martes, 22 de junio de 2010

Pensamientos son recuerdos


Pienso que si estuvieras dentro mío tal vez captarías un poco la imagen de mi dolor, porque no es lo mismo estar mentalmente en mi posición, que estar realmente en mi posición.

No sé si desde donde estás escucharás estas palabras arrebatadas a la cordura que alguna vez fue parte de mí. No sé, y sinceramente no me importa. Porque mis palabras son tatuajes en el tiempo.

Porque los recuerdos son llaves en mi cabeza que abren puertas al pasado. Y aunque pretenda haber perdido esas llaves, entiendo que eso nunca pasará.

Pues las llaves están soldadas a mi cuerpo. Como quien quisiera que nunca pudiera estar encarcelado de este tormento.

Pero realmente la culpa tiene rostro, y sobra que mencione alguna pista que nos conduzca a resultados ya obtenidos. Aplicaciones de mismas ecuaciones; resultados que riman en canciones.

Hoy desahogo en papel tantos dolores que me causaste ayer. Quisiera controlar sentimientos, entender los juegos del adiós. Quisiera cerrar los ojos y que al abrirlos dejara de verte en cada rostro en la calle.

Acepto que con los días la ira duerme en regazos de mentiras en mi mente; mentiras hacia mí mismo, pretendiendo ser dueño de mis miedos; contador de sensaciones.

Hoy en este techo; viendo las estrellas que encandilan a mis ojos, me reparto pedazos de un sueño que rompiste por alardear de tus encantos.

Y fueron todas tus virtudes las que más te apadrinaron. Compinches de una decepeción múltiple que acabó con baldosas de un camino que pintamos de amarillo.

Por eso hoy, recordando lo que olvido, te grito lo que siento, pues es la única forma que escuches mis sentimientos más escondidos; y aunque de nada sirva, pues sé que no escuchas, al menos de esta forma te tengo presente de alguna forma.

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