Con esta carta en la mano y con ya muchas copas de antemano, analizo una y otra vez todas estas cosas que han pasado. Pensar que todo empezó con aquél beso; recordar que aquellas rosas y aquellos chocolates fueron el inicio de todo esto que hoy sencillamente se ha quedado olvidado en algún rincón de un pasado que, para nada, queremos recordar.
Pensar que fueron tantos poemas, tantos te amo; pensar que te dediqué tantas tardes, tantos pensamientos, tantas ideas; pensar que compartimos en algún momento tantos sueños comunes, tantos deseos; pensar que en algún momento tu futuro era con el mío, el complemento perfecto para un amor eterno.
Hoy, todo aquellos que en el pasado me regalaba felicidad y me hacía suspirar, se ha convertido en el recuerdo más indeseado por recordar. Sentir que ya no existe, ese futuro del que tantas noches me agarré para no caer. Aquél futuro que en algún momento me hizo soñar que tal vez, y solo tal vez ibas a ser mi último respiro antes de morir.
Ahora, en esta soledad indeseada, siento a la locura que se me acerca tratando de adueñarse de mi razón. Ahora, con mi corazón en la mano, el mismo que te regalé hace unos años, pienso en qué habrá pasado por tu cabeza en ese momento. ¿Por qué decidiste lastimar este amor tan perfecto que por tanto tiempo habíamos construído?
Pero pensar en todo eso, es inútil. Más aún cuando te veo tan indiferente ante el daño que un día hiciste. Más aún cuando te escucho hablar y lo que sientes. Más aún cuando, sencillamente, no te veo hacer ya nada por tratar de recuperar este amor. Y sinceramente ya ni sé si es eso lo que quiero.
Me cansé. Me cansé de esperar. Me cansé del dolor. Me cansé de idealizar algo que sencillamente no era como yo pensaba. Me cansé de que mis sueños se despedazaran. Me cansé, y en serio me cansé, de que me lastimaran cuando lo mínimo que merezco es un poco de respeto y amor. Me cansé de buscar arcoiris por las tardes. Me cansé de esperar estrellas fugaces en las noches. Me cansé de buscarte en el reflejo. Me cansé.
Pensar que fueron tantos poemas, tantos te amo; pensar que te dediqué tantas tardes, tantos pensamientos, tantas ideas; pensar que compartimos en algún momento tantos sueños comunes, tantos deseos; pensar que en algún momento tu futuro era con el mío, el complemento perfecto para un amor eterno.
Hoy, todo aquellos que en el pasado me regalaba felicidad y me hacía suspirar, se ha convertido en el recuerdo más indeseado por recordar. Sentir que ya no existe, ese futuro del que tantas noches me agarré para no caer. Aquél futuro que en algún momento me hizo soñar que tal vez, y solo tal vez ibas a ser mi último respiro antes de morir.
Ahora, en esta soledad indeseada, siento a la locura que se me acerca tratando de adueñarse de mi razón. Ahora, con mi corazón en la mano, el mismo que te regalé hace unos años, pienso en qué habrá pasado por tu cabeza en ese momento. ¿Por qué decidiste lastimar este amor tan perfecto que por tanto tiempo habíamos construído?
Pero pensar en todo eso, es inútil. Más aún cuando te veo tan indiferente ante el daño que un día hiciste. Más aún cuando te escucho hablar y lo que sientes. Más aún cuando, sencillamente, no te veo hacer ya nada por tratar de recuperar este amor. Y sinceramente ya ni sé si es eso lo que quiero.
Me cansé. Me cansé de esperar. Me cansé del dolor. Me cansé de idealizar algo que sencillamente no era como yo pensaba. Me cansé de que mis sueños se despedazaran. Me cansé, y en serio me cansé, de que me lastimaran cuando lo mínimo que merezco es un poco de respeto y amor. Me cansé de buscar arcoiris por las tardes. Me cansé de esperar estrellas fugaces en las noches. Me cansé de buscarte en el reflejo. Me cansé.
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