Muchas veces aprender va mucho más alla de simplemente entender. Porque entender es un paso en el proceso, que nos permite ser un poco más conscientes de la situación que estemos viviendo. Muchas veces creemos que aprendemos, o que entendemos, pero sencillamente ni la una ni la otra.
Y es la vida misma la que se va encargando poco a poco de irnos diciendo que esto es así. Cada golpe, cada reiteración, cada maña, cada desatención. Todo se va conjugando en pequeños moldes de procesos en el futuro, de manera tal que cada vez que se presente una oportunidad, demostrarnos, a nosotros mismos, que tenemos un nuevo molde al cual apegarnos en determinadas situaciones.
Pero lastimosamente la realidad es totalmente otra. Existen moldes prescritos desde hace cientos de años, donde se han resumido miles de sitaciones, actitudes, experiencias; para cada una de estas cosas existen libros, escritores; incluso existen profesiones.
Pero de manera definitiva no se ha podido llegar de ninguna forma al centro del problema. No se ha podido descifrar qué hace que el ser humano sencillamente le cueste tantísimo aprender, no solo de cabeza ajena, sino de sus propias vivencias, y por el contrario, cada vez sea más "cabezón" y se deje llevar por las mañas que nos secuestran la razón.
La pregunta sería, ¿deberíamos de preocuparnos por esto? Pues seguramente sí, deberíamos. Porque si tuvieramos la capacidad de interiorizar hechos a tal forma que quede plasmado en nosotros un "nunca más" que sea realista, factible y ante todo que sea definitivo.
Al fin y al cabo la mente es la que define el dónde estamos y el qué somos.
Entonces si queremos cambiar el dónde estamos y el qué somos, tenemos que cambiar de primero nuestra mentalidad.
Y es la vida misma la que se va encargando poco a poco de irnos diciendo que esto es así. Cada golpe, cada reiteración, cada maña, cada desatención. Todo se va conjugando en pequeños moldes de procesos en el futuro, de manera tal que cada vez que se presente una oportunidad, demostrarnos, a nosotros mismos, que tenemos un nuevo molde al cual apegarnos en determinadas situaciones.
Pero lastimosamente la realidad es totalmente otra. Existen moldes prescritos desde hace cientos de años, donde se han resumido miles de sitaciones, actitudes, experiencias; para cada una de estas cosas existen libros, escritores; incluso existen profesiones.
Pero de manera definitiva no se ha podido llegar de ninguna forma al centro del problema. No se ha podido descifrar qué hace que el ser humano sencillamente le cueste tantísimo aprender, no solo de cabeza ajena, sino de sus propias vivencias, y por el contrario, cada vez sea más "cabezón" y se deje llevar por las mañas que nos secuestran la razón.
La pregunta sería, ¿deberíamos de preocuparnos por esto? Pues seguramente sí, deberíamos. Porque si tuvieramos la capacidad de interiorizar hechos a tal forma que quede plasmado en nosotros un "nunca más" que sea realista, factible y ante todo que sea definitivo.
Al fin y al cabo la mente es la que define el dónde estamos y el qué somos.
Entonces si queremos cambiar el dónde estamos y el qué somos, tenemos que cambiar de primero nuestra mentalidad.
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