada, aquella penetrante y a la vez tan austera, fue la que me cautivó; me hizo caminar hasta ella con el único objetivo de tenerla entre mis brazos y no soltarla nunca jamás; con la única meta de hacerla feliz hasta el último de sus días.
Porque el amor es motor de emociones y sentimientos, capaz de resucitar el espíritu más perdido entre los sinsabores de la tristeza y el dolor; porque es el amor el único culpable de tanta belleza en el mundo, de las flores en las praderas, de los colores en los jardines, de la vista en el atardecer, del destello en el cielo estrellado que baila canciones de abrigo en el frío de la soledad y se convierte en cobijo de la felicidad, a la que protege como si no existiera un mañana.
Cada sonrisa de ella se compara con mil amaneceres, cada beso es la caricia del cielo que da vida al más muerto, cada palabra es el sonido más claro que viene de donde nace el calor del sol, cada mirada es la luz de la luna que me guía en medio de la oscuridad.
Es entonces un sueño de delicadas pinceladas, que forman la pintura de mi felicidad, y en cada trazo una historia que contar, y en cada color una sonrisa que asociar.
Aunque la lluvia lastime su recuerdo, y la neblina juegue en su contra; no existirá en este mundo nada más perfecto que el amor. Aunque su rostro constantemente cambie; o si se mantiene igual al pasar de los años, ella siempre va a existir. Y existo porque ella existe; y fuimos creados para estar juntos, porque ese es el destino; porque este es nuestro amor.
No importa lo que pase en el camino, lo importante es a dónde queremos llegar. Porque un sueño es un castillo en el aire que un día decidimos construir. Cada piedra, cada "te amo"; cada techo, cada abrazo. Y en el patio aquella flor que murió por tí; la misma que te dibujé en aquel cuadro...el cuadro de un sueño por cumplir.
Y esa ventana, será la llave de nuestro futuro, que se esconde tras el cristal vulnerable. Cuando llegue el día, vas a ir a nuestro patio, vas a ver justo a tu lado la flor de la que te hablo. Y recordarás entonces aquél dibujo pintado a mano, aquél que tanto he soñado...el mismo que guindaba en el techo de tu cuarto.
Y son sus ojos el espejo que da muestras de maravillas entre los que no creen en el amor; su mirada, aquella penetrante y a la vez tan austera, fue la que me cautivó; me hizo caminar hasta ella con el único objetivo de tenerla entre mis brazos y no soltarla nunca jamás; con la única meta de hacerla feliz hasta el último de sus días.
Porque el amor es motor de emociones y sentimientos, capaz de resucitar el espíritu más perdido entre los sinsabores de la tristeza y el dolor; porque es el amor el único culpable de tanta belleza en el mundo, de las flores en las praderas, de los colores en los jardines, de la vista en el atardecer, del destello en el cielo estrellado que baila canciones de abrigo en el frío de la soledad y se convierte en cobijo de la felicidad, a la que protege como si no existiera un mañana.
Cada sonrisa de ella se compara con mil amaneceres, cada beso es la caricia del cielo que da vida al más muerto, cada palabra es el sonido más claro que viene de donde nace el calor del sol, cada mirada es la luz de la luna que me guía en medio de la oscuridad.
Es entonces un sueño de delicadas pinceladas, que forman la pintura de mi felicidad, y en cada trazo una historia que contar, y en cada color una sonrisa que asociar.
Aunque la lluvia lastime su recuerdo, y la neblina juegue en su contra; no existirá en este mundo nada más perfecto que el amor. Aunque su rostro constantemente cambie; o si se mantiene igual al pasar de los años, ella siempre va a existir. Y existo porque ella existe; y fuimos creados para estar juntos, porque ese es el destino; porque este es nuestro amor.
No importa lo que pase en el camino, lo importante es a dónde queremos llegar. Porque un sueño es un castillo en el aire que un día decidimos construir. Cada piedra, cada "te amo"; cada techo, cada abrazo. Y en el patio aquella flor que murió por tí; la misma que te dibujé en aquel cuadro...el cuadro de un sueño por cumplir.
Y esa ventana, será la llave de nuestro futuro, que se esconde tras el cristal vulnerable. Cuando llegue el día, vas a ir a nuestro patio, vas a ver justo a tu lado la flor de la que te hablo. Y recordarás entonces aquél dibujo pintado a mano, aquél que tanto he soñado...el mismo que guindaba en el techo de tu cuarto.
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