lunes, 12 de julio de 2010

Al final, creo.


A veces, justo aquí, en este silencio aturdidor en el que hoy estoy...me doy cuenta, y siento como en ningun otro momento cada sentimiento que repleta mi corazón. Cada desgarro, cada emoción, cada nostalgía, cada dolor, cada alegría.

Como una espera que es lastimada por un destino cambiado, situaciones del pasado que han ido dejando trampas por todo el camino; trampas que hoy lastiman mis pies, y la sensibilidad de una herida abierta se duplica cuando en el recuerdo me acuesto.

No hay mucho que hacer, solo escribir. Sentarme a la par de estas palabras que han sido fiel compañía en los recuadros de esta vida. Palabras que han servido de amortiguadoras de dolores, o como escenario de alegrías que desbordan emociones y sonrisas.

Al final, creo, solo nos quedamos con eso. Palabras. Palabras escritas o recordadas. Palabras formando frases. Frases que tuvieron su sentido en algún momento; y que hoy ya no. Quizás, frases que aún hoy siguen alimentando de energía y ganas a los que pocas razones tienen para tomar impulso cada día.

Al final, creo, nos quedamos con todas aquellas palabras que dijimos y escribimos; y, creo, nos arrepentimos de las que no. Tal vez un cuento o un poema que encarcelamos en nuestras cabezas. Tal vez una rima que nunca se leyó. Tal vez una sonrisa que nunca se pintó.

Al final, creo, disfrutaré de haber escrito aquellas cosas que quería. O que sentía. Y, creo, leeré con entusiasmo cuentos, poemas; que me llevarán en ese entonces a un hoy que ya casi se va a acabar.

Creo, que estas palabras un sentido tendrán; en alguna circunstancia que en la vida me esperará.

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